NAVIDADES BLANCAS (1954)

Michael Curtiz, cuyo verdadero nombre era Mano Kerstez Kaminer (Budapest, 24 de diciembre de 1886- Hollywood, 10 de abril de 1962) fue un director de cine estadounidense, originario de una familia judía húngara.


NAVIDADES BLANCAS. Título original: White Christmas. Año 1954. País: Estados Unidos. Director: Michael Curtiz. Reparto: Danny Kaye, Vera-Ellen, Bing Crosby, Rosemary Clooney, Dean Jagger, Mary Wickes, John Brascia, Anne Whitfield, George Chakiris. Guión: Melvin Frank, Norman Krasna, Norman Panama. Música: Irving Berlin. Fotografía: Loyal Griggs. Vistavisión. Paramount Pictures, duración: 120 minutos. Musical, Navidad

En el mundo sólo hay dos naciones que torturan a sus ciudadanos con espectáculos patrióticos. Uno es Estados Unidos de Norteamérica y la otra es Cataluña. Los primeros tienen una poderosa industria cinematográfica que les permite hacer llegar sus mensajes hasta los más recónditos lugares del planeta a quienes sus fanfarrias poco les pueden interesar.
Navidades blancas del afamado director Michael Curtiz, que en otras películas consiguió espléndidos resultados, y que además es húngaro realiza con su buen oficio el espectáculo que le fue encomendado en un rutilante sistema de proyección llamado Vistavision que obtuvo excelentes resultados visuales.
Se asegura que éste fue su mayor éxito comercial, aunque en su filmografía hay películas que me gustan mucho más que la presente. También Danny Kaye y Vera Ellen me han gustado más en otras películas. Bing Crosby y Rosemary Clooney son dos voces impresionantes, pero en el aspecto cinematográfico me quedo con Kaye y Ellen, el primero un excelente cómico que aquí está más contenido de lo habitual, y la segunda una gran bailarina de rostro aniñado que brilló a gran altura en películas como Un día en Nueva York con Gene Kelly.
El argumento es amable pero manido. El aspecto patriótico es algo cargante, sobre todo para públicos “extranjeros” con sentimientos diferentes a los ciudadanos de dicha nación, respetable sin ninguna duda aunque a veces se olvidan de que en el mundo hay otras que se merecen el mismo respeto.
En fin, si el contenido es muy discutible y a ratos engorrosos, lo mejor es sin duda los números musicales del cuarteto protagonista y me quedo, como he apuntado antes, con la pareja Kaye-Ellen  que salvan esta colorida cinta. En otras palabras es mucho mejor el continente que el contenido.
Tenemos efectos especiales de John P. Fulton, colaborador en numerosas películas de género fantástico de su etapa clásica, y el entonces desconocido Bob Fosse como coreógrafo sin acreditar. La música de Irving Berling, excelente compositor estadounidense, aumentan el activo de la película que por otra parte presenta una inmejorable factura.

Salvador Sáinz