ALIENS, EL REGRESO (1986)

El espectacular triunfo comercial de Alien, el octavo pasajero que sorprendió a la incrédula Fox, se puso en marcha la inevitable secuela. Esta vez el elegido fue James Cameron que había presentado un proyecto a la productora la cual mostró interés y que le prometió producirla si Terminator, la película que había dirigido Cameron, tuviera éxito.
La cosa fue sobe ruedas. Terminator sorprendió y triunfó, Aliens empezó su singladura sin contar con los creadores del original.
Rodar una secuela es siempre arriesgado porque  nos encontramos con personajes o situaciones que son conocidas de antemano por el público y siempre existe el riesgo de la comparación.
Pero Cameron sabe crear diversos puntos de interés como el interés de la maternidad. Ripley despierta tras un seño de más de medio siglo porque su módulo a la deriva por el espacio es hallado finalmente por casualidad. Llevada a la Tierra descubre que su hija, que tenía 11 años en la época de la película anterior, ya ha fallecido por causas naturales y lamenta haber perdido el tiempo sin poder disfrutar de su compañía.
Regresando al planeta del anterior filme, en donde se había asentado una colonia, sólo sobrevive una niña con la edad de su hija a la que protege y adopta. Aparecen de nuevo los aliens y descubrimos a la madre que pone los huevos que habíamos visto en el título precedente.   Cuando Ripley los destruye  la madre decide vengarlos.
Encontramos de nuevo una atmósfera opresiva y claustrofóbica. Los tripulantes de la nueva nave en esta ocasión son marines experimentados, gente dura ansiosa por luchar que no cree el relato de Ripley. Entre los tripulantes nos encontramos con una soldado de origen hispano (Jenette Goldstein), mostrada como un marimacho. Pero el alien o los aliens que en esta ocasión son numerosos llevan las de ganar. Ripley se convierte en una superheroína, una versión femenina de Rambo.
La película no es tan redonda como la anterior, ni de lejos, pese a todo se ha convertido en una película de culto y en una de las mejores secuelas jamás rodadas. Los jalones siguientes de la serie Alien cayeron ya en la mediocridad (Alien 3 y 4) o en el bodrio (los Aliens contra los Depredadores) y no fue hasta el estreno de Prometheus que la serie no ha remontado.
Así, Cameron, intenta superar esa impresión de “más e lo mismo” propia de las secuelas. Si en el original aparece un alien aquí son docenas y encima aparece la Reina Madre. Los aliens son masacrados en masa. En la anterior cinta un solo ejemplar era capaz de poner en jaque a toda una tripulación aunque naturalmente sus efectivos son distintos. En el primer film se trataba de un vuelo comercial, personajes poco acostumbrados a la violencia. En el segundo son soldados experimentados, bastante fachas, ávidos de sangre y violencia. Cuando Ripley toma las armas se convierte en un personaje agresivo. En la cinta de Ridley Scott su lucha es defensiva, en busca de la supervivencia. En esta nueva entrega es capaz de masacrar muchos aliens a la vez a base de metralleta o lanzallamas.
La acción está mucho más desarrollada. La parte central muestra algunos puntos muertos pero hacia el final la narración remonta y no te deja ningún momento de respiro. La utilización de esos grandes robots para realizar trabajos, el personaje de la marine latina son apuntes que posteriormente aparecieron en Avatar.
La cinta al igual que su predecesora se convirtió en lo que podríamos denominar película de culto. Y al igual que ella ha sabido vencer el paso del tiempo conservando su frescura y emocionando a las nuevas generaciones.

Salvador Sáinz