LECCIONES DE AMOR EN SUECIA (1965)

La carrera de Bob Hope es mucho más afortunada que la de otros cómicos coetáneos. Se inició en 1934 con el corto Going Spanish y se prolongó como cabecera de cartel hasta 1969 con How to Commit Marriage. 35 años es todo un record. Un actor cómico se quema generalmente al cabo de diez años de intensa creación y Hope ha durado el triple. En los sesenta sus películas aún vendían y tenían un éxito relativo.
Las ideas conservadores de Bob Hope calaban en una parte de la sociedad de semejante ideología y el rechazo en públicos más avanzados.  Lecciones de amor en Suecia es una buena prueba de ello. Esa década se caracterizó por un cambio de costumbres en las nuevas generaciones que se oponían a las que sus padres aún conservaban porque eran “las de toda la vida”. Así vemos un conflicto generacional, Bob Hope es viudo y tiene una hija. En varias películas de esta década nuestro personaje suele ser viudo para así poder incluir una historia de amor otoñal como en el caso presente o con una jovencita en Ocho en fuga. El longevo Hope falleció a los cien años por lo que al parecer se tomó la vida con mucha calma.
El conflicto familiar se debe a que su hija desprecia la comodidad burguesa para emparejarse con un sin techo que vive en una roulotte. Un cantante bohemio sin futuro del que la hija se ha enamorado. Como buen padre americano  no se opone a la boda e intenta comprenderla, pero no le hace ninguna gracia e intentará boicotearla.
Si hubieran sido españoles de la época la chica hubiera sido apalizada por el progenitor, pero ya se sabe que entonces estábamos muy embrutecidos por el sistema poco democrático que padecíamos.
Así, en una huida adelante, el padre pide el traslado a una sucursal de Suecia llevándose a la hija y el remedio es aún peor que la enfermedad.
Como es natural los americanos tienen de Suecia una idea estrambótica como si fuera un país de sátiros y ninfas que van de orgía en orgía, algo que todos sabemos que es falso. Es una sociedad mucho más avanzada que la norteamericana (y a años luz de la española) pero no es una civilización libertina.
La imagen de Suecia que dan los hollywoodenses siempre están llenos de tópicos porque ya se sabe que la Ciudad de los Sueños es poco avanzada ideológicamente. En fin, la comedia en aquella época era conservadora no sólo argumentalmente sino estilísticamente. La socarronería de Bob Hope la hace soportable e incluso graciosa. Secundado por el cantante de moda Frankie Avalon y la juvenil rubia Tuesday Weld, actualmente olvidada pero que en aquel tiempo tenía bastantes fans.

Salvador Sáinz