ULTIMÁTUM A LA TIERRA (1951)

“KLAATU , BARADA, NIKTO”
La Ciencia- Ficción (su abreviatura es CF o SF, “Science- Fiction”, en el inglés original) cinematográfica empezó a reconocerse como tal un lustro después de finalizar la II Guerra Mundial a pesar  de la existencia de varias películas desparramadas por los años 20, 30 o 40 con un grueso de seriales B cuyos estilemas tomaban prestados del (sub) género hermano, el cine de terror fantástico (o fantaterror, o terrofantástico) que forma junto con la SF los dos pilares principales del género fantástico. La SF había prácticamente nacido con el invento del cinematógrafo; a la realidad filmada se oponía (o se complementaba, si se quiere) con la fantasía filmada, como el arte (especialmente la pintura) del Romanticismo se veía como oposición al arte Neoclásico (para algunos, como yo, que amamos lo artístico serán también dos términos complementarios a pesar de las fuertes controversias). Al otro lado de los hermanos Lumiére están diversos pioneros como los excelsos Georges Méliès o Segundo de Chomón versioneando a Verne, Welles y adaptando cuentos para crear fantasía y SF.
La II Guerra Mundial había terminado pero comenzaba la llamada “Guerra Fría” (terminó acuñado por Winston Churchill, quien en 1946 había dado la expresión de (“Talón de Acero”, también con gran éxito) entre los vencedores de la anterior, bloque del oeste, capitaneado por Estados Unidos y bloque del este encabezado por la Unión Soviética. Desconfianza, rivalidad, espionaje, estado de alerta……Es aquí cuando, principalmente en EE.UU aparece la llamada “Edad de Oro de la Ciencia Ficción” (la SF literaria se había legitimado culturalmente, ya lo dijimos, a mitad de los 20, incluyendo reconocimiento y popularidad del término formado por las dos palabras, y principios de los 30).

Dos interesantes films inician la temática: “Destination Moon” (“Con destino a la Luna”), de Irving Pichel (producida por George Pal) y “Rockestship K-1” (“Cohete K-1”), de Kurt Neumann (producida por el mismo realizador y Lippert Productions), ambas de 1950 ya incluidas dentro de uno  de los cuatro temas esenciales prolongables en prácticamente todos los films de la década: 1) Invasiones alienígenas, 2) Apocalipsis  nuclear, 3) Viajes interplanetarios y 4) Mutaciones de animales (recordemos el apartado de los insectos gigantes) o de personas. “Ultimátum a la Tierra” pertenece al primer tema aunque no es propiamente una invasión sino una visita para advertir. El mensaje pacifista y reconciliador será utilizado más adelante en otros films, el más destacable es el film de aquel notable cultivador del género, Jack Arnold, “It Came from Outer Space” (1953), no estrenada comercialmente en España, según un relato de Ray Bradbury. Las otras “visitas” extraterrestres serán en plan agresivo conquistador (“La Guerra de los Mundos”, “El Enigma de Otro Mundo”, “Invaders from Mars”, “La Invasión de los Ladrones de Cuerpos”, “La Tierra contra los Platillos Volantes”…). “The Day the Earth Stood Still” --- literalmente más o menos  “El día en que la Tierra se paró”---  se estrenó en España como “Ultimátum a la Tierra” , producida por 20th Fox en 1951 y dirigida por Robert Wise, proviene de un relato del editor- escritor Harry Bates (1900-1981) que no llega a 40 páginas, “Farewell to the Master” publicado en “Astouding Stories” (Bates fue director de la revista durante unos años) en 1940. En España apareció en un libro de Ediciones Martínez Roca (1983) donde Jim Wynorski recopilaba cinco cuentos que sirvieron de base a versiones cinematográficas (el primero fue “¿Quien hay ahí?”, de John W. Campbell, Jr., inspirador de “El Enigma de Otro Mundo” de Christian Nyby y el quinto “El centinela”, de Arthur C. Clarke que sirvió de base al famoso film de Stanley Kubrick, “2001, una Odisea del Espacio”) y el relato de Bates se ofrecía como “El Amo ha muerto”. El libro recopilatorio, agotado, se titulaba “Vinieron del Espacio exterior” y se subtitulaba “La Ciencia-Ficción en el Cine”.

