PASAPORTE PARA PIMPLICO (1949)


PASAPORTE PARA PIMLICO. Título original: Passport to Pimlico. Año 1949. País: Reino Unido. Director: Henry Cornelius. Reparto: Stanley Holloway (Arthur Pemberton), Betty Warren (Connie Pemberton), Barbara Murray (Shirley Pemberton), Paul Dupuis (Sébastien de Charolais, Duque de Burgundy), John Slater (Frank Huggins), Margaret Rutherford (Profesor Hatton-Jones), Hermione Baddeley (Edie Randall), Michael Hordern (Inspector Bashford), Jane Hylton (Molly Reed), Raymond Huntley (Mr. W.P.J. Wix), Philip Stainton (P.C. Spiller), Roy Carr (Benny Spiller), Sydney Tafler (Frederick Albert 'Fred' Cowan), Nancy Gabrielle (Mrs. Cowan), Malcolm Knight (Monty Cowan), Roy Gladdish (Charlie Randall), Frederick Piper (Jim Garland), Charles Hawtrey (Bert Fitch). Guión: T.E.B. Clarke. Música: Georges Auric. Fotografía: Lionel Banes (B&W).Ealing Studios. Duración: 84 minutos.Comedia, humor inglés.

Cuando visioné Pasaporte para Pimlico, una gran muestra de lo que llamábamos humor inglés o humor británico, uno ha recordado la situación actual de Cataluña respecto a España. Un barrio londinense que por accidente descubre que en sus entrañas esconde un tesoro provocando una ardua polémica. El tesoro a quién pertenece ¿al barrio Pimlico o a la corona británica? Se reúnen los expertos y descubren que dicho barrio legalmente no pertenece a Reino Unido sino que es legalmente un Estado Independiente que pertenece a una familia real francesa.
Toda esta situación creará una serie de situaciones esperpénticas ya que para salir y entrar al barrio será necesario llevar un pasaporte, pagar taxas aduaneras y un sinfín de problemas.
Los ingleses, como siempre, dan en el clavo al abordar un problema político que nos es mostrado de forma paródica, irónica con su humor inteligente y frases de doble sentido. Un humor basado siempre en la paradoja lejos de la visceralidad mediterránea en la que todo debate es abrupto y desagradable.
Henry Cornelius (de verdadero nombre Owen Henry Cornelius nacido en Sudáfrica el 18 de agosto de 1913 – fallecido el 2 de mayo de 1958) no rodó muchas películas porque desgraciadamente se malogró antes de tiempo falleciendo a edad temprana. Pasaporte para Pimlico (1949) fue su debut como director, siguiendo The Galloping Major (1951), Genoveva (1953), Soy una cámara (1955, cuyo argumento inspiró el musical Cabaret), y Next to No Time (1958), su película póstuma. Por lo tanto no tuvo tiempo de forjarse una reputación que en aquellos tiempos no eran flor de un día porque el cine entonces era un oficio más estable y la distribución no estaba tan corrupta como en los presentes días.
La comedia está basada en primer lugar en un inteligente guión, en segundo en el buen ahcer de la productora Ealing y finalmente en unos actores carismáticos como el legendario Stanley Holloway (el padre de Audrey Herpburn en My Fair Lady) y la ya veterana Margaret Rutherford que siempre era impagable en todas sus aportaciones.
Su humor siempre provoca la sonrisa más que la carcajada, aunque también están presentes. Un humor crítico basado en crear situaciones absurdas y ridículas en las que todo es puesto en la picota sin concesión de ningún tipo salvo el buen gusto. Un humor que nunca cae en lo fácil, en lo chabacano. Todo es mostrado con inusual elegancia sin perder nunca las buenas maneras. Una comedia familiar, modélica tanto en su fondo como en su estilo y cuya vigencia no ha perdido un ápice de su corrosivo sentido de la crítica.

Salvador Sáinz