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CON LA MUERTE EN LOS TALONES
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CON LA MUERTE EN LOS TALONES
(Alfred Hitchcock, 1959)
I)- ALFRED HITCHCOCK-
No sería exagerado afirmar que debo mi interés por el cine --- no fundamentalmente como pasatiempo, vertiente única para muchos --- gracias, como gran parte de la totalidad, a Alfred Hitchcock (1899-1980) quien ya me entusiasmó en mi infancia y lo sigue haciendo en la actualidad.
Hitchcock ha sido uno de los más grandes creadores de formas cinematográficas de todos los tiempos, su lenguaje es coherente, nada sobra, nada falta en su discurso fílmico y la reflexión proviene de sus obras, no es nada añadido. Así, como otros grandes (Hawks, Walsh, Ray, Ford, Lang, Vidor, Browning, Mann, Fisher, etc.), debería pasar tiempos para reconocerse los valores de su aportación. Nunca recibió un Oscar como mejor director (hubo uno `para “Rebecca”, 1940, su primer film americano, como mejor película del año) ya que la Academia en el fondo está para incentivar/reconocer al cine “oficial”, casi nunca los auténticos talentos ya que en estos siempre hay en su enunciado poco o mucho de corrosión frente al sistema establecido y defendido por “lo oficial”. “Tuvo este honor”, como dice Enrique Alberich en su estudio (1); recordemos por otra parte el escaso interés tenido por Ford hacia estos premios (poquísimas veces habló de los seis Oscar concedidos y no fue a recogerlos). Si algunos aficionados nunca hemos creído en los Óscares aún es más terrible la visión (si alguna vez hemos perdido el escaso tiempo con ello) de las imitaciones --- como los “Goya” en España, versión hortera del tío Oscar --- donde hay parafernalia de pseudo” glamour”, divismo y ridiculez ya en las presentaciones y poco o nada de cine auténtico y de su comprensión en lo exhibido.
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La etiqueta de “Mago del Suspense” ---imagen fomentada en ocasiones por él mismo--- invita a pensar en lo superficial: los árboles no dejan ver el bosque y por ello considerado por algunos como mero prestidigitador, un creador de pasatiempos sin que bajo estos títulos pudiera discernirse una aportación riquísima y original, un estilo vital, complejo y maravilloso. Si el cine es un lenguaje a través de la puesta en escena sobre la elección sobre los planos y tomas, el de Hitchcock es de los mejores (en la actualidad hay muchos espectadores quienes no tienen en cuenta, ni se lo han planteado nunca, esta función esencial de la cinematografía, solo la percepción visual momentánea y la aceptación impulsiva y rápida del si me gusta/si no me gusta; la reflexión y el pensar--- hablando siempre de bastantes consumidores--- desgraciadamente no están de moda y los hacedores del cine actual lo saben). Generalmente, dejando aparte muchas ambigüedades, el tema usado más por Hitchcock es el “policiaco” --- naciendo así la intriga y el suspense --- campo donde el autor se encuentra más cómodo, aunque su estilo sea totalmente diferente de la globalidad del “cine negro” (de Fritz Lang a Jacques Tourneur, de Howard Hawks a Raoul Walsh, de Phil Karlson a Robert Siodmak o de Sam Fuller a Don Siegel, para citar solo algunos de los más formidables dentro de diferentes estratos). Una vez llegado a este punto hemos de decir que tampoco no ha de menoscabarse este título ya que en verdad Hitchcock es el “Mago del Suspense”. Sus films casi siempre poseen intriga y suspense y todo el ensamblaje está dotado de gran complejidad y profundidad. El suspense más que un estilo, una temática, una elección es una forma, una clave para entender lo expuesto por el realizador. Otro elemento que salpica toda la obra hitchcockiana es la comedia o los momentos de humor (a veces negro) cohesionados perfectamente con el suspense para subvertir/cuestionar el orden impuesto por los seres humanos/la sociedad.
