SIBERIADA (1978)


SIBERIADA. Título original: Sibiriada (Siberjada). Año 1978. País: Unión Soviética. Director: Andrei Konchalovsky. Reparto: Nikita Mikhalkov (Aleksei Ustyuzhanin), Vitali Solomin (Nikolai Ustyuzhanin), Sergey Shakurov (Spiridon Solomin), Natalya Andreychenko (Anastasia Solomina), Lyudmila Gurchenko (Older Taya Solomina), Vladimir Samoilov (Afanasi Ustyuzhanin), Yevgeni Perov (Yerofei Solomin), Mikhail Kononov (Rodion Klimentov), Konstantin Grigoryev (Geologist Guryev), Nikolai Skorobogatov (Yermolai), Pavel Kadochnikov (Abuelo Eterno), Yelena Koreneva (joven Taya Solomina), Dmitriy Buzylyov-Kretso (Mitya), Yevgeni Leonov-Gladyshev (Alesha Ustyuzhanin), Ivan Dmitriyev (Blinov). Guión: Andrei Konchalovsky & Valentin Yezhov. Música: Eduard Nikolay Artemiev. Fotografía: Levan Paatasvili.Mosfilm Studios. Diración: 275 miniutos (en dos partes). Drama, Revolución Rusa

Siberiada, como su título indica, transcurre en una aldea de Siberia llamada Yelan. Un lugar donde no transcurre el tiempo. Tiene lugar en Moscú la Revolución de Octubre en 1917 y da la impresión de que para la pequeña aldea es algo remoto que para los plácidos aldeanos carece de importancia pero en realidad condiciona sus vidas a partir de este momento.
Son como los judíos que retrató Charlie Chaplin en El gran dictador que viven ignorantes de lo que ocurre en palacio y de las decisiones que les afecta por considerarlas que no les incumben.
Andréi Serguéyevich Mijalkov-Konchalovski (Moscú, Unión Soviética, 20 de agosto de 1937) es parte de la familia aristocrática Mijalkov, reconocida por sus raíces artísticas y aristocráticas. Rodó en Hollywood  Tango y Cash, protagonizada por Sylvester Stallone y Kurt Russell, una película de colegas. Fue precisamente Siberiada que fue recibida positivamente en el Festival Internacional de Cine de Cannes lo que hizo posible que se pudiera mudar a los Estados Unidos en 1980.
Desgraciadamente su carrera en Hollywood fue decepcionante por lo que acabó por regresar a Rusia, ya no soviética, para proseguir su carrera. En 1997 rodó una versión para televisión de La Odisea con Armand Assante, Greta Scacchi, Isabella Rossellini, pero es muy inferior a la versión de Mario Camerini con Kirk Douglas. Sin embargo es una miniserie muy agradable de ver que conserva lo esencial de la obra de Homero.
La película que nos ocupa es un caso distinto, se trata de un filme personal, de autor, y no de un producto de encargo como los mediocres filmes que rodó en Hollywood.
Andrei Konchalovsky muestra un micromundo endogámico, encerrado en sí mismo pero que se ve condicionado por acontecimientos que transcurren lejos de sus tierras. Siberia, la inmensa colonia rusa, siempre ha tenido muy mala fama. Un lugar adonde las autoridades desterraban a quienes les eran ingratos o se comportaban de forma incorrecta. Siberia es una vasta región de Rusia que constituye casi todo el norte de Asia. Se extiende desde los Montes Urales hasta el Océano Pacífico, y desde el Océano Glacial Ártico hasta Kazajstán, Mongolia y China. Pertenece al 56% del territorio total de Rusia y tiene una densidad de población de sólo tres personas por kilómetro cuadrado. La mayoría de los siberianos son rusos. Casi toda la población vive en el sur, cerca de las líneas del ferrocarril trans-siberiano.
Siberiada es una historia de un pueblo, de una aldea pequeña e insignificante. Sus escasísimos habitantes son campesinos y entre ellos hay clases, los ricos y los pobres que son mayoría.
La acción transcurre desde el inicio de la Revolución de Octubre hasta la llegada de la industrialización en los años sesenta. Los personajes aparecen a lo largo de su vida, niños primero, adolescentes después y finalmente adultos. Pero el lugar no cambia, es siempre el mismas aunque las circunstancias les arrastran como ese final desgarrador en que al final se quedan sin nada.
Es como si nos dijeran que no se puede vivir de espaldas a la historia porque la historia acabará por arrasarte. Los aldeanos son seres pequeños, porque se despreocupan de lo que transcurre fuera de su terruño, de su pequeño mundo con unos inviernos crudos y duros. La vida es inhóspita pero en cierto modo tranquila. Los acontecimientos, el progreso o el falso progreso acabarán por arrasarles y dejarles en nada. Gente que no quiere comprometerse y toman tardíamente sus decisiones.
Una bella, larga y espléndida película de un director de carrera irregular pero interesante.

Salvador Sáinz