ROXIE HART (1942)


ROXIE HART. Título original: Roxie Hart. Año 1942. País: Estados Unidos. Director: William A. Wellman. Actores: Ginger Rogers (Roxie Hart), Adolphe Menjou (Billy Flynn), George Montgomery (Homer Howard), Lynne Overman (Jake Callahan), Nigel Bruce (E. Clay Benham), Phil Silvers (Babe), Sara Allgood (Mrs. Morton), William Frawley (O'Malley), Spring Byington (Mary Sunshine), Ted North (Stuart Chapman), Helene Reynolds (Velma Wall), George Chandler (Amos Hart), Charles D. Brown (Charles E. Murdock), Morris Ankrum (Martin S. Harrison), George Lessey (Judge Cannon), Iris Adrian ('Two-Gun' Gertie Baxter), Milton Parsons (Announcer). Guión: Nunnally Johnson, Ben Hecht (Obra: Maurine Dallas Watkins). Música: Alfred Newman. Fotografía: Leon Shamroy (B&W).20th Century Fox. Duración: 75 minutos. Musical. Comedia | Años 20

En 1927 y 2002 se rodaron dos versiones de la obra teatral Chicago de Maurine Dallas Watkins. La primera era una cinta muda, la segunda un musical de fama y prestigio. Entre ambas está este film meno de William A. Wellman, Roxie Hart, llevando por título el nombre de la protagonista de la mentada obra.
Esta versión en blanco y negro, sonora, muestra de forma burlona una justicia “a la española”, es decir, un total cachondeo. Esta expresión puede parecer vulgar, pero es la que mejor cuadra a este mundo judicial de caraduras y sinvergüenzas que dominan en esa profesión que debería ser ejemplar y que no lo es.
Gentes preocupadas por salir en la prensa al precio que sea obteniendo fama y dinero. La película de Wellman nos muestra un mundo despiadado, carente de escrúpulos. Sólo interesan las primeras planas y los beneficios económicos. Es cierto modo son un antecedente de la prensa basura de la actualidad en la que unos parásitos sin oficio ni beneficio son convertidos en famosos por culpa de una prensa mercenaria, alienante, vacía y una televisión convertida en una fábrica de idiotas.
Fenómenos que parecen nuevos, pero en los años veinte del pasado siglo ya estaban de moda. No la televisión, que no se había inventado, pero sí la radio y la prensa escrita convertida en una piltrafa literaria.
La película está apoyada en un buen reparto. Adolphe Menjou, entonces famoso, es un Billy Flynn impecable. Un abogado carente de escrúpulos, obsesionado por el dinero y el enriquecimiento. Algunos personajes de las otras versiones aparecen en ésta, otros no. Incluso hay personajes nuevos, como ese periodista que cuenta la historia y que es interpretado por George Montgomery. Pero la estrella indiscutible es Ginger Rogers que compone una Roxie Hart vulgar y ordinaria, y no lo digo en sentido peyorativo, sino descriptivo. Una mujer carente de talento pero que no duda en coquetear con cualquiera si con ella saca beneficio.
La sociedad descrita en la película es de pena, la mordacidad de su autora Maurine Dallas Watkins, antigua cronista de sucesos, es letal y no tiene ninguna piedad. William A. Wellman sabe reflejar certeramente la imagen de un mundo inenarrable que sólo produce desprecio quedando toda la justicia estadounidense como un trapo.

Salvador Sáinz