Al poner las cartas sobre la mesa podríamos pensar que Hitchcock hace cine “fantástico”, género privilegiado para decir muchas más cosas de las previstas. Si, su puesta en escena es “fantástica”, su exposición es “irreal” dentro de la realidad cotidiana expresada por lo cual sin ser realizador de “fantastique” puro (no tocó jamás la Ciencia-Ficción, los extraterrestres, los vampiros, las adaptaciones de Edgar Allan Poe o la licantropía) se siente atraído por atmósferas bizarras que eclosionan en un clima fantástico: el castillo de Manderley y la latente presencia de la difunta (“Rebeca”), la enorme y terrorífica mansión tan opresora como Alex Sebastian y su diabólica madre (“Encadenados”), barracones de feria como marco del crimen y de la posterior persecución (“Extraños en un tren”), el cementerio y el torreón (“De entre los muertos”/”Vertigo”), el gotizante caserón de Norman Bates (“Psicosis”), la casa aislada propicia a desarrollarse lo monstruoso, en este caso un incomprensible ataque de las aves (“Los Pájaros”), las secuencias en la nieve y las escenas surrealistas en colaboración con Salvador Dalí (“Recuerda”), las escenas del teatro (“Cortina Rasgada”). Si todo esto es sello típico del fantástico, Hitchcock no se decide por una explicación sobrenatural (salvo “Los Pájaros”, género fantástico en estado puro, donde no se da ninguna explicación y solo podrá imaginar el espectador un desnivel ecológico a escala cósmica o una enfermedad rabiosa según la base literaria de Daphne du Maurier) sino racional.
Los personajes protagonistas están sacados de la normalidad cotidiana, unos la quieren, otros se aproximan a ella como refugio para continuar su vida, viéndose obligados a enfrentarse con la anormalidad imprevista (para sobrevivir), removiendo los cimientos de su estabilidad, de su cordura y de sus conceptos: el tenista de “Extraños en un Tren”, el sacerdote de “Yo Confieso”, el detective de “Vértigo”, el ejecutivo de “Con la muerte en los talones”, la recién casada de “Rebeca”….Estas personas son normalmente amantes de la vida corriente, sedentaria y de la tranquilidad pero a partir de lo inesperado aparece el desorden y el caos: muchas posibilidades de ser acusado por haber asesinado a su ex esposa (“Extraños en un tren”), un secreto inviolable por estar bajo confesión apunta la sospecha hacia el propio sacerdote (“Yo Confieso”), la entrada en el castillo de Manderley (“Rebeca”), el mundo aparte en el entorno del caserón de Norman Bates (“Psicosis”), el hombre confundido con un espía que no existe (“Con la muerte en los Talones”), la reacción de diversas personas después del hundimiento del buque en el cual viajaban (“Náufragos”), el personaje acusado injustamente (“Falso culpable”, “Frenesí”). Todo su entorno cambia con el desorden: cualquier ciudadano que se cruce en su camino puede ser un enemigo, un acusador, un delator, los objetos cotidianos adquieren dimensiones subversivas e insospechadas (unos platillos de orquesta pueden ser señal para un asesinato, una avioneta fumigadora puede ser una amenaza terrible) o bien salvadoras (una Biblia frena una bala). De esta forma el autor transgrede el orden que finalmente volverá a restablecerse ya que el personaje, tras largas dificultades logrará solucionar el problema donde su propia vida estaba en juego……… Alfred Joseph Hitchcock nació en un distrito del este de Londres, Leytonstone (1899), era el tercer hijo de unos comerciantes, vendedores de verduras. Educado rígidamente (según sus biógrafos) en un colegio de jesuitas, fue siempre católico y el régimen severo educacional favoreció/enriqueció su vida, su emotividad y su futura vocación cinematográfica. Heredó de sus padres la afición por el teatro. Tres años después de fallecer su padre (1915) consiguió un empleo como dibujante publicitario para a continuación entrar en el cine como diseñador y rotulador de títulos y conseguir escribir diálogos con diversas colaboraciones en los guiones (en la Famous Players Lasky British Producers, generalmente) y pasar a ser ayudante de dirección en otras producciones británicas (Balcon- Freedman-Saville). Fue en 1925 cuando el productor Michael Balcon (ahora bajo el apoyo de la Gainsborough Pictures) le ofreció la silla de director con “The pleasure garden” (“El jardín de la alegría”). Era el inicio de una carrera prolífera y magistral. Este período británico aunque de aprendizaje contiene logros ineludibles como “39 escalones” (1935) y “Alarma en el expreso” (1939) sin olvidarnos de “El enemigo de las rubias” (1926), según la novela de Mary Belloc Lowndes donde se esboza la figura real de Jack, el Destripador, la primera versión de “El hombre que sabía demasiado” (1934) o “La posada de Jamaica” (1939). Se traslada a Estados Unidos llamado por el productor David O’Selznick para “Rebecca” (“Rebeca”) en 1940, instalándose definitivamente allí y ser reconocido definitivamente como uno de los grandes (década de los 50): “Rebeca”, “Enviado especial” (1940), “Matrimonio original” (1941), “Sospecha” (1941), “Sabotaje” (1942), “La sombra de una duda” (1943), “Náufragos” (1944), “Recuerda” (1945), “Encadenados” (1946), “La soga” (1948), “Atormentada” (1949), “Pánico en la escena” (1949), “Extraños en un tren” (1951), “Yo confieso” (1953), “Crimen perfecto” (1954), “La ventana indiscreta” (1954), “Atrapa a un ladrón” (1954), “Pero…¿quién mató a Harry?”, “El hombre que sabía demasiado” (1956), “Falso culpable” (1956), “De entre los muertos” (1957), “Con la muerte en los talones” (1959), “Psicosis” (1960), “Los pájaros” (1963), “Marnie, la ladrona” (1964), “Cortina rasgada” (1966), “Topaz” (1969), “Frenesí” (1972) y “La trama” (1976). Trabajó con la mayoría de estudios (Universal, Paramount, Warner, M.G.M.), pasó sin problemas del blanco/negro al color como lo hizo con el mudo al sonoro y aportó algunos ejercicios para la televisión.
