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SCARAMOUCHE (1952)
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“Nació con el don de la risa y la creencia de que el mundo estaba loco…”
(“Scaramouche”, novela de Rafael Sabatini)
Fue con la novela “Scaramouche”, de Rafael Sabatini, cuando me inicié en la literatura de aventuras. Leída en mi infancia me impresionó profundamente, años después volví a leerla y pasó lo mismo. Más adelante visioné la película clásica de George Sidney (1952), “Scaramouche” (“Scaramouche”) producida por M. G. M., en DVD y provocó en mí una decepción total, principalmente en el guión de Ronald Millar y Georges Froeschel por tener tantas diferencias (en especial el final aunque el enfoque fílmico es totalmente distinto del texto sabatiniano) y por la realización de Sidney por no filmar la película deseada. Posteriormente, en una revisión del film --- con más edad y conocimientos cinematográficos --- descubrí valores como el dinamismo, la coordinación y la fluidez (cualidades que en muchas ocasiones han salvado a directores, películas o guiones mediocres o nulos). Incluso diría que el guión está acertado (si nos olvidamos del original literario, al menos en mi caso) y la dirección de Sidney es sencillamente notable, quizás una de sus mejores películas.
Repito lo dicho alguna vez: literatura y cine son dos artes distintas; en cine ha de comprimirse lo expuesto mientras la literatura tiene más espacio y tiempo. Nunca he creído en la máxima generalizada “El libro es mejor que la película”, habrá varios casos que si, muchos quizá, pero también hay otros a la inversa (“Tiburón”), además de diversos ejemplos donde se parte de un relato corto o largo más o menos conseguido para realizar una película excepcional o buena: “Los pájaros” (Daphne du Maurier/Alfred Hitchcock), “La ventana indiscreta” (Cornell Wooldrich/Alfred Hitchcock) o “Desafío total” (Philip K. Dick/Paul Verhoeven).
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I)- EL PERSONAJE: SCARAMOUCHE
Scaramouche, también conocido como Scaramouch, proviene del original italiano, “Scaramuccia” (literalmente “Escaramuza”), farsa del siglo XVII, personaje picaresco de la Comedia del Arte, del grupo llamado “Zanni” (o payasescos), generalmente presentado como miedoso, bufonesco y con inclinaciones al arte, se cubre con un vestido y una máscara negros, a veces lleva gafas, es astuto y emplea en ocasiones palabras solemnes y rebuscadas para manifestarse y ser escuchado.
El protagonista de la novela de Rafael Sabatini, Andrés- Luis Moreau, y sus adaptaciones cinematográficas está perseguido por la ley (ley injusta de los privilegiados en la Francia pre revolucionaria de finales del siglo XVIII) y se esconde en una compañía teatral interpretando el personaje de Scaramouche). El nombre ha sido usado en diversos films como “alias” de alguien deseoso de ocultar su identidad y también en alguna canción (“Bohemian Rhapsody”, 1975, del grupo británico de rock “Queen”). En 1917 el compositor francés de origen hebreo Darius Milhaud (1892-1974) idea un borrador para una suite de saxofón, “Scaramouche”, interpretada en público por vez primera en 1937 (posteriormente dio una variación para saxofón y piano, otra para dos pianos y un arreglo para clarinete). También se denomina Scaramouche un tipo de títeres con cuello extensible.
