VIVA VILLA (1934)


VIVA VILLA! Título original: Viva Villa! Año 1934. País: Estados Unidos. Directores: Jack Conway, Howard Hawks, William A. Wellman. Reparto: Wallace Beery (Pancho Villa), Leo Carrillo (Sierra), Fay Wray (Teresa), Donald Cook (Don Felipe de Castillo), Stuart Erwin (Johnny Sykes), Henry B. Walthall (Francisco Madero), Joseph Schildkraut (General Pascal), Katherine DeMille (Rosita Morales), George E. Stone (Emilio Chavito), Phillip Cooper (Pancho Villa, niño), David Durand (corneta), Frank Puglia (padre de Pancho Villa), Henry Armetta (Alfredo Mendoza). Guión: Ben Hecht (Libro: O. B. Stade). Música: Herbert Stothart. Fotografía: Charles G. Clarke, James Wong Howe (B&W). Metro-Goldwyn-Mayer (MGM). Duración: 115 minutos. estern | Revolución Mexicana. Biográfico

José Doroteo Arango Arámbula, más conocido por su alias Francisco Villa o el hipocorístico de éste, Pancho Villa, famosísimo revolucionario mexicano (San Juan del Río, Durango, 1876 - Parral, Chihuahua, 1923). Era un campesino muy pobre, carente de cultura y educación, cuando de muy niño asesinó a uno de los propietarios de la hacienda donde trabajaba. Con el tiempo el muchacho se convirtió en bandido y a partir de 1910 en revolucionario a las órdenes de Francisco Madero en su lucha contra la dictadura de Porfirio Díaz, y demostró una habilidad innata para la guerra. Aprovechando su conocimiento del terreno y de los campesinos, formó su propio ejército en el norte de México, con el cual contribuyó al triunfo del movimiento revolucionario.
Mucho se ha escrito y se ha mitificado acerca de este personaje y de la evolución mexicana mostrando a veces su aspecto más romántico con sus soldaderas, mujeres que acudieron a luchar junto a los hombres, y tropas que en las películas combaten con bandas de mariachis y bailes de jarabe Jalisco.
Se habla también de Rodolfo Fierro (1880-1915), su feroz lugarteniente descrito por Martín Luis Guzmán, en el relato La fiesta de las balas, un tipo que asesinaba a los prisioneros de tres en tres con una sola bala y a los que se imputan toda clase de atrocidades. Sin embargo quien suscribe no puede discernir qué había de realidad y qué había de leyenda en todos esos relatos que parecen increíbles.
Las películas estadounidenses siempre han dado de Pancho Villa una imagen desastrosa, la primera vez que apareció como personaje fue en Patria (1917) interpretado por el entrañable Wallace Beery que diecisiete años después repitió en la película que nos ocupa, Viva Villa (1934), dirigida por Jack Conway, aunque fuera ayudado por Howard Hawks y William Wellman, rodada en El Paso, Texas, Estados Unidos, y en varias localizaciones mexicanas (Chihuahua, Guadalajara (Jalisco), Juárez, ciudad de México) y los interiores en los Estudios de la Metro en Hollywood.
Naturalmente se da una visión muy  superficial de la revolución mexicana y se presenta a Pancho Villa como un bandido, un hombre tosco y bastante lerdo pero Wallace Beery borda el personaje y nos lo convierte en un ser entrañable. A su lado tenemos a Leo Carrillo como Rodolfo Fierro, alias “El Carnicero”, aquí llamado Sierra, todavía más lerdo que su superior Villa. Afortunadamente contamos con la aparición de Fay Wray con el pelo teñido de negro para alegrarnos la visión de la película conformando junto al propio Beery los dos principales puntos de interés.
La narración tiene vigor pese a que la técnica cinematográfica de 1934 estaba algo atrasada por pertenecer a los primeros años de los talkies que contaban con unos equipos de sonido y filmación harto complejos.
Destaca sobre todo las imágenes de gran fuerza visual y de gran belleza. Una película rodada con muy buen ritmo y con un Pancho Villa, analfabeto, que se casó con más de 75 mujeres a la vez y que en algunas ocasiones actúa de forma inconsciente. Bandido o revolucionario, las dos caras de una misma moneda. Conway contrapone el lado “bueno” de la revolución representado por el débil Madero, un presidente de vida efímera (6 de noviembre de 1911 – 19 de febrero de 1913) ya que fue asesinado de una forma muy poco digna, y el lado “malo” en referencia a la barbarie del general Villa. El guión es poco fiel a la historia, como suele suceder en cintas procedentes de Hollywood, el cine “gringo” como se le conoce en México y por extensión Hispanoamérica. Estados Unidos nunca fue comprensivo con sus vecinos del sur. Una lástima.

Salvador Sáinz