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ESPAÑOLAS EN PARIS (1971)
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ESPAÑOLAS EN PARIS. Año: 1971. País. España. Director. Roberto Bodegas. Reparto: Laura Valenzuela (Emilia), Ana Belén (Isabel), Máximo Valverde (Manolo),Tina Sáinz (Francisca), Elena María Tejeiro (Dioni), José Sacristán (Plácido), Emma Cohen (Katy), Simón Andreu (Director del Pompe Service), Pierre Vernier (Monsieur Lemonier), Françoise Arnoul (Madame Lemonier), Teresa Rabal (Casilda), Yelena Samarina (Madame Legrand), Gela Geisler (Mademoiselle Rocard), Antonio Pica, Tota Alba (Vieja 2ª), Porfiria Sanchíz (Vieja 1ª), Elsa Zabala (Madame Lefevre), Cristina Hoyos (Soloist), José Luis López Vázquez (Fernando). Guión: Roberto Bodegas, Christian de Chalonge, José Luis Dibildos, Antonio Mingote.Música: Carmelo A. Bernaola.Fotografía: Rafael de Casenave. Ágata Films. Duración: 102 minutos. Drama, inmigración.
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Dicen que los pueblos que olvidan su historia se ven condenados a repetirla. Efectivamente este enunciado tiene mucha parte de razón. En el llamado tardofranquismo se coincidió con una época de despegue económico en el resto de Europa, razón por la cual muchos españoles hicieron sus maletas para viajar al resto de Europa en busca de una oportunidad convirtiéndonos en una especie de mendigos crónicos carentes de dignidad.
Nuestra protagonista, encarnada por una juvenil Ana Belen, interpreta a una chica de pueblo que se supone pobre y atrasado que huyendo de la pobreza tiene que viajar a la Ciudad Luz, a París, una ciudad y un país que en aquellos tiempos eran objeto de mitificación en la España de la época.
Una ciudad culta, acogedora, rica. Aunque la realidad no sea tal como soñábamos.
En las últimas décadas pasamos de país de emigrantes a país de inmigrantes a los que hemos tratado de forma ignominiosa y en la actualidad volvemos a repetir la historia teniendo que hacer de nuevo las maletas y el hatillo para viajar a otras tierras más acogedoras y productivas. Este es el precio que tenemos que pagar por nuestro olvido, por no saber sacar las oportunas conclusiones de nuestro pasado y también porque una vez llegada la democracia hemos votado a una clase política corrupta, sucia y mentirosa que en nombre de España nos han vendido a los intereses foráneos.
La película de Roberto Bodegas nos devuelve aquella realidad, la de un país empobrecido, triste y desharrapado que tenía que realizar trabajos humildes en países desarrollados a los que tantos envidiamos en aquel tiempo.
Nos encontramos además con una serie de personajes marginales como ese españolito encarnado por el todoterreno José Luis López Vázquez que no mas llegar a París se compra Lui, una revista francesa apra ver chicas en bolas. Costumbre muy habitual en aquel tiempo, del que doy fe personalmente, cuando recibía una revista de cine gala con fotos desplegables de chicas sin ropa que provocaban sensación adonde fuera.
En la actualidad sería tratada de machista y tal vez con toda la razón del mundo, pero en aquella España cateta reprimida por una iglesia que se creía aún en la Edad Media eran recibidas como agua de mayo.
Así tenemos personajes que van a países extranjeros en busca de un buen polvete y de un achuchón, algo que en nuestra España era misión posible ya que para obtener sexo había que pasar antes por la vicaría y casarse en una iglesia para el resto de tu vida.
Uno tiene a veces la sensación de que nuestra realidad no ha cambiado demasiado desde entonces. Nos encontramos el personaje de Laura Valenzuela que al vivir en Francia trata de superar los prejuicios propios de la España cateta de la que procede haciéndose pasar por una mujer emancipada y francesa. Es decir, la de una mujer que se acuesta con quien le da la gana y bien que hace aunque tenga que representar un papel de lo que no es y nunca será.
Ana Belén es el personaje que mejor evoluciona, acaba por conquistar su autoestima. Una chica paleta de pueblo que finalmente se descubre a sí misma, no sólo encuentra un trabajo para dar de comer a su familia del pueblo que dejó atrás, sino que se libera de todos sus condicionamientos que impedían su libre desarrollo como ser humano.
Una bella película que ha vencido el paso del tiempo y que dio origen a la llamada Tercera Vía del cine español. Un cine de calidad accesible al gran público, un cine inteligente que burlara la censura sin recurrir a una lectura reservada a minorías selectas.
Salvador Sáinz
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