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II)- EL ESCRITOR: RAFAEL SABATINI
Rafael Sabatini nació en la localidad de Jesi (Italia) el 29 de abril de 1875. Sus padres eran Vicenzo Sabatini (italiano) y Anne Trafford (inglesa) eran cantantes de ópera y su vida artística les obligaba a desplazarse a distintos lugares hasta aposentarse en Jesi para dedicarse a dar clases de canto. Después de una temporada con sus abuelos maternos cerca de Liverpool el niño vuelve con sus padres para trasladarse a Portugal y después a Milán, enviando al futuro escritor a Suiza donde pasa buena parte de su adolescencia entre estudios y lecturas de Sir Walter Scott, Julio Verne, Alejandro Dumas y William Shakespeare. A sus 17 años regresa a Liverpool para dedicarse a los negocios, cosa nada atractiva para él ya que se ha despertado su vocación hacia la literatura y, así, en 1890 empieza a escribir. Su legado literario es de 52 novelas junto con buen número de relatos históricos (mini biografías de personajes reales) y será en 1902 cuando escriba su primera novela y después de su matrimonio con Ruth Dixon (1905) decidirá vivir exclusivamente de la literatura. Sabatini pasó momentos muy amargos en su vida: fallecimiento de su hijo Rafael Ángelo (llamado “Binkie”) en accidente automovilístico, seguida de separación de su esposa (1927). A mitad de los años 30 (había cumplido los 60) casa en segundas nupcias con su cuñada Christine (anteriormente casada con el hermano de Ruth) del cual tenía un hijo, Lancelot Steele Dixon. Sabatini era ahora su tío- padrastro y le quería como si fuera hijo suyo. La tragedia volvió a repetirse: el muchacho, alistado en la RAF, murió en accidente de aviación. Problemas de salud, entre los que se encontraba un cáncer de estómago hizo bajar su producción en la década 1940-50 y en 1950, un 13 de febrero, fallece en Adelbonen (Suiza) donde es enterrado. Christine, su viuda, era escultora y realizó para su tumba la imagen de un hombre yacente con una pluma y, además, en el epitafio se repetían las palabras iniciales de la novela que le había encumbrado, “Scaramouche”: “Nació con el don de la risa y la creencia de que el mundo estaba loco…”.
Su estilo era ágil y vitalista, a veces espontáneo y sus argumentos, ingeniosos e imaginativos a la vez, penetran con interés en el espectador especialmente en sus novelas que ahora llamaríamos “históricas”. Sus descripciones de personajes y lugares son precisas y exactas. Las figuras ficticias se engarzan perfectamente con las reales y en los ambientes donde estas se mueven con toda efusión de detalles históricos que enriquecen el relato. Sus novelas de “capa y espada” están entre lo mejor del género. Sabatini, aparte de hablar seis idiomas (aunque para escribir casi siempre usó el materno: el inglés) era un hombre de gran cultura. Sus obras más conocidas son “El halcón del mar” (1915), “El capitán Blood” (1922), “El cisne negro” (1932), “Scaramouche” (1921) --- todas ellas con equivalente éxito en adaptaciones para el cine --- así como “El favorito” (1946), “Bellarion” (1926), “La fortuna del bufón” (1923), “La bandera del toro” (1915), “Baderlys, el magnífico” (1905) entre otras. Acciones bélicas, arriesgadas maniobras marineras, duelos de espada, intrigas, honor, traiciones, amor, nostalgia, comedia y drama alternados y romanticismo efervescente incrustado recíprocamente en ambiente, hechos y personajes reales y un humor poco frecuente e inusitado… Unos diez años después de escribir “Scaramouche” publicó una secuela, “Scaramouche, the Kingmaker” sin el éxito deparado por el original.
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III)- LA NOVELA: “SCARAMOUCHE”
Fue la obra que le dio a conocer las mieles del éxito, antes limitado y relativo. “Scaramouche” (mismo título que su edición en castellano) se publicó en 1921 y un año después el escritor volvió a triunfar con “Captain Blood” (“El Capitán Blood”) lo cual hizo reeditar toda su obra anterior y, a partir de ahora, se convirtió en uno de los puntales de las historias de aventuras, especialmente de “capa y espada” y en el novelista más leído en su momento (años 20 y 30). José María Guelbenzu nos dice en un lúcido artículo que “la novela se tiene en pie con la misma arrogancia que el personaje más sugestivo: el marqués de la Tour D’Azyr, el mortal enemigo de nuestro protagonista, André- Louis Moreau, conocido como Scaramouche”.
