ALIEN RESURRECCIÓN (1997)

El fin de la serie “oficial” de Alien no fue de las más distinguidas. Como Alien 3 no es una mala película es un producto comercial que se aprovecha del éxito de un filme anterior para hacer dinero. Eso es lo que Narciso Ibáñez Serrador llamaba “jugar la baza segura”, es decir aprovechar un filón para no pillarse los dedos con un producto innovador que si bien a veces triunfa clamorosamente en otras te puedes pilla los dedos y quedarte en la indigencia.
Alien Resurrección pretende rizar el rizo de lo visto anteriormente pero no añade nada al original. Ripley es resucitada, ya que fallece en el filme anterior, y convertida en una especie de clon. Al llevar en su interior el embrión de la alien madre, mostrada de forma espectacular con toda clase de detalles, la tendrán más respeto.
La trama gira alrededor de una empresa interesada en los monstruos con fines extraños, los autores del desatino de resucitarlos pagan su osadía mientras los tienen presos en una especie de nido en la que están fascinados por su “belleza” antes de ser devorados.
Winona Ryder, entonces en candelero,  es una chica robot amiga de Ripley que se ha convertido en una especie de guerrillera que lucha contra los alien para evitar que perjudiquen a la humanidad.
Está pues el mensaje ecológico. Los aliens sólo pueden provocar transtornos indeseados a la humanidad, son seres perjudiciales y dañinos a los que unos descerebrados tratan de proteger de forma suicida.
Tras la destrucción final de la nave portadora de tanto monstruo los supervivientes llegan a la Tierra que apenas vemos pero que consideran hermosa. En teoría es el final de la serie ya que Prometheus es una precuela, un reinicio  de la franquicia con personajes nuevos.
Alien vs Predator y secuela ya entran de lleno en el reino del subproducto sin interés alguno, nada tienen que ver con la serie salvo aprovecharse del monstruo con fines mercantiles. Dos títulos que sólo interesan a una minoría de frikkis recalcitrantes aficionados a esas rarezas, pero prescindible para otra clase de cinéfilos amantes del buen cine.

Salvador Sáinz