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II)- NORTH BY NORHWEST (CON LA MUERTE EN LOS TALONES)-
Después del rodaje de “Vertigo” (“De entre los muertos”, 1958) --- considerada frecuentemente como su obra maestra total y su film más complejo --- Hitchcock se tomó unas breves vacaciones navideñas en Jamaica. Allí le envió el escritor Ernest Lehman unas setenta páginas de un esbozo de guión con un desarrollo adelantado y con varias sugerencias dentro de él con el provisional título de “In a Northwesterly Direction” que al momento entusiasmó a Hitchcock y a su esposa Alma. Se trataba de una historia de aventuras en estado puro, de persecuciones y espacios abiertos (Hitchcock se sentía más a gusto con los espacios cerrados, como “La ventana indiscreta”, “La soga” o “Psicosis” pero “Con la muerte en los talones” o “Los Pájaros” demostró igualmente su maestría en los abiertos). Para este tipo de film buscó una productora más adecuada, Metro Goldwyn Mayer (volvería por última vez a Paramount con “Psicosis”) que solo le puso la pega de intentar imponerle la actriz protagonista. No se salieron con la suya, prevaleció el criterio del realizador colocando a Cary Grant y Eva- Marie Saint a quienes consideraba los más adecuados. Lehman --- junto con la colaboración de Hitchcock, como siempre --- elaboró y pulió un guión totalmente ejemplar, unos de los mejores de la historia del cine. Al año siguiente se estrenaba la película (1959) con el título definitivo de “North by Northwest”, conocida en España como “Con la Muerte en los Talones”.
ERNEST LEHMAN fue un gran guionista y en ocasiones productor, asumió la mayoría de los géneros en su 30 films donde él fue guionista y confería una robustez dramática a sus trabajos con una desbordante imaginación e intuición de escenario (virtudes que ya quisieran para si la mayor parte de guionistas actuales cuya consigna parece solamente copiar y hacer remakes de películas antiguas). Con Hitchcock escribió el enunciado de su último film, “La Trama” (1976) siendo además recordado por “West Side Story”, de Robert Wise (1961), “Sonrisas y lágrimas” (1965), de Robert Wise, “El Rey y Yo” (1956), de Walter Lang, “Sabrina” (1954), de Billy Wilder o “Chantaje en Broadway” (1957), de Alexander Mackendrick, las más destacables dentro de una treintena de guiones que escribió para el cine. El fotógrafo ROBERT BURKS, colaborador habitual de Hitchcock siempre brilló a gran altura, aquí su fotografía es más que espléndida y aún se puede admirar mejor la riqueza cromática del Technicolor de M. G. M. en la copia DVD aparecida no hace mucho en conmemoración de su 50 aniversario, remasterizada en Vista Visión original (sistema inventado por Paramount en 35 mm, igual que el formato convencional). El realizador también se compenetraba perfectamente con su músico preferido, BERNARD HERMANN quien fundía perfectamente su música con el tema de la película a tratar, melodías que llegaban/llegan al corazón y comunican atmósferas densas con gran profusión de sensaciones y emociones. Colaboró varias veces con Hitchcock y se considera “Vertigo”, una vez más, como su obra cumbre. Más adelante rompieron su buena relación profesional al negarse el músico a ejecutar música de corte pop en “Cortina Rasgada”. “Simbad y la Princesa”, “Viaje al centro de la Tierra”, “La Isla Misteriosa”, “Jason y los Argonautas”, “Farenhait 451”, “El jardín del Diablo”, “Las Nieves del Kilimanjaro” entre otros son títulos destacables, fuera de Hitchcock, cinematográficamente y en el apartado musical. No podemos olvidar al rotulista SAUL BASS quien trabajó en diversas agencias de diseño en forma independiente hasta que Otto Preminger le propuso entrar en el cine cuando preparaba su película “Carmen Jones” (1954) como dibujante del poster y, posteriormente, la creación de los títulos, revelándose como un gran profesional. Colaboró con Hitchcock, entre otros, y en 1974 tomó el asiento de director para realizar la interesante “Phase IV”, según una historia de H. G. Wells. Es curioso y original la rotulación de títulos de “Con la muerte en los talones”: el típico león de la Metro rugiendo en un fondo totalmente (inicio de la película) verde para a continuación (manteniendo el verde en la totalidad de la pantalla) aparecer de izquierda a derecha unas líneas rectas inclinadas (fuerte azul marino) en la parte superior de la pantalla y otras rectas de arriba-abajo en la parte izquierda y de abajo-arriba en la derecha (negro tenue, más delgadas que las verticales; en un momento me sugirió alguna composición pictórica propia del Expresionismo Abstracto) para aparecer oblicuamente las letras de los créditos en blanco.