La novela se divide magistralmente en tres partes: 1) El manto, 2) el coturno y 3) la espada. I) EL MANTO. En la primera vemos como el muchacho André- Louis Moreau vive con su padrino Quintín de Kercadiou en sus propiedades de Gravillac. No sabe quiénes son sus padres (fue bautizado en el pueblo de Moreau, de ahí el apellido), al señor de Kercadiou le llama padrino (en una ocasión le preguntó si él era su progenitor y Quintín lo negó aunque le quiere como si fuera hijo suyo). André es un joven brillante, de inteligencia despierta que ha finalizado su carrera de abogado. Recibe la visita de su íntimo amigo, el seminarista Philippe de Vilmorin el cual está indignado por la muerte de Mabey, un campesino que intentaba robar un faisán en los terrenos del señor de la Tour D’Azyr y murió al recibir un disparo del guardabosques. Vilmorín hace suyo el problema de la gente, especialmente si es humilde y pretende reclamar al marqués. André no le interesa ni se mete en política aunque reconozca la acción como injusta pero con cierta ironía: “Mabey cometió un error, debía haber robado los faisanes de otro. No me sorprende cualquier brutalidad que venga de un bruto y todo el mundo sabe que el señor de la Tour D’Azyr lo es”. La visita a Gravillac por parte del marqués de la Tour d’Azyr, da a Vilmorin oportunidad de conseguir una entrevista en una posada y exponerle sus quejas al noble que se burla de él y dice estar cansado de que le roben los faisanes, defiende la nobleza como clase privilegiada, no hace caso del hecho que Mabey pasara hambre, ni las leyes de la humanidad y además tilda de “platos de segunda” los argumentos de Vilmorin, sacados de los Voltaire y Juan Jacobo (Rousseau) en su “repugnante jerga” y finalmente le ofende gravemente para conseguir un duelo. Madrugada en el bosque de Gravillac, el seminarista ilustrado Vilmorin que nada sabe de esgrima se enfrenta a la más temible espada de Francia: la de Gervasio, marqués de la Tour d’Azyr, conde de Solz, caballero de la orden del Espíritu Santo y general del ejército del rey Luis XVI. André intenta impedir el duelo pero solo ve como su amigo cae bajo la espada del marqués. Desesperado se abraza al cadáver de Vilmorin e insulta al aristócrata tratándole de asesino y de haber cometido una cobarde acción mientras este levanta la espada amenazante (André espera la muerte) pero se detiene y se marcha, quizás por recordar su amistad con Quintín de Kercadiou, siguiendo los consejos del caballero de Chabrillanne, su primo, mejor amigo y colaborador (quien había prestado su espada a Philippe). A partir de ahora André- Louis buscará inútilmente la acción de la justicia, los magistrados no quieren escucharle cuando denuncia al poderoso marqués (tampoco hacen caso del hecho de estar prohibidos, al menos teóricamente, los duelos). Ahora hace suyas las ideas revolucionarias de su fallecido amigo, pasa a Nantes y habla en público contra el señor de la Tour d’Azyr y los privilegios de la aristocracia, añadiendo más pólvora a la revolución ya en estado latente. Deberá esconderse y dejar Gravillac sin avisar a su padrino ni a su sobrina Alina (André y Alina se tratan como si fuesen primos aunque ambos se aman desde pequeños) ya que está fuera de las ley y así se inicia la segunda parte. II) EL COTURNO. La casualidad le hará conocer una pareja de cómicos que le ofrecerán la entrada en la compañía teatral de Gastón Binet (subsiste con resultados artísticos mediocres y poca ganancia económica) donde al cabo de poco tiempo --- dado el gran conocimiento demostrado en las obras clásicas --- asumirá el papel vacante de Scaramouche y al tener éxito se hará socio del dueño (otro punto a tener en cuenta es que Monsieur Binet no cuidaba las cuentas, era ajeno a cualquier contabilidad, cosa de la cual se ocupa perfectamente André). Se enamorará pronto de Climena, la hija de Binet y cuando hay ya el compromiso matrimonial en marcha se entera que es pretendida (y ella le corresponde) por el marqués de la Tour d’Azyr quien le ha regalado un costoso diamante. En el teatro Feydau, actuando como Scaramouche, André denuncia públicamente al señor de la Tour d’Azyr el cual debe abandonar su palco al organizarse una batalla entre los partidarios y contrarios de los privilegiados. Un furioso Binet descarga un bastonazo en la espalda de Scaramouche y este le hiere al dispararle con una pistola. Otra vez André debe huir, ahora más buscado que nunca, sin saber que su mortal enemigo ahora se acerca a Alina de Gravillac --- ha roto relación con Climena --- para proponerle matrimonio
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Esta segunda parte es más reposada (salvo la batalla del teatro) y está tan exquisitamente conseguida como la primera. Aquí vemos por primera vez como André- Louis se convierte en Scaramouche, asumiendo nombre y personalidad bufonesca y cínica de su personaje. Es una porción, podríamos decir, costumbrista (“costumbrismo teatral”, si se me permite, que Sabatini conoce al dedillo).
