BESOS ROBADOS (1968)

Estalló el famosos Mayo del 68 cuando en los cines parisinos se estrenó la presente película. Truffaut temió un boicot. En las calles había barricadas, unos asaltantes provocaron la clausura del Festival de Cannes, entrando a salto a la sala donde proyectaban Pippermint Frappé de Carlos Saura, bajando el telón e impidiendo su proyección. Truffaut se decía "en las calles barricadas y yo presentando una comedia muy ligera".
Pero ocurrió lo contrario, a los manifestantes les gustaba Besos robados, los cines abarrotados de gente joven
Claro está que fue una revolución distinta, sin dogmas ni fusilamientos. El mundo ya no iba a ser el mismo desde entonces, pero los jóvenes de mayo del 68 se quedaron cortos. Se hicieron mayores, conservadores, y se olvidaron de sus ideales.
Pero esta película aún conserva su frescura.


Besos robados. Título original Baisers volés. Año 1968. Duración 90 min.. País Francia]. Director François Truffaut
Guión François Truffaut, Bernard Revon, Claude de Givray. Música Antoine Duhamel. Fotografía Denys Clerval. Reparto Jean-Pierre Léaud, Delphine Seyrig, Claude Jade
Productora Les Films du Carrosse / Les Productions Artistes Associés. Género Romance. Comedia | Comedia romántica. Secuela
Premios 1968: Nominada al Oscar: Mejor película de habla no inglesa

De nuevo Antoine Doinel en líos. Dos damas pasan por su vida. Una ya madurita, la exquisita Delphine Seyrig, a quién conocí personalmente en el castillo de Manzanares (Madrid) y la juvenil Claude Jade, ambas malogradas como el propio Truffaut, fallecidos prematuramente a edades tempranas.
Del blanco y negro se pasa al color, se elimina el scope de las anteriores entregas, y se adopta un tono mucho más alegre y desenfadado. Tal vez sea uno de los títulos más divertidos de Truffaut y de Léaud. Un film cinéfilo que empieza con un plano de la Cinemathèque Française. .
Nos encontramos con un tipo de comedia muy ágil, muy espontánea, huyendo de los convencionalismos, de los estudios y del acartonamiento.
Besos robados inicia una especie de trilogía de Doinel en conflcitos amorosos, pero esta entrega es con mucho la mejor de las tres. Su ritmo tiene frescura, tiene gracia, tiene encanto. Pero un encanto distinto al glamour mercantil de Hollywood, con un Doinel rebelde pero algo patoso en cuestiones amatorias.

Salvador Sáinz