FAMA (2009)

Siempre se dice que todo tiene su época, su momento. Fama, la película original de Alan Parker, fue todo un bombazo y la serie que engendró se dejaba ver con agrado. En 2009 apareció ésta, no tiene los personajes de la original ni las mismas situaciones. Más que un remake la podríamos definir una continuación veintinueve años después pero la magia de esta Fama no es la misma. Si la película original era innovadora, dinámica, profunda, la secuela era un filme correcto sin más. No estamos ante ningún bodrio, sino ante una película digna pero lejos de alcanzar las metas de su predecesora.
Kevin Tancharoen debutó con este título, antiguo coreógrafo, estaba capacitado para las escenas de danza que son apañadas, agradables, simpáticas y dejan buen sabor de boca. Lo malo es que al tener un referente de gran calidad, todo un clásico de la historia del cine, sufre la odiosa comparación y sale perdiendo. Es lo malo de jugar siempre la baza segura, el no querer arriesgarse con un tema nuevo o un tratamiento novedoso. El espectador se encuentra con un producto rutinario y discreto que no le llama mucho la atención. Esta Fama pasó sin pena ni gloria. No tuvo ningún impacto. Sólo fue un negocio que dio su dinerito y punto.

Salvador Sáinz