El inicio de la tercera parte se da en París, pasa por Gravillac cuando estalla el Terror y acaba en París. III) LA ESPADA. Deambulando por las calles de París descubre un anuncio pidiendo un meritorio: “Bertrand Des Amis, Maestro de Armas de la Academia del Rey”, academia de esgrima. Allí André barrerá, preparará las clases, cuidará de los floretes y de todo, haciendo buenas migas con el profesor Bertrand. Se iniciará la técnica de la esgrima practicando ininterrumpidamente durante un tiempo hasta superar a su maestro. Una noche, Monsieur Des Amis muere arrollado por una turba descontrolada en los inicios de la época del Terror y Scaramouche hereda la Academia de Esgrima sacándose el título y convirtiéndose en un reputado profesor. Vuelve a Gravillac para reconciliarse con su padrino más este le rechaza por el sufrimiento que le hizo pasar. Disgusto detrás de otro ya que al ver a Alina esta le dice sobre sus relaciones con el marqués. Recibirá después la visita de Teresa, condesa de Plougastel, prima del señor de Kerkadiou a quien conocía en visitas espontáneas desde que era niño. Ella intercede a Quintín quien se reconcilia con su ahijado. Ahora es visitado por (personajes reales) los abogados Isaac Le Chapelier y Georges- Jacques Danton para ser diputado y enfrentarse a duelo con los miembros de la aristocracia y contestarles con sus mismas armas y provocaciones. En principio André renuncia pero al enterarse de quien ha de suprimirse acepta rápidamente: al señor de la Tour d’Azyr, jefe de “los caballeros del puñal”, movimiento aristocrático totalmente contrarrevolucionario. Allí verá a Maximilien Robespierre y a otros (curioso: estos promotores de la revolución, los tres citados y otros murieron guillotinados todos en 1794). Al finalizar la sesión en la Asamblea Nacional es provocado y desafiado por Chabrillanne. A continuación un formidable tratamiento elíptico: a la mañana siguiente André pide disculpas por llegar tarde a la sesión de los diputados y da también excusas del caballero de Chabrillanne “quien permanecerá para siempre ausente de la asamblea” (sin describir el duelo). A los siguientes aristócratas provocadores se limita Scaramouche a herirles o desarmarles hasta que logra discutir y enfurecer al marqués, al acabar una sesión, quien le abofetea. Este era el duelo deseado. La habilidad de André sorprende al señor de la Tour d’Azyr y en una serie de fintas la espada de Scaramouche está a punto de atravesar el corazón de su enemigo pero este, en el último instante, logra desviar la hoja que le hiere en el hombro. La condesa Plougastel, aterrorizada, y Alina aparecen ahora para impedir el duelo pero llegan tarde aunque vuelven contentas al no haber muerto nadie. Meses después, el Terror en pleno apogeo, recibe André la visita de su padrino para que extienda un salvoconducto para la condesa. Al resistirse, por arriesgado, Quintín le cuenta a su ahijado que Teresa de Plougastel (su marido el conde está largas temporadas ausente) es su madre, quien le confió el niño desde su nacimiento aunque nunca ha sabido quien era el padre. André hace tres pasaportes falsos para la condesa, un criado y Alina. Allí, en su domicilio ve a los tres personajes a quien debe salvar pero el lacayo es en realidad el señor de la Tour D’Azyr. Los dos hombres están a punto de matarse con sendas pistolas y la condesa Plougastel hace una dramática revelación: “¡André, es tu padre! ¡Gervasio, es tu hijo, nuestro hijo!”