Sinopsis. Un platillo volante aterriza en Washington y un hombre de otro planeta, con una escafandra que le cubre el rostro, baja de él. Le acompaña un gigantesco robot, Gor, capaz de destruir lo que sea con rayos desconocidos por los terrestres. Pero el alienígena, llamado Klaatu (excelente Michael Rennie), viene en son de paz. Su misión es contactar con los gobernantes de todos los países  para advertirles del final de la Tierra si se empeñan en usar la energía atómica con fines bélicos. Es herido en un brazo por un soldado nervioso cuando iba a regalarnos una extraña herramienta y es internado en un hospital. Ante la imposibilidad de reunir a los dirigentes mundiales escapará del hospital y se refugiará en una pensión con el nombre de Carpenter. Allí conocerá a la viuda Helen Benson (Patricia Neal) cuyo marido murió en la guerra y a su hijo Bobby (Billy Gray) con quienes simpatiza al momento. Habla con el Dr. Bernhardt (Sap Jaffre) y aunque entusiasmado ante la insólita visita le indica que los científicos tampoco tienen la fuerza suficiente para hacer avanzar los objetivos de Klaatu. Tom Stevens (Hugh Marlowe), que desea casarse con Helen, hombre ignorante y egoísta, denuncia Klaatu a las autoridades (la viuda rompe con él). El extraterrestre es abatido a tiros pero el robot Gort le reanima y Klaatu, antes de marcharse, da su discurso pacifista y señala los peligros del armamento nuclear y de la guerra, indicando que la decisión es nuestra. Él tiene poder suficiente para destruir la Tierra si continuamos (mal) usando la energía nuclear. Se despide de Helen, saluda a todos levantando el brazo y el platillo volante se aleja hasta perderse de vista………………..
El productor de la Fox Julian Blaunstein se dio cuenta de la posibilidad rentable de un film de Ciencia- Ficción al ver la altas cifras de venta de las revistas del género, estamos en 1949, y convenció al mandamás Darryl F. Zanuck de adaptar el cuento de Harry Bates (habían adquirido los derechos por 1000 $) y aunque este no estaba muy convencido dio luz verde. El éxito un año después de “Con destino la Luna” le hizo cambiar de opinión. El presupuesto rondó un millón de dólares, mucha parte invertida en la construcción del platillo volante (100.000 $), seguido de los trajes de látex de Klaatu y del robot Gort (interpretado por Lock Martin).
La música de Bernard Herrmann fue uno de sus trabajos más arriesgados y originales: substituyó todos los instrumentos de cuerda por violines eléctricos y un bajo eléctrico para destacar al ser que viene del espacio, aunque físicamente igual que nosotros, es totalmente diferente “de lo humano”.

