CANCIÓN DEL SUR (1946)


CANCIÓN DEL SUR. Título original: Song of the South. Año: 1946. País: Estados Unidos. Directores: Harve Foster, Wilfred Jackson. Reparto: James Baskett (Tío Remus / voz Hermano Zorro), Bobby Driscoll (Juanín),  Luana Patten (Tina), Glenn Leedy (Tobías), Ruth Warrick (Soledad), Lucile Watson (Sra. Rosa), Hattie McDaniel (Tía Blanca), Eric Rolf (Juan), Mary Field (Sra. Favers), George Nokes (Jake Favers), Gene Holland (Joe Favers), Nicodemus Stewart (voz Hermano Blas), Johnny Lee (voz Hermano Rabito). Guión Dalton S. Reymond, Bill Peet, Ralph Wright, Vernon Stallings (Basado en una novela de Joel Chandler Harris). Música: Daniele Amfitheatrof, Paul J. Smith, Charles Wolcott, Allie Wrubel. Fotografía: Gregg Toland. Walt Disney Company. Duración 94 minutos. Animación. Infantil. Musical, Drama sureño

Premios. Oscar a la Mejor Canción: "Zip-a-Dee-Doo-Dah"
Premio especial a James Baskett

Joel Chandler Harris (Eatonton, Georgia, 9 de diciembre de 1845 – Atlanta, 3 de julio de 1908) fue un periodista, folklorista y escritor estadounidense, que es conocido sobre todo por Historias del tío Remus, unas fábulas morales inspiradas en los cuentos tradicionales de los esclavos afroamericanos. Yo de niño recuerdo haber disfrutado mucho con esa deliciosa obra que se popularizó en nuestro país cuando Walt Disney la llevó a la gran pantalla en 1947.
Aquí se debió estrenar hacia 1955, cuando yo tenía cinco años y recuerdo haberla visto en pantalla grande y los cuentos que me regalaron mis padres que devoraba con avidez en aquellos lejanos días.
Esos cuentos eran algo así como las fábulas de Esopo o Jean de La Fontaine pero creadas por negros esclavos de las antiguas plantaciones sureñas. En la época de la llamada Reconstrucción, tras la guerra civil (recordemos El nacimiento de una nación de D.W. Griffith), el periodista Chandler se dedicó a recopilarlas. Le fueron narradas por antiguos esclavos, ya libertos, como Uncle George Terrell, Old Harbert, y Aunt Crissy que según las tradiciones de las tribus africanas se transmitían de padres a hijos por medio de las narraciones orales o por un cuentacuentos oficial de la tribu. Chandler se sintió fascinado por esas historietas y para evitar su pérdida se dedicó a transcribirlas al mundo literario.
Tuvieron un gran éxito popular, al rodarse la película de Disney, la primera con personas, salvó a la productora de la quiebra y cuando se estrenó en España, los cuentos del tío Remus (un personaje que representaba a todos los cuentacuentos afroamericanos de la época de la esclavitud), funcionó a la perfección y tal como he apuntado antes esas fábulas negras nos sedujeron completamente ignorando su procedencia.
Pues bien, cuando la película se estrenó sufrió despiadadas críticas acusándola de racismo al presentar negros felices que van cantando al trabajo y el personaje del tío Remus fue tildado de degradante para su raza al presentar un esclavo (la película no deja claro si es un esclavo o no) bonachón eternamente sonriente.
La obra original ya había recibido dichas críticas, pero el autor se defendió alegando que en realidad sólo pretendía retratar el ambiente cotidiano de las plantaciones. En cada una había un negro cuentacuentos que distraía a los niños con sus relatos. Era normal que fueran al trabajo cantando o que al anochecer se reunieron alrededor del fuego para cantar y bailar.
Eso no quita que la esclavitud fuera un mal condenable en sí misma, una auténtica aberración y una vergüenza para la humanidad. El ambiente de las plantaciones era el que era. Los afroamericanos, como todos los pueblos, tenían sus costumbres y no veo nada degradante que haya miembros de su raza que se dedicaran a contar historias fantásticas a la chiquillería.
La película que nos ocupa si peca de algo es de ñoña, es muy ingenua, muy disneyana. No es un panfleto malintencionado como el de David Wark Giffith.  
Nos encontramos con Juanito, un niño de pocos años que sufre la separación de sus padres, se va a vivir en la plantación de su abuela, y se siente desarraigado. Hace dos amigos, Tina, una niña blanca de condición humilde y Tobias, un niño negro de la plantación. De entrada añadiré que ese detalle lo encuentro positivo.
En la plantación, al caer la noche, el tío Remus reúne a todos los niños negros para contarles las historias del Hermano Conejo (Hermano Rabito según el doblaje latinoamericano) y sus peleas con el Hermano Zorro que lo quiere devorar y el hermano Blas, un oso tontorrón, personaje muy habitual en los comics de Disney en los años cincuenta.
Tal vez sean esos cuentos lo mejor de la película, lo que más ha resistido el paso del tiempo y lo único que escapan de la crítica de racismo que persigue a Canción del Sur convirtiéndole en una rareza, en un título completamente invisible. Tal vez las críticas sean exageradas pero en el fondo son comprensibles. La forma de hablar de los esclavos (al parecer con el acento fiel a los de la época descrita) como si fueran paletos resulta molesta. En una película actual, cuando aparece una plantación los afroamericanos dan la impresión de que han cursado estudios en una escuela de teatro shakesperiano por su cuidada dicción, lo que resulta irreal.
Los niños de la película son simpáticos, y los personajes de animación entrañables. Los actores negros eran muy populares en aquel tiempo, Hattie McDaniel fue la popular Mamie de Lo que el viento se llevó y James Baskett fue premiado por la Academia de Hollywood con un premio especial ya que no podía competir con los actores blancos.
Afortunadamente muchos de los problemas y prejuicios racistas ya se han superado y podemos disfrutar de los trabajos interpretativos de muchos actores y actrices afroamericanos a los que admiramos y amamos en el caso de que su trabajo nos guste. Lo único que les pedimos es que rueden buenas películas y si es así bienvenidas sean.

Salvador Sáinz