. Las miradas de los dos mortales enemigos se cruzan horrorizadas, mientras la mujer, amante de uno y madre del otro se desmaya. Al recuperarse cuenta que tuvo miedo del escándalo y mintió a su amante diciendo que el niño había muerto cuando en realidad se lo confió a su primo Quintín. Al cabo de unos instantes es André quien habla con voz fría e inexorable:” Señor de la Tour d’Azyr, supongo convendréis conmigo en que este descubrimiento apenas si puede ser tan terrible y desagradable para mí como lo debe ser para vos y que en nada borra ni altera lo sucedido hasta aquí entre nosotros, y si en algo altera es para añadir aún más a la cuenta pendiente… sin embargo, ¿de qué sirven ahora las palabras? ¡Tomad este documento que os acredita como lacayo de la señora Plougastel y huid con él lo mejor que podáis, a cambio de ello os suplico el favor de no volver a veros jamás, ni de oír hablar nunca más de vos!” Al reprenderle su madre, André le dice que el señor de la Tour d’Azyr asesinó a su mejor amigo y sedujo estúpidamente a la mujer con quien pensaba casarse. Ahora el marqués pide ser escuchado antes de marcharse y dice que los métodos para provocar el duelo con Vilmorin no fueron honestos pero él no tenía otro remedio que hacerlo ya que quería la sociedad tal como estaba y las ideas del seminarista eran perjudiciales para otras personas, más ignorantes que él los cuales le seguirían. Jura por su salvación eterna que lo hizo con dolor pero no se arrepiente, piensa que era su obligación. “De haber sido yo el hombre fríamente sanguinario que has pensado siempre, aquella mañana en Gravillac, abrazado al cuerpo de Vilmorin, cuando me insultaste provocándome te hubiera matado también a ti pero puedo perdonar un insulto hacia mi persona pero no uno contra mi clase y la sociedad entera…” --- le dice--- y que en el asunto de la señorita Binet fue desgraciado, actuó sin saber lo de las relaciones con André, quien le pregunta: “¿Hubierais actuado de otra forma de haberlo sabido?” A lo que contesta noblemente: “No, no puedo asegurar que ello hubiera despertado en mi algún escrúpulo; tengo los defectos propios de los hombre de mi clase…”
El marqués se despide de su hijo, de su antigua amante y de Alina, testigo mudo, de la situación, con un saludo que significa renuncia al proyecto matrimonial. Antes de marcharse con el salvoconducto, el señor de la Tour d’Acyr dice: “En otras circunstancias estaría orgulloso de tener un hijo como tú y, sin embargo, ahora también lo estoy… haya paz entre nosotros”. Y salió para siempre de sus vidas. Meses después supieron que estaba al servicio del emperador de Austria. Alina y André preparan su boda ante la complacencia del señor de Kerkadiou y madame Teresa de Plougastel, acabando así esta historia folletinesca, excelentemente detallada, jalón importante en las obras de “capa y espada”, quizás la mejor.
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IV)- LA PELÍCULA: “SCARAMOUCHE” (1952), DE GEORGE SIDNEY
En 1923 se filmó un “Scaramouche” (“Scaramouche”) mudo a cargo de Rex Ingram, con Ramón Novaro como André, en el sentido literario más fiel al texto de Sabatini (tampoco lo es del todo ya que el marqués morirá linchado por una turba atacante) con una duración de dos hora. Es curioso como Lewis Stone, intérprete del señor de la Tour d’Acyr en la versión de Ingram encarna a Georges Vilmorin en la película de Sidney (personaje inexistente en la novela, padrino de André y padre de Philippe, única persona que conoce la identidad del padre de André).
