1978. Tres años después de la muerte del dictador, España celebraba su primer año de una democracia que levantó muchas expectativas pero escasas realidades. El país de las promesas que jamás se materializan en realidades, de la política que ha defraudado  a sus ciudadanos y que nos ha legado una triste realidad.
Pero estamos en otros tiempos, tiempos de ilusión y esperanza que en cierto modo es el argumento central de esta comedia del juvenil Fernando Colomo, un director que intentó renovar la comedia española huyendo de su tradicional vulgaridad.
Estas ansias de cambio están representadas por el personaje de Carmen Maura, una mujer divorciada (no olvidemos que en la dictadura el divorcio estaba prohibido) de un marido facha que amenaza con volver al hogar para amargar la existencia a toda la familia y la búsqueda de un nuevo emparejamiento con un joven roquero mucho más joven.
Así, Colomo pone en marcha su sainete a base de planos fijos, pulcritud narrativa y acidez estilística.
Da pena como el cine español está tan maltratado en su propio país y la mala calidad de su distribución en video.  El tiempo ha dejado obsoleto su discurso, pero la película queda como un documento imprescindible para conocer y comprender una época.

Salvador Sáinz