Parte del éxito se debe también al no siempre reconocido trabajo de un buen guionista, en este caso el sólido Edmund H. North (1911-1990), un perfecto conocedor de lo que más conviene al relato en la pantalla y, por ello, hábil en la adaptación de una novela, un relato o una idea, de lo adoptable/cambiable, el mejor escrito resultante para ser translucido al celuloide. Autor de guiones como “Juntos hasta la Muerte” (Raoul Walsh, 1948), uno de los mejores westerns de la historia y otros notables como  “Horizontes Azules” (Rudolph Mathe, 1955) “Solo el Valiente” (Gordon Douglas, 1951) o “En un lugar Solitario” (Nicholas Ray, 1950), aportación al cine negro, o “El Trompetista” (Michael Curtiz, 1958), biografía de un músico con sus interpretaciones melodiosas….Como en el caso de John L. Mahin, imaginación y formas nutritivas para la trama a desarrollar. En el caso de “Ultimátum a la Tierra”, el relato de Norman Bates sirve de punto de partida empero respetar algunas ideas (como podría ser, entre muchos casos, el sencillo y esquemático relato de Daphne du Maurier que inspiró la grandiosa “Los Pájaros”, 1963, de Alfred Hitchcock). El escrito de North y la firme dirección de Wise nos sitúan a principios de los 50, Guerra de Corea y “Guerra Fría”, histeria colectiva y miedo, tiempo de la actuación del tristemente célebre senador Joseph Raymond Maccarthy y su “caza de brujas”….Con ironía Wise- North señalan, gracias a un comentario de una señora, al aterrizar el platillo volante: “Seguro que son los del otro lado” y en los continuos consejos-advertencias de Klaatu: “No me interesan vuestras rivalidades, ni vuestros conflictos….solo la paz”. Un punto a tener en cuenta, reconocido después del estreno por el mismo North es la inflexión religiosa en comparaciones mesiánicas que escandalizó a algunos: 1) el extraterrestre viene “del cielo” (en este caso es un planeta del espacio exterior de condiciones parecidas al nuestro ya que Klaatu físicamente es igual que nosotros aunque vive muchos años más y su conocimiento intelectual y científico es incomparablemente superior al de los terrestres ) para finalmente regresar de donde ha venido y en realidad nos viene a salvar de una muy posible guerra; 2) convive una temporada con la especie humana y es perseguido y tiroteado a causa de su mensaje; 3) cuando se escapa del hospital recoge una americana donde una etiqueta de la tintorería dice Carpenter (= “Carpintero”, profesión de san José y de Jesucristo), esto le dará una idea para identificarse con el apellido Carpenter, pero evidentemente, Klaatu no es un ser divino sino un habitante de un planeta mucho más avanzado que el nuestro, también en la moral; 4) ello se evidencia cuando es tiroteado y muerto por el ejército el robot Gort le devuelve la vida y Helen Benson le dice “Entonces eres inmortal” y Klaatu contesta :”No, es una técnica para poder vivir unos años más, la inmortalidad es algo solo reservado al Sumo Hacedor”.
La suma de estos talentos en una época en que la SF cinematográfica carecía de lenguaje creó un gran film. Así, la película será rodada como si de cine negro se tratara: rostros en la penumbra que preparan la presentación del personaje, persecución durante la noche en automóvil por las calles de la ciudad entre niebla y farolas encendidas. Pero esta inserción en la realidad cotidiana de “alguien que viene de fuera” funciona a la perfección en la pantalla. El mensaje pacifista fue válido y aunque parezca desfasado (“la guerra fría” pasó) es intemporal, ahora hay otros conflictos y otras muchas amenazas….. Estamos lejos de las mascaradas para mostrar extraterrestres de las más espantosas (y a veces estrafalarias) apariencias, Klaatu es prácticamente un ser humano.

Otro ejemplo es el film del mismo año, “The Thing from Another World” (“El enigma de otro mundo”, para R.K.O.), del montador Christian Nyby, producido y supervisado por Howard Hawks (quien dirigió también alguna escena). Si “Ultimátum….” Era el cine negro de la Fox para una película de SF, aquí es puro cine de aventuras, colaboración dentro de un grupo (algo típico de Hawks) para combatir al extraterrestre agresivo con intención de invadir la Tierra. James Arness --- al que veremos años después como agente del F.B.I. en “La Humanidad en Peligro” --- interpretaba al alienígena. El guionista Charles Lederer dejó de lado al ser pensado por el escritor John W. Campbell el cual cambiaba de personalidad. Se centró en un gigantesco humanoide --- inspirado claramente en la clásica figura del monstruo de Frankenstein que popularizó Universal --- capaz de regenerar sus miembros (unos perros le arrancan un brazo y le vuelve a crecer al poco tiempo) dada su naturaleza prácticamente vegetal. “El enigma de otro mundo” es también, a pesar de su presupuesto inferior y de su mensaje no tan redondo, una película muy interesante (“Vigilad el cielo” era la consigna final, totalmente al revés de “Ultimátum..significando al extraterrestre agresivo como los del otro lado del “Talón”).

Volviendo a “Ultimátum a la Tierra”, destaquemos algunas escenas:
--- El excelente manejo de las masas que hace Wise mediante la combinación de planos generales cuando al principio aterriza la nave en un inmenso parque. La reacción de desconfianza de los terrestres ante lo desconocido  a pesar del anuncio en son de paz de Klaatu que es herido por primera vez. Subraya Bernard Herrmann con música inquietante la aparición del autómata Gor que funde unos rifles, un par de cañones y un tanque, dando el tiempo justo para saltar sus ocupantes y salvar sus vidas ---
--- Aún no hemos visto el rostro de Klaatu. Le vemos en su habitación del hospital en plano- contraplano de espaldas conversando con el secretario del presidente. Finalmente observamos una faz serena y totalmente normal. Su idea es hablar ante todos los representantes de las naciones. Ante la imposibilidad manifiesta su irritación ante la estupidez humana. No quiere hablar solo con una nación o grupo de naciones pero ante los recelos y rivalidades ello no es posible. Klaatu manifiesta que no le interesan los conflictos humanos. Más adelante, al no poder conectar con los políticos probará con los científicos visitando en primer lugar al Dr. Bernhardt. Allí le dice que le preocupa el hecho de descubrir los terrestres una forma rudimentaria de energía atómica que alguna de las naciones puede aplicar a naves interplanetarias, pueda pasar a otros planetas y llevar el Universo a una terrible guerra cósmica---