Dos son los puntos principales, aparte de las distintas vivencias de los personajes, novela- película. 1) El factor de la sangre: en el libro se descubría la relación parental de los dos enemigos solo al final, confesada por la condesa para evitar que padre e hijo se mataran. En el film la sangre y la relación familiar marca toda la historia: André Moreau se enamora de Aline de Gravillac, hija del difunto conde de Gravillac del cual André sospecha es también su padre y, por lo tanto, la idea (falsa) de ser hermano (o hermanastro de la mujer que ama de verdad) y luego al final (del duelo en el teatro) por un sentimiento aparecido en el momento justo de desarmar al marqués y atravesarlo con su florete no lo hace sino que clava el arma en una tabla y se marcha. No se explica cómo no ha dado muerte a su detestado rival y el caballero George Vilmorin, padre del difunto Philippe y padrino suyo, le cuenta que él no es hijo del conde Armand de Gravillac sino de un marqués amigo de este, el padre de su antagonista, o sea los dos enemigos mortales no son padre-hijo (novela) sino hermanastros (película) y 2) el tema de la Revolución Francesa, latente en un principio y desencadenada en la parte final con los negros días del Terror (novela) solo es una referencia en el film. Los personajes, tanto los principales como los secundarios (todos tienen su importancia en la trama fílmica, reapareciendo para desempeñar una función en el argumento) están espléndidamente integrados en la historia
---André Moreau aquí no es abogado, no tiene oficio, parece más despreocupado en un principio, es un don Juan y --- como la famosa frase referente a los marineros --- tiene “una novia en cada puerto” aunque Leonore Binet (la Climena Binet literaria) parece ser a quien va a desposar. Él ya conocía la compañía teatral antes de refugiarse en ella, perseguido por los hombres del marqués, y substituir a un poco agraciado y alcohólico actor en el papel de Scaramouche el cual tiene en su poder un prospecto de Marcus Brutus/Vilmorin. Stewart Granger fue un brillante André/Scaramouche pese a no coincidir con la descripción física dada por Sabatini ---
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--- Está magnífico Mel Ferrer en su rol de Noel, marqués de Maynes (en lugar de Gervasio de la Tour d’Azyr), es más frío e implacable que el literario (al menos demostraba al final sentimientos de afecto hacia su hijo y auténtica nobleza, aunque escondida) que se bate con otros aristócratas por nimiedades, está enamorado de su prima, la reina María- Antonieta (Nina Foch) la cual le ordena deje de batirse con miembros de la aristocracia y unirse todos para combatir a los revolucionarios. Un pseudónimo llamado “Marcus Brutus” (en realidad Philippe de Vilmorin) distribuye panfletos con el título de “Igualdad”, “Libertad” y “Fraternidad” y uno de ellos ha llegado a los aposentos de la reina. Noel jura exterminar a Marcus Brutus” y María- Antonieta (único personaje real históricamente a diferencia del libro) le ordena/aconseja se haga cargo del pupilaje de Aline, cuyo padre, el conde Armand de Gravillac, acaba de fallecer. El marqués caerá rendido a los pies de su pupila, por su belleza, inteligencia y natural simpatía ---
--- Philippe de Vilmorin (Richard Anderson), de origen noble (al igual que en el libro) no es seminarista y es mucho más activo. El Marcus Brutus/Vilmorin es similar al Omnes- Omnibus/André en Sabatini cuando este decide tomar un pseudónimo y distribuir en panfletos las ideas revolucionarias de su fallecido amigo. En verdad el caballero George de Vilmorin (Lewis Stone) tuvo un hijo natural (Philippe) y otro adoptivo (André) pero es como si hubiera tenido dos pues tanto él como su esposa Isabelle (Elizabeth Risdon) los aman por un igual y ambos jóvenes se quieren como auténticos hermanos. En una posada se encontrarán con el marqués de Maynes quien cumple su promesa al matar en duelo provocado a Vilmorin y André jura a su vez exterminar al aristócrata ---
---El caballero de Chabrillane (Henry Wilcoxon) no es aquí primo ni colaborador íntimo del marqués sino un lugarteniente, eso sí, con mucha confianza. No morirá como en la novela solo será herido como uno más de los nobles enfrentados a Scaramouche (será el primero en la lista de los provocadores aristócratas enfrentados a André quien fallecerá) ----
También buenas interpretaciones femeninas, tanto la pelirroja Eleonor Parker (Leonore Binet) como Janet Leight (Aline de Gravillac). Leonore es más inteligente de lo que su forma de ser frívola (aparentemente) parece demostrar: quiere en principio a André pero no ve el matrimonio como fin y comprende que él será más feliz con Aline y en un final humorístico (el humor también presente en Sabatini) desde la ventana arroja un ramo de flores a la pareja, en la carroza nupcial, con una especie de petardo dentro que ennegrece la faz de André mientras ella comenta cara al público que tiene nuevo pretendiente, un general cuya figura dará a hablar a todo el mundo, que se acaricia un costado con la mano contraria y la otra la coloca en la espalda: el mismísimo Napoleón Bonaparte Ramolino.
