SHOWGIRLS (1995)

El autor de esta web de cine si algo pretende ser es independiente y jamás se ve influenciado ni por modas, ni por corrientes de opinión, ni por los criterios de los profesionales del sector crítico. Showgirls, 7 Premios Razzie, incluyendo peor película, director y actriz en 1995, y peor película de la década en 1999, me ha gustado pese a toda la basura que se ha echado encima suyo y he de añadir que los criterios de unos descerebrados ensuciapapeles calvinistas me importan un bledo.
A mí Showgirls me gusta mucho y me gusta además la defenestrada Elizabeth Berkley con su pinta de gata salvaje y sobretodo me enloquece Gina Gershon. No lo hago para llevar la contraria, ni porque defiendo el llamado cine culto que es como se define en los foros frikkies al cine más hortera y ridículo del mundo. Paso de modas y de prejuicios, todo lo analizo según mi criterio personal y a quien no le guste que tome paciencia porque ya se sabe que la paciencia es la madre de la ciencia.

Una película que el gran cineasta Paul Verhoeven supo bordar, ese mundillo de gente ruin que se enriquece a costa de la represión sexual de sus conciudadanos dándoles lo que los santos evangelios, las religiones y sus clérigos les prohíben intensamente, carne masculina y carne femenina, aunque la película se centra más en ésta que en aquella.
Es decir, vivimos en un sistema en que se reprime y se prohíbe por un lado y lo prohibido se convierte en un negocio. Bailes un tanto horteras con bailarines y bailarinas exhibiendo sus lindos cuerpos, pero lo mejor es el dúo pseudolésbico de las dos protagonistas, Elizabeth Berkley y Gina Gershon. Los ensuciapapeles se ensañaron con la primera sobretodo pues a mí me cae muy bien, es lástima su ensañamiento porque desde entonces la vimos en papeles secundarios e insignificantes.
Nos encontramos ante una actriz a la que no se ha sabido sacar partido, pero los gurús de la gilipollez imperan y los despersonalizados seguidores de la nada la anularon y la convirtieron en carne de cañón. La moral calvinista se apuntó un nuevo tanto llevándola al ostracismo.
Showgirls es una mirada al submundo de la prostitución de lujo, de la hipocresía estadounidense, por no decir mundial, y de la vorágine de una sociedad basada en la competición, con estrellas que se creen diosas y que tratan de evitar el éxito de sus rivales aprovechándose de su momentáneo poder. Un mundillo donde todo puede cambiar en cuestión de segundos, donde las estrellas se pueden caer y darse con bruces en los suelos pasando de la grandeza a la nada y viceversa.
Una película perfectamente construida, sin puntos muertos, con un guión muy bien desarrollado y una narración ágil, electrizante y contundente. Una película que no mereció el varapalo que recibió, aunque al abajo firmante no le sorprende en absoluto a causa de los aires conservadores que corren por las Américas.

Salvador Sáinz