DRAGON RAPIDE (1986)

DRAGON RAPIDE. Año: 1986. País: España. Director: Jaime Camino. Intérpretes: Juan Diego, Victoria Peña, Manuel de Blas, Pedro Diaz del Corral, Francisco Casares, Santiago Ramos, Laura Garcia Lorca, Jose Luis Pellicena, Miguel Molina, Saturno Cerra, Eduardo McGregor, Ramon Duran, Carlos Lucena, Alberto Fernandez, Maria Lasala, Jorge Bosso, Jose Maria Escuer, Antonio Canal, Conrado San Martin, Teofilo Calle, Juan Margallo, Jesus Fernandez, Jose Ruiz Lifante, Jose Maria Cafarell, Ian Gibson, Damian Velasco, Antonio Ross, Alfredo Enriquez, Francisco Lahoz, Amau Vilardebo, Mauro Rivera, Jose Manuel Martí, José Luis Gonzalez, Chema Adeva, Rafael Alonso, Amado Gomez, Hugo Blanco, Fernando Chinarro, Miguel Palenzuela, Jose Maia Labernier, Mauro Muñiz, Francisco Jarque Guión: Roman Gubern, Camino. Fotografía: Juan Amoros. 35 milimetros. Color: Eastmancolor. Normal. Música: Xavier Montsalvatge, Extractos: Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, interpretado por la Orquesta Ciutat de Barcelona , dirigida por Antoni Ros Marbá. Maquillaje: Fernando Florido. Productora: Tibidabo Films, Radio Television Italiana (RAI). Estrenos: 10-07-1986 Madrid: Callao, Carlos III y Roxy A 17-07-1986 Barcelona: Astoria, Comedia 1, Waldorf 3 Duración: 105 minutos. Género: Histórico, drama Tema: Guerra Civil Española (1936-1939), Francisco FrancoEspectadores: 533.530 Recaudación: 955.309,51 €

Dragon Rapide es el nombre de un avión bimotor que en el 17 de julio de 1936 trasladó al más siniestro de los mortales, al general Francisco Franco. El historiador Román Gubern fue el autor de este guión en el que por vez primera el dictador es mostrado como personaje, conociendo sus intimidades. Como su esposa, Carmen Polo le llamaba Paquita y cual Lady Macbeth le come el coco para que asuma la jefatura del Estado tras el golpe. Así conocemos cómo se supone que era dos personajes que durante cuarenta años aparecían con música solemne en los noticiarios del No-Do. La gente les llamaba Paco Medallas y Carmen Collares. Se contaba de ellos, un chiste ahora obsoleto: "Se cuenta que el general DeGaulle le dice al general Franco. No me parece bien que usted se llame Franco, que es el nombre de la moneda francesa. Al ser usted español debería llamarse general Peseta que es la moneda de su país. El general Franco se queda pensativo y se lo cuenta a su esposa que se encoleriza por tal propuesta. ¡De ningún modo! Si eso fuera así me llamarían Carmen Polo de Peseta". El polo de peseta era un helado de hielo ultrabarato, alargado y que servían con un palito de madera para poderlo coger.
Así nos encontramos con un Franco en la bañera mientras un ayudante se dedica a matar chinches con una zapatilla. Un Franco preocupado por la tristeza de su hija, aburrida en las Canarias, al que le prepara una fiesta de cumpleaños mientras prepara el golpe.
Quedan puntos oscuros. Por ejemplo cómo fue la oportuna y misteriosa muerte de los líderes rivales, el general Sanjurjo o Joaquín Calvo Sotelo. Juan Diego (entonces militante del PCE) se esfuerza en hacer creíble su personaje, Franco, ayudado por el maquillaje de Fernando Florido. Para quién creó los maquillajes del hombre lobo, Alaric de Marnac y demás follones, mucho más elaborados, le habrá parecido un chiste recibir el Goya por haber creado ese rostro del dictador en la faz de Diego. Pero ya se sabe que en la España democrática, si quieres Goyas y pasta gansa debes despotricar contra el anterior Jefe del Estado que si bien no me inspira ninguna simpatía no tiene nada que envidiar a los lunáticos que le sucedieron.
Vista ahora, la película de Jaime Camino se ve algo torpona, montada de forma chapucera, con una banda de sonido estridente. Tal como decía el fallecido crítico Domènec Font "el cine no es arte, es ideología" sin que nadie le tirara tomates maduros a su faz, eso da que pensar que a la hora de otorgar subvenciones y repartir Goyas es lo que más se tiene en cuenta.
Como película, Dragon Rapide, es bastante obsoleta. Es tosca de dirección, Camino no estaba holgado de medios e incluso recibió un varapalo de la Generalitat (es una producción barcelonesa) por no hacer hablar en catalán al mismísimo Franco.
Desde luego con lumbreras así ese país va raudo al abismo.

Salvador Sáinz