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George Sidney (1916- 2002) era hijo de un productor e intérprete teatral y de una actriz. Pronto entró en los escenarios teatrales y después en la Metro Goldwyn Mayer como montador y asistente de dirección (donde estará durante casi toda su carrera) para convertirse en realizador. Dirigirá al grupo de niños de “La Pandilla”, alguna comedia romántica y, sobre todo musical, el género donde se sentía más cómodo y en el cual se especializó. Recordemos “Levando Anclas” o “Escuela de sirenas”. También realizó algún film bélico y melodrama aunque el éxito le sonriera --- después del musical --- con sus dos aportaciones al cine de “capa y espada”: “Los tres mosqueteros” (1948), con Gene Kelly y “Scaramouche” (1952), más compacta y equilibrada. Su total dominio en la coreografía le dio pie a componer tanto sus comedias musicales como en característica principal para sus films aventureros donde en sus pasajes de gran acción semejaban a las cintas melodiosas y ello resultó muy positivo.
George Sidney (otro día podríamos hablar un poco más extensamente de él) usa la característica propia del cine musical que consiste en introducir/intercalar secuencias a ritmo temporal diferente (a veces con interrupción del la tonalidad normal) a las del resto del film (tiempo natural), generalmente ballets, en particular en “Scaramouche”, la música/el ballet causante del cambio de tempo es substituido por los duelos a espada. Así, Andrés asiste impotente a la muerte de su amigo Philippe a manos del marqués de Maynes en el descampado circundante a la posada, recoge la espada de su amigo (recibida a su vez de su padre, George de Vilmorin) y desafía al aristócrata. Parece que André correrá la misma suerte que su desdichado amigo ya que la técnica del marqués es ampliamente superior pero logra apoderarse de una pistola en la montura, amenaza a de Maynes y le jura que le matará con la espada. Huye, y después de convertirse en Scaramouche, logra recibir clases de esgrima del gran profesor Doutreval of Dijon (John Deemer), maestro del marqués (el hecho de ser aceptado es por sus secretas convicciones revolucionarias, André le muestra un prospecto de Marcus Brutus). En la escuela veremos uno de los planos más conseguidos: en misma toma y desde la claraboya André observa (desde su punto de vista) el entrenamiento dado por Doutreval a de Maynes quien finalmente descubre las clases dadas por su profesor a su mortal enemigo el cual asegura la ignorancia de su identidad por parte del maestro (para no recibir represalias). André huirá ahora a París para completar su aprendizaje de esgrima y poder batirse en igualdad de condiciones con Noel. Allí recibirá clases del profesor Pèrigore quien fue maestro de Doutreval. Hay tres duelos Moreau- Maynes: el primero es desigual y solo el poder apoderarse de una pistola salva a André, el segundo en la academia de esgrima es de lo más espectacular, André logra huir, el marqués es aún algo superior con el florete y el tercero es en el teatro, para muchos el combate a espada más conseguido de la historia del cine. Cuenta con 115 planos en casi siete minutos y los contendientes recorren prácticamente la totalidad del teatro Ambigú (decorados perfectamente aprovechados) luchando: platea, palcos, pasillos, escaleras, subidos a las barandillas, escenarios y en total silencio musical solo con los suspiros del público y el ruido de las espadas al chocar. Otro hallazgo del film es la avenencia de Leonore y Aline (actriz y aristócrata) para evitar un posible duelo en el bosque por parte de los dos hombres.
La música de Victor Young es adecuada en un film de aventuras tratado como un musical sin música en los momentos más densos y decisivos y la coloración de Charles Rosher en Technicolor es exuberantemente formidable, una de las películas --- no solamente de su género sino de la historia del cine en general --- con mejor colorido (en perfecta combinación con los decorados del prolífico Cedric Gibbons y otros tres junto con el vestuario espectacularmente colorista de Giles Steele). Las secuencias bucólicas, especialmente, recuerdan --- se ha dicho alguna vez --- varios lienzos de aquel gran pintor de entre el último barroco y primer rococó francés Antoine Watteau (“Cita de caza”, “Diversiones campestres”, “La lección de amor”) y podríamos decir que la historia de Sabatini y versiones fílmicas representan el desplazamiento de la nobleza por parte de la burguesía pujante pero más fuerte es el concepto de que las ideas son superiores a las armas y que los hombres deberían acudir siempre a lo primero que a lo segundo para arreglar sus posibles diferencias. En resumen: gran novela y una de las películas básicas de espadachines...
Narcís Ribot i Trafí
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