LA FIERECILLA DOMADA (1929)

Douglas Fairbanks, Mary Pickford, Charlie Chaplin y David Wark Griffith, fundaron la productora United Artist. Los locos se han convertido en los amos del manicomio, escribieron los periodistas en su día.


LA FIERECILLA DOMADA. Título original: The Taming of the Shrew. Año: 1929. País: Estados Unidos. Director: Sam Taylor. Reparto: Mary Pickford (Katherine), Douglas Fairbanks (Petruchio), Edwin Maxwell (Baptista), Joseph Cawthorn (Gremio), Clyde Cook (Grumio), Geoffrey Wardwell (Hortensio), Dorothy Jordan (Bianca), Charles Stevens. Guión: Sam Taylor (Obra: La doma de la bravía de William Shakespeare). Música: Hugo Riesenfeld. Fotografía: Karl Struss (B&W). Productora: Elton Corporation / Pickford Corporation. Duración: 63 minutos (actual, antes 73 minutos). Género: Comedia. Romance | Siglo XVI

Muchos historiadores tienen mal concepto de esta divertida comedia que fue la primera adaptación en cine sonoro de las obras del inmortal William Shakespeare. Incluso hay quien considera la labor de Sam Taylor de infame, pero yo no diría tanto. El primer cine sonoro tenía numerosas dificultades técnicas debido a lo complicado de su maquinaria que provoca que la obra original haya sido recortada y abunden los planos generales.
Pero en el caso que nos ocupa nos encontramos con dos grandes interpretaciones de dos figuras claves del cine mudo, Douglas Fairbanks y Mary Pickford, marido y mujer en la vida real que jamás habían trabajado juntos. El rodaje fue complicado. Resulta curioso pero la actuación de Douglas Fairbanks es más teatral que cinematográfica teniendo en cuenta de que sus películas se distinguen por el sentido del ritmo y su dinamismo. Pero aún así realiza una labor de reciclaje excelente.
La doma de la bravía puede ser considerada una obra súper machista del glorioso escritor inglés. En su tiempo la expresión “políticamente correcto” no existía. Pero Mary Pickford sabe darle ironía  su personaje. Su Katherine deja de ser una furia del Averno para convertirse en una mujer falsamente sumisa, es decir una manipuladora que hace creer a su esposo que es el rey de la casa pero al maneja a base de halagos y mimos. El juego de miradas de la Pickford, la “novia de América”, son pura poesía.
Una película de esta categoría por desgracia debe visionarse en condiciones lamentables, debido al desprecio que se tiene del cine como vehículo de cultura. Si el gobierno actual y anterior pone en empeño en luchar contra la piratería, ya que ésta perjudica los intereses de la grandes empresas, es en cambio indolente e insensible ante las carencias culturales que padecemos. Pero teniendo en cuenta las directrices antisociales de nuestros gobernantes tampoco nos extraña su indolencia, la cultura abre la mente, ensancha el conocimiento y eso no les interesa.   

Salvador Sáinz