UN YANQUI EN LA CORTE DEL REY ARTURO (1949)


UN YANQUI EN LA CORTE DEL REY ARTURO. Título original: A Connecticut Yankee in King Arthur's Court. Año 1949. País: Estados Unidos. Director: Tay Garnett. Reparto: Bing Crosby (Hank Martin), Rhonda Fleming (Alisande La Carteloise), Sir Cedric Hardwicke (Lord Pendragon / Rey Arturo), William Bendix (Sir Sagramore), Murvyn Vye (Merlin), Virginia Field (Morgan Le Fay), Joseph Vitale (Sir Logris), Henry Wilcoxon (Sir Lancelot), Richard Webb (Sir Galahad), Alan Napier (Verdugo), Julia Faye (Lady Penelope), Mary Field (mujer campesina), Ann Carter (niña campesina). Guión: Edmund Beloin (según novela de Mark Twain). Música: Victor Young. Fotografía: Ray Rennahan. Paramount Pictures. Duración: 106 minutos. Musical. Fantástico. Comedia. Aventuras | Edad Media. Viajes en el tiempo

Samuel Langhorne Clemens, conocido por el seudónimo de Mark Twain (Florida, Misuri, 30 de noviembre de 1835 – Redding, Connecticut, 21 de abril de 1910), fue un popular escritor, orador y humorista estadounidense. En 1889 publicó su famosa novela Un yanqui en la corte del rey Arturo, una de las primeras en utilizar la temática del viaje en el tiempo. De una forma accidental y sin dar ninguna explicación retrocede en el tiempo a la Edad Media y se encuentra nada más y nada menos en la corte de Camelot, un Camelot distinto a las leyendas porque la monarquía queda en sí mismo en mal lugar.
Mark Twain escribió la novela satírica para realizar un discurso político. El héroe busca modernizar la sociedad medieval pero choca con la cerrajón mental de aquel tiempo.
El cine vio en esta novela argumento para realizar una buena película pero generalmente sus adaptaciones nunca fueron fiel al original porque su presupuesto sería astronómico y sus textos darían lugar a varias películas prohibitivas económicamente.
La primera versión data de 1921 con Harry Myers, de la que no tenemos datos, la segunda ya sonora cuenta con la aparición protagonista del afamado Will Rogers,  dirigida en 1931 por David Butler. Sólo he visto algunas fotos de la misma y nada puedo añadir sobre el tema.
En 1949 se rodó la versión que nos ocupa con Bing Crosby. En 1955 una adaptación televisiva con Edie Albert y Boris Karloff como rey Arturo. Destaquemos un telefilme Un español en la corte del rey Arturo (1964) rodado en película de cine por TVE y dirigido por Fernando García de la Vega para el programa Escala en Hi-Fi en la que unos actores cantaban en play back discos ajenos. Ninguna otra adaptación merece ser citada aquí, a veces ofrecen espectáculos que producen vergüenza ajena por su pésima calidad por lo que no vamos a insistir.

La presente y technicoloreada versión está dirigida por Tay Garnett (Los Ángeles, California 13 de junio de 1894 – 3 de octubre de 1977) autor irregular de El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice) (1946) y El caballero negro (The Black Knight) (1954). La película está al servicio del cara de luna del cine de Hollywood, el famoso crooner Bing Crosby, cantante de voz cálida pero como actor fue muy limitado. No resulta antipático, ni desagradable. Todo lo contrario, su personalidad es incluso simpática pero es poco convincente.
La película es pobre en guión porque eliminan mucho material de la novela quedando todo reducido a unas escasas incidencias. Los actores son muy dignos todos, cumplen sin excepción con su cometido y la  ambientación está lograda para el cartón piedra de la época. Lo malo es que más que contarnos una historia parece que nos encontramos ante un vehículo para que el protagonista se luzca, lo que consigue en algunas ocasiones. Para mí la mejor secuencia es aquella en que el rey Arturo (el entrañable Sir Cedric Hardwicke) en compañía del yanqui y Sir Sagramore (William Bendix) se disfrazan de vagabundos para conocer la realidad del pueblo de Inglaterra y van cantando y bailando como buenos colegas.
Pero la película, sobre todo por estar apoyada excesivamente en Crosby, no desarrolla plenamente sus tramas y queda como una película agradable, simpática, divertida y nada más.

Salvador Sáinz