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Bien que guarda reminiscencias de “Sabotaje” (2º. Versión) y de “Falso culpable”, donde el protagonista sufrirá para demostrar su inocencia, quizás tenga más en común con “La ventana indiscreta”: inicio con tomas de tránsito en Nueva York, bullicio de gente, ruidos, bocinazos (el mismo Alfred Hitchcock, donde aparecía un momento en todas sus películas, surge en esta 1ª escena perdiendo el autobús); ahora la vorágine ruidosa se traslada a un edificio comercial de donde emergerá un personaje antipático en principio, Roger O. Thornill (Gary Grant), un ejecutivo que dicta a su secretaria en el ascensor, parlotea (“En publicidad no hay mentira solo exageración”, “No importa que la competencia tenga más calidad si nosotros ingresamos más beneficios en nuestra cuenta”) y se nos muestra impetuoso, banal en sus acciones, superficial y seguro de si mismo (hace desalojar un taxi ya ocupado fingiendo que su secretaria está enferma) para más adelante intuir el espectador (y después comprobar) que está dominado por una madre bastante insoportable e inoportuna.
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Todo el orden que nuestro hombre parece controlar se hunde cuando es transgredido, luego Hitchcock nos mostrará a su protagonista descolocado de todo blindaje protector y deberá esforzarse en salvar su vida ante una red de espías quienes le confunden con un agente de la C.I.A. George Kaplan que en realidad no existe (un personaje ficticio creado por el servicio de Inteligencia Americano para despistar a esta red de espías). El jefe de la banda de delincuentes (no dudan en asesinar) es el cínico Philip Vandamm (formidable James Mason). Capturado, Thornill jurará una y otra vez que ni es ni sabe quien es el tal Kaplan (2) hasta que los facinerosos deciden librarse de él emborrachándole y dejándole en un coche para que se estrelle en una zona de acantilados. El hecho de ser asiduo bebedor le hace superar la prueba del accidente (el momento donde una rueda trasera queda colgada en el vacío es un punto álgido del suspense) hasta chocar con un coche aparcado de la policía, cosa que probablemente le salva la vida al ser detenido. Escenas de humor en el cuartelillo y cuando las cosas se arreglan conduce a la policía a la mansión donde fue raptado. Otra vez la realidad se hunde: aquella casa pertenece a un miembro de las Naciones Unidas. La policía le reprende y le deja por imposible. Todo se vuelve más complejo cuando en el edificio de la O.N.U. donde va a entablar conversación con el propietario de la mansión, éste es apuñalado y la gente cree que el asesino es Roger. A partir de ahora deberá huir de los espías y de la policía. Todos le persiguen. Sube a un tren y es ayudado por la joven Eve Kendall (Eve Marie- Saint) naciendo el amor entre ellos pero antes introducir la duda entre equívocos y falsas pistas al ver a Eve como amante de Vandamm aunque en realidad sea una agente del Servicio Secreto Americano introducida en la red de espías enemigos. El amor era auténtico Deberá huir de una avioneta fumigadora en un casi desierto (al querer entrevistarse con Kaplan, aún no sabe que no existe) en una de las escenas más modélicas y estudiadas de la historia del cine. La C.I.A se aprovecha de la equivocación del enemigo al creer a Thornill como el inexistente Kaplan, le dan toda ayuda posible pero le aconsejan que siga así para poder detener a la banda. Roger protesta pero accede. En una subasta se comporta como un auténtico energúmeno para poder escapar de Vandamm, de su mano derecha --- el sádico inexpresivo Leonard (Martin Landau) cuyo personaje sugiere, para el espectador perspicaz, una velada homosexualidad --- y sus secuaces y en otra ocasión Eve le disparará balas de fogueo en presencia de Vandam simulando matar a Roger para reforzar su papel en la banda. Finalmente es descubierta y desde el chalet que el espía posee en el monte Rushmore (allí se tallaron en roca los rostros de los presidentes Wahington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln entre 1927 y 1941) pretende arrojarla al mar desde un avión. Roger logrará salvarla, Vandamm es detenido y, en situación comprometida Roger (colgado por una mano a un saliente sostiene a Eve) pide ayuda a Leonard pero éste hace todo lo contrario: va pisando su mano lentamente pero queda parado durante unos instantes (ha recibido un disparo de los agentes de la C.I.A.) para a continuación precipitarse al abismo. Elipsis: Roger y Eve se han casado, viajan en ferrocarril (como si acordasen que allí se conocieron y nació su amor), se abrazan y el tren entra en un túnel. Pura aventura y puro Hitchcock.
