EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES

BILLY WILDER


El crepúsculo de los dioses. Título original: Sunset Boulevard. Año: 1950. País: Estados Unidos.  Director: Billy Wilder. Reparto: William Holden, Gloria Swanson, Erich von Stroheim, Nancy Olson, Fred Clark, Jack Webb, Lloyd Gough, Cecil B. DeMille, Hedda Hopper, Buster Keaton, Anna Q. Nilsson, H.B. Warner, Franklyn Farnum. Guión: Charles Brackett, Billy Wilder, D.M. Marshman Jr. Música: Franz Waxman. Fotografía: John F. Seitz (B&W). Duración: 110 min. Productora: Paramount Pictures. Productor: Charles Brackett. Género: Drama. Cine negro | Cine dentro del cine.
PREMIOS           
1950: 3 Oscar: Mejor guión, dirección artística B/N, bso drama. 1950: Globo de Oro: Mejor película: Drama
1950: National Board of Review: Mejor película

Cada vez que hablamos de Billy Wilder la palabra Obra Maestra habría que escribirla con mayúsculas, El crepúsculo de los dioses es eso y más. Una amarga reflexión sobre el mundo del cine protagonizada por Gloria Swanson, una estrella del cine mudo que se vio relegada con la llegada del sonoro más por la edad que por la nueva técnica.
La actriz Norma Desmond no es un personaje tan descabellado como parece. Rodeada de aduladores en sus años dorados, pasa del Olimpo a la nada convirtiéndose en una caricatura de sí misma. Norma representa a muchos actores y actrices que un día fueron personajes importantes a los que se endiosó y a los que se defenestró rápidamente sin darles tiempos a asimilar su decrepitud y su obsolescencia. Norma, según cuenta Wilder, es incapaz de comprender que su época ya ha pasado, que en el presente ya no hay sitio para ella. Personaje en el que en parte se ve reflejado Gloria Swanson que obtiene una interpretación sensacional aunque en algunos puntos sea excesiva. La realidad de Swanson nada tenía que ver con la de su personaje más famoso. En aquel tiempo trabajaba en su propio show de televisión, sus primeras películas sonoras fueron un éxito, pero el paso del tiempo nunca perdona a las actrices. Los hombres suelen durar mucho más. A los 30 años un hombre es aún joven pero una mujer ya es considerada demasiado mayor por no emplear adjetivos más desagradables. Es una injusticia muy difícil de erradicar y que prevalece en el mundo actual.
La trama gira como unos seres del pasado que el guionista narrador, un cadáver flotando en una piscina, describe de forma poco amable. Tenemos apariciones bienvenidas pero excesivamente breves de Buster Keaton y Cecil B.DeMille, aunque la suerte de ambos fue dispar. DeMille estuvo en la cúspide hasta su fallecimiento, su última película Los diez mandamientos fue todo un éxito sin precedentes en la industria de Hollywood.
Wilder describe un mundo sórdido de seres que no saben aceptar que su tiempo no ha pasado, que vice encerrada en una fantasía que sólo existe en una mente enferma y desquiciada.
Como todo el cine de Wilder nos encontramos con una producción de una calidad extraordinaria que sobresale por la descripción de un mundo que ya ha pasado pero que es incapaz de reconocerlo. Un mundo triste y patético. En el papel del mayordomo está otro grande, Erich von Stroheim, antiguo director que fue víctima del sistema de Hollywood que le humilló y destruyó su carrera a base de cortes y manipulaciones. Genio especialista en lo desmedido, su figura merecería su reivindicación inmediata.

Salvador Sáinz


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