--- En casa del Dr. Bernardt, mientras él y Bobby esperan al científico, Klaatu ve una pizarra con una complicada ecuación no resuelta. Después de un rápido vistazo el extraterrestre coge la tiza y resuelve el problema. El profesor quedará boquiabierto cuando lo vea ---
--- Klaatu y Bobby visitan el cementerio. Observan una tumba con el nombre de Robert Benson. “Era mi padre, murió en la guerra”, la mayoría de los enterrados ahí murieron en la guerra. Klaatu, que se hace pasar por un súbdito de un país lejano,  ante la pregunta del niño de si hay cementerios allí de donde viene, este le contesta: “Si, están,  pero no por la guerra, allí no las hay” ---
--- El extraterrestre y el niño ven la estatua de Abraham Lincoln. “Era un gran hombre”, exclama Klaatu, “Ojalá hubiera podido hablar con él” ---
--- Ante las dificultades le dice al profesor que hará una demostración inofensiva de su poder. Durante media hora toda la electricidad de la Tierra queda bloqueada con excepción de aviones en vuelo y hospitales (de 12 a 12,30 del mediodía), otra vez mediante exposiciones individuales (un policía que intenta arrancar su moto, un ferrocarril eléctrico queda parado, un pescador  en medio de un lago sin poder poner en marcha su barca a motor, una ama de casa ha de sacar la ropa de la lavadora) junto con planos de masa sorprendidas (plazas, vías de grandes ciudades con infinidad de coches parados ---
--- Cuando hacia el final Klaatu es herido de muerte le dice a Helen que vaya a colocarse frente a Gor y pronuncie las palabras “Klaatu Barada Nikto”  (basado en el sánscrito) ya que si algo le pasa a él el autómata tiene inmenso poder para destruir la Tierra ---
Robert Wise (1914- 2005) nació en Winchester (Indiana). Desde niño sentía gran afición por el cine. A causa de la depresión entrará en la compañía RKO (empezando desde abajo como todos los grandes). Quería ser director y su oportunidad le llegó, tras ser montador con Orson Welles, de la mano del productor Val Lewton cuando le ofreció la realización de “La Venganza de la Mujer Pantera” (1944), continuación de la mítica “La Mujer Pantera de Jacques Tourneur. Tenía habilidad para pasar de un género a otro, se sentía bien en el fantástico- terror (“El ladrón de Cadáveres”, con Boris Karloff y Bela Lugosi, “La casa encantada”, la mejor del tema de mansiones embrujadas), en la SF (“La amenaza de Andrómeda”, “Ultimátum a la Tierra”, “Star Trek”), algún western (“La Ley de la Horca”, “Sangre en la Luna”), el péplum (“Helena de Troya”), el musical (“West Side Story”, “Sonrisas y Lágrimas”), el cine negro (“Marcado por el odio”, “Nadie puede vencerme”, ambas sobre el mundo del boxeo), el drama (“!Quiero vivir¡”, alegato contra la pena de muerte)  o bélico (“Las ratas del desierto”).
Los éxitos de Wise como realizador (y no en sentido comercial que prácticamente casi siempre los tuvo, especialmente “El Yang-Tse en Llamas”, que arrasó) se debe principalmente a su afición y profesionalidad hacia el 7º arte y compromiso ante sus proyectos, sus años de montador le otorgaron una destreza inmejorable, logró grandes films con presupuestos reducidos y alguno con importes a disponer más elevados.
Su deseo era no usar planos innecesarios (en alguna ocasión “redujo” demasiado pero generalmente y en mucho estuvo acertado). Versatilidad, sabio uso de los planos, fluidez narrativa proveniente de sus conocimientos técnicos; en principio señalado como “artesano” por su no especialización en un género  (si hubiera sido así criticarían por dedicarse solo a un tema, otras veces ha pasado) pero Robert Wise fue un “artesano” con toda la connotación positiva que conlleva, o sea un excelente realizador.
Hay una versión reciente. Mejor correr un tupido velo…

 Narcís Ribot i Trafí