LA HORRIBLE NOCHE DEL BAILE DE LOS MUERTOS


LA HORRIBLE NOCHE DEL BAILE DE LOS MUERTOS. Título original: Nella stretta morsa del ragno. Año: 1971. País: Italia. Director: Antonio Margheriti. Reparto: Anthony Franciosa (Alan Foster), Michèle Mercier (Elisabeth Blackwood), Klaus Kinski (Edgar Allan Poe), Peter Carsten (Dr. Carmus), Silvano Tranquilli (William Perkins), Karin Field (Julia), Raf Baldassarre (Herbert), Irina Maleeva (Elsie Perkins), Enrico Osterman (Lord Thomas Blackwood), Marco Bonetti (Maurice), Vittorio Fanfoni, Carla Mancini. Guión: Bruno Corbucci, Giovanni Grimaldi, Antonio Margheriti, Giovanni Addessi. Música: Riz Ortolani. Fotografía: Guglielmo Mancori, Sandro Mancori, Silvano Spagnoli. Coproducción Italia-Francia-Alemania del Oeste; Paris-Cannes Productions / Produzione DC7 / Terra-Filmkunst. Duración: 102 minutos. Terror, remake.

Siete años después del estreno de Danza macabra, una joya del fantástico italiano, se estrenó este remake en color que es prácticamente un calco del anterior. Al menos en apariencia porque el guión sigue punto por punto el anterior. Cambia el añadido del color y el horrible techniscope, un sistema anamórfico que consistía en dividir horizontalmente en dos el fotograma tradicional en 35mm creando dos imágenes y al realizar las copias se convertía en un simple filme en scope.
El resultado era que la productora se ahorraba la mitad de película virgen y el espectador se encontraba con un cinta pobre de calidad.
Lo que diferencia ambas versiones son en primer lugar el color, en segundo el casting y en tercero el estilo narrativo. Si Danza macabra tenía un estilo conciso, sobrio, recreando una atmósfera, La horrible noche del baile de los muertos, parece inspirarse en las películas de Dario Argento que en aquel tiempo irrumpió en nuestras salas. Una caligrafía fílmica basada en la filigrana. Primeros planos rodados con teleobjetivo. La película pierde su atmósfera gótica que era su principal baza .
En el plano actoral, la ausencia de Barbara Steele se deja notar. Ganamos por otra parte con las adquisiciones de Klaus Kinski en el papel de Edgar Allan Poe y sobretodo de Anthony Franciosa, un actor de Hollywood contratado por cuestiones comerciales, que demuestra su gran solvencia interpretativa.
En aquel tiempo el cine comercial italiano acostumbraba a contratar viejas glorias de Hollywood, actores que habían sido famosos y que la cinematografía de su país arrinconaba porque la taquilla les había sido adversa. La presencia de un famoso en una producción modesta siempre servía para vender la película con mayor celeridad.
Este remake se vendió mejor que el filme original pero es muy inferior en calidad. Los movimientos de cámara, sobre todo cuando la película se veía en salas, producen mareos y la atmósfera se pierde. Además Michèle Mercier carece del carisma de Barbara Steele, es mucho más impersonal, aunque entonces era famosilla por la serie Angelique.
No es una película desdeñable, sino un remake que no está a la altura del original.

Salvador Sáinz