SAN AGUSTÍN (2010)


SAN AGUSTIN. Título original: Sant'Agostino. Año: 2010. País: Italia, Alemania. Director: Christian Duguay. Reparto: Franco Nero, Alessandro Preziosi, Monica Guerritore, Gerald Alexander Held, Johannes Brandrup, Serena Rossi. Guión: Francesco Arlanch, Sebastian Henckel-Donnersmarck. Música: Andrea Guerra. Fotografía: Fabrizio Lucci. Lux Vide y Tellux Film. Duración: 199 minutos (dos episodios). Drama biográfico

Agustín de Hipona o San Agustín (en latín Aurelius Augustinus Hipponensis; Tagaste, 13 de noviembre de 354 – Hippo Regius, 28 de agosto de 430) es uno de los teólogos más importantes de la Iglesia Católica aunqueen su juventud fue un hombre completamente distinto al que fue en su madurez. Gracias a esta película conocemos algunos personajes históricos como Flavius Valentinianus (371 - 392), conocido como Valentiniano II, Emperador Romano de Occidente desde 375 hasta 392, y Genserico (hacia 389 – 25 de enero de 477), rey de vándalos y alanos entre 428 y 477.
Este telefilme dividido en dos partes presenta dos facetas. Una, la hagiografía de San Agustín, nos encontramos ante una película realizada para divulgar la fe de una confesión religiosa, en este caso la católica. No tengo nada que objetar al respecto, al fin y al cabo somos personas libres y todos tenemos derecho a nuestras creencias. En este aspecto no entro ni salgo porque no es mi función hablar de estas temáticas.
La segunda faceta, que es la que me interesa personalmente, es la histórica. Este telefilme dividido en dos partes, género que todos los críticos desprecian de antemano, presenta una fiel reconstrucción del Imperio Romano en sus años de declive cuando estaba en plena agonía. Es un escándalo que ésta sea la primera aparición de Genserico en una película, aunque sea para televisión. Los cineastas jamás se han interesado por él. Ha sido olvidado como numerosos personajes históricos que bien se merecen una película como los emperadores Trajano, Adriano y ¿para cuándo una versión cinematográfica de la excelente Yo, Claudio? ¿Cuándo veremos una serie o película sobre los cátaros o los albigenses?
Este telefilme muestra tres épocas del personaje central, San Agustín. La primera un adolescente que viaja a Cartago para aprender. La segunda su juventud, un abogado ambicioso ávido de poder y de riquezas, orador del débil emperador de la época (Valentiniano II, un niño manipulado por su arrogante madre) y posterior converso al catolicismo. La tercera su senectud, nos encontramos al gran orador convertido en obispo en la ciudad africana de Hipona (actual Argelia) encarnado por Franco Nero que desde que se hizo mayor se convirtió en un buen actor, algo que no fue en su juventud.
No es una película espectacular, ni pretende serlo. Es más una película íntima, una búsqueda de la fe. Las escenas de batallas son mostradas mediante la elipsis. No interesan a la historia que nos cuenta. No es una película profunda, es una narración que nos acerca a un personaje importante de la historia que los públicos actuales abrumados por el consumismo desconocen.
Para mí lo mejor es que se nos muestra una sociedad en crisis, corrupta, en la que se ganan juicios absolviendo criminales gracias a la locuacidad del abogado, que la emperatriz madre ordena crímenes que el orate debe justificar ante la opinión pública y un Imperio moribundo al que le queda muy poco tiempo de vida.
En cierto modo nos sentimos reflejados en estos tiempos que el telefilme retrata. Un mundo en crisis, en declive, en el que un tipo de sociedad se va hundiendo para que nazca otra que le sustituye. La Edad Antigua está desapareciendo para dar paso a la Edad Media, una edad oscura y terrible.
Este es el auténtico valor de este telefilme que si bien no es extraordinario sí merece al menos un poco de atención.

Salvador Sáinz