Esta es una apretada sinopsis. Veamos ahora la construcción de alguna escena como la de la avioneta fumigadora que ha pasado a la historia del cine.
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--Sabemos que Ernest Lehman y Hitchcock trabajaban en el guión mientras ponían en común las ideas que se les ocurría. En el argumento inicial no aparecía la secuencia de Prarie Stop con la avioneta fumigadora para más adelante apuntar una detallada elaboración de la secuencia con apuntes de dirección técnica. Después de un fundido encadenado:1) plano desde helicóptero --- autopista --- 1ª hora de la tarde, 2) acercamiento a un autocar en picado y con movimiento de travelling de seguimiento al alejarse en dirección este; poco a poco la cámara se distancia del coche elevándose pero sin dejar al autocar hasta que la lejanía le hace parecer un autobús de juguete; el vehículo disminuye la velocidad y para en un cruce de un camino de tierra con la carretera apeándose una diminuta figura: es Thornill; el autocar arranca y se pierde de vista; nuestro hombre está de pie, solo, al borde de la carretera, 3) observa su alrededor, estudia su entorno: terreno casi desértico, llano, sin árboles y solo con algunos pegotes de cultivo (maizales), el sol brilla en el cielo y hace calor, silencio total, nuestro hombre está indefenso, podría perfectamente padecer agorafobia, mira el reloj, son las 15, 35h. (el pesado silencio aumenta la ansiedad y el suspense). Aparece la avioneta perseguidora y Thornill deberá esconderse en los maizales para salvar su vida hasta que, en la carretera, el avión choca con un camión cargado de gasolina. Un realizador no tocado por la genialidad hubiera utilizado un tono más alto o amenazante del aparato musical progresivamente “in crescendo”, movimientos de cámara rebuscados, perseguir la espectacularidad mediante angulaciones chirriantes o sea la gratuidad estética. En cambio Hitchcock mantiene el suspense (y el humor también) mediante el tempo, la cronología en el plano y la total ausencia de música en la escena ---
--- Indefenso, diminuto se ve cuando huye del edificio de la O.N.U. donde le señalan culpable de haber matado al Sr. Towsend, sensación de cargar culpas no cometidas---
--- Conjunto de Planos Subjetivos para presentarnos al personaje conduciendo embriagado el cual ve la carretera y los bordes, haciéndonos ver el peligro que corre---
---Thornill entra en una cafetería citado por Vandamm: entra en Panorámica Horizontal bien aprovechada; además de seguir al personaje nos enseña donde acaba de introducirse--- Otro encuentro entre ambos personajes en Plano General dividido por un árbol, dando efecto de separación entre los dos hombres ---
--- Thornill se dirige al chalet de Vandamm en el monte Rushmore: Contrapicado para señalar el cansancio al subir a pie una cuesta no muy larga pero inclinada --- Roger está arriba y mira a los del piso de abajo, Vandamm y sus esbirros, con una Plano Picado al máximo, casi Cenital (plano perpendicular respecto al suelo, el campo de visión dado es arriba- abajo) ---
--- Apuradísima situación de la pareja agarrada a las rocas: son vistos desde un Plano también muy Picado para hacernos ver la altura a la que se encuentran --- Plano Detalle de la mano de Roger (lo único que de momento salva de la caída), mano pisada por Leonard que a continuación es abatido por un disparo ---
Narcís Ribot i Trafí
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1)- “Alfred Hitchcock, el poder de la imagen”, de Enrique Alberich. Ediciones Fabregat (Barcelona, 1987).
2)- En los primeros esbozos del guión el agente ficticio se llamaba Rosen, posteriormente cambiado a Kaplan.
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