EUROPA, EUROPA (1990)


EUROPA, EUROPA. Título original: Europa, Europa. Año 1990. País: Alemania. Directora: Agnieszka Holland. Reparto: Marco Hofschneider  (Salomon 'Solly' 'Salek' Perel / Josef 'Jupp' Peters), Julie Delpy  (Leni), René Hofschneider  (Isaak Perel - hermano de Salomon), Piotr Kozlowski  (David Perel - hermano de Salomon), André Wilms  (soldado Robert Kellerman), Ashley Wanninger  (Gerd), Halina Labonarska  (madre de Leni), Klaus Abramowsky  (padre de Solomon), Michèle Gleizer  (madre de Solomon), Marta Sandrowicz  (Bertha Perel - hermana de Salomon), Nathalie Schmidt  (Basia - cajera del cine), Delphine Forest  (Inna Moyseyevna), Martin Maria Blau  (Ulmayer), Andrzej Mastalerz  (Zenek Dracz), Solomon Perel  (él mismo de mayor). Guión: Agnieszka Holland (Autobiografía: Solomon Perel). Fotografía: Jacek Petrycki. Música: Zbigniew Preisner. Coproducción Alemania-Francia-Polonia. Duración: 115 minutos. Drama, Nazismo. II Guerra Mundial. Basado en hechos reales

PREMIOS 1991: Globo de Oro: Mejor película extranjera
1991: National Board of Review: Mejor película extranjera
1991: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película extranjera


Europa, Europa está basado en hechos reales. Se cuenta las aventuras de un joven judío en el inicio de la segunda guerra mundial. El gobierno nacional-socialista inicia su persecución y el joven Salomon Perel se ve obligado a escapar hacia Polonia cayendo primero en la parte ocupada por los soviéticos que le llevan a un orfanato en donde le adoctrinan en el comunismo y después nueva huida cayendo en manos del Tercer Reich que le toman por un ario. Tras servir en el frente, en donde se gana una buena reputación, es llevado a una escuela nazi para recibir más adoctrinamiento.
El argumento de esta película por absurdo que sea es real pero ¿la guerra no es en sí absurda como no son absurdos los condicionamientos que le llevan a cabo? Agnieszka Holland realiza su discurso sobre la paradoja. Un judío fugitivo se convierte por una serie de casualidades en el prototipo de ario ejemplar. Un enemigo de su pueblo pretende adoptarlo como hijo. Mientras sus familiares son exterminados el joven vive una impostura para poder sobrevivir haciéndose pasar por lo que no es.
Esta película trata del tema de la falsedad, pero también de la supervivencia. En su falsa vida, Salomon Perel se encuentra gente que le aprecia, que le ama porque ignora su verdadero origen. Sólo es descubierto por un compañero de tendencias homosexuales que es actor, lo que da pie a un discurso sobre la impostura. Es más fácil interpretar otros papeles que el tuyo propio, dice dicho personaje.

Agnieszka Holland (n. 28 de noviembre de 1948 en Varsovia, Polonia), nacida de padre judío y madre católica, fue criada en el catolicismo. Holland se graduó en la Academia de Cine y Televisión de Praga (FAMU) en 1971. Empezó su carrera como asistente de dirección de directores polacos como Krzysztof Zanussi (Illuminacja, 1973) y Andrzej Wajda, (Danton, 1982).
Tras dirigir en su país natal algunas películas, como otros cineastas polacos, recordemos el caso de Roman Polanski, debe trabajar en otros países como Alemania a cuyas autoridades les hizo muy poca gracia la película que nos ocupa. No obstante se estrenó en Estados Unidos en donde obtuvo un importante éxito comercial.
Holland es una directora muy sólida, lo demuestra en esta coproducción franco-alemana-polaca. Uno de los papeles principales lo interpreta Julie Delpy, futura directora de trayectoria irregular (recordemos la excelente El Skylab y el vulgar Dos días en Nueva York), como la jovencísima novia “aria” del protagonista. La acción no decae en ningún momento aunque las escenas bélicas son escasas pero puntuales para hacer avanzar la narración y dar giros al argumento.
La procedencia polaca de su directora es evidente sobretodo en las secuencias soviéticas al hacer un paralelismo con la nazi. No olvidemos que Polonia sufrió una doble ocupación de dos gobiernos extremistas el de Stalin y el de Hitler. En unas secuencias oníricas vemos un sueño donde Stalin y Hitler bailan un vals, un vals que recuerda el que la hermana y la madre de Salomon bailan antes de ser atacados en su domicilio por alborotadores nazis. Se remarca que ambos dictadores pactaron previamente el reparto de Europa antes de iniciarse las hostilidades entre ambas potencias.
En cierto modo se nos dice que ambos son las dos caras de la misma moneda, el imperialismo, la intolerancia. En una secuencia una líder comunista le pregunta a un católico si puede hacer que Dios haga caer maná del cielo como narran el Éxodo, la huida del pueblo judío de Egipto vagando por el desierto.
Seguidamente, dicha líder le pide al “camarada Stalin” que lance golosinas y desde un respiradero del techo van cayendo para alegría de los niños del orfanato. Seguidamente empiezan los bombardeos que les llevan a una nueva huida para escapar de una muerte segura.
Holland nos muestra la forma de adoctrinamiento de ambas fuerzas políticas. Primero la comunista y después la nacionalsocialista. Ambas apenas se distinguen la una de la otra, tal vez la segunda fue mucho más cruel (aunque haya historiadores que aseguran lo contrario) y ambas coartan la libertad individual de la que Holland se erige en férrea defensora.

Salvador Sáinz