ESQUILACHE (1988)


ESQUILACHE. Año 1988. País: España. Directora: Josefina Molina. Reparto: Fernando Fernán Gómez (Esquilache), José Luis López Vázquez (Antonio Campos), Ángela Molina (Fernanda), Ángel de Andrés (Marqués de la Ensenada), Concha Velasco (Pastora Patermo), Adolfo Marsillach (Carlos III), Amparo Rivelles (Isabel de Farnesio), Alberto Closas (Duque de Villasanta), Fernando Valverde (Bernardo). Guión: Joaquín Oristrell, Josefina Molina, José Sámano. Música: José Nieto. Fotografía: Juan Amorós. Duración: 100 minutos. Drama | Drama de época. Siglo XVIII

Carlos III de Borbón (Madrid, 20 de enero de 1716 – Ibid., 14 de diciembre de 1788), fue duque de Parma (como Carlos I) entre 1731 y 1735, rey de Nápoles (como Carlos VII) y rey de Sicilia (como Carlos V) de 1734 a 1759 y de España desde 1759 hasta su muerte. Ha recibido como sobrenombres el Político y el Mejor Alcalde de Madrid. Tal vez de la dinastía Borbón ha sido el monarca con mayor crédito a pesar de su triste episodio del llamado Motín de Esquilache. Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache (Messina, h. 1700 ó 1708 – Venecia, 15 de septiembre de 1785), fue un diplomático y político español de origen italiano.
La revuelta vino por varios motivos aunque del que más se habló fue el de prohibir los sombreros redondos y las capas largas que se utilizaban para esconder armas.
Pero en realidad había motivos económicos. Esquilache hizo subir los impuestos para que el Estado sufragara la participación española en la Guerra de los siete años lo que provocó asfixia económica y resentimiento.
Además recortó privilegios de la Iglesia y de la nobleza por lo que se granjeó numerosas antipatías y enemistades. La película de Josefina Molina nos habla más de puñaladas traperas, gentes obsesionadas en arrebatarle la poltrona de ministro para colocarse ellos en su lugar. Unos hechos que en España suelen ser muy habituales, la traición, la manipulación.
La directora nos cuenta cómo era aquella época y cómo fue aquel motín que llevó al ministro Esquilache y familia al destierro a pesar de contar con el apoyo del rey que se vio obligado a sacrificarlo para evitar una guerra civil.
La película nos habla del motín por la cuestión de las capas, aunque azuzados por nobles rivales, pero no de las cuestiones económicas que en realidad fueron las auténticas causas que llevaron al pueblo español a la calle.
Un gobierno del pueblo para el pueblo pero sin el pueblo. Eso fue la llamada Ilustración que trajeron los primeros borbones quienes intentaron modernizar el país. Pero ya se sabe que en España los modernismos acaban por sucumbir por la presión de la Iglesia de la época reacia a cualquier cambio.
Conocemos a Carlos III encarnado por Adolfo Marsillach y la nefasta Isabel de Farnesio (Amparo Rivelles), la madre del rey y segunda esposa de Felipe V. El primero un hombre comedido y cabal, la segunda toda una déspota.
la imagen que se da de la corte de España es negativa, trepas e intrigantes. La traición espera en cada esquina para caer sobre ti cuando menos te lo esperes. Buen trabajo de todos los intérpretes principales, sobretodo Fernando Fernán-Gómez que borda a la perfección su impopular personaje.

Salvador Sáinz