VICENTE FERRER (2013)


VICENTE FERRER. Año: 2013. País. España, India. Director: Agustín Crespi. Reparto: Imanol Arias (Vicente Ferrer), Aida Folch (Anna Ferrer), Jaskaran Brady (Pereira), Carles Canut (Montalvo), Alba Flores (Shamira), Marc Parejo, Josep Maria Pou (Padre Font), Sunny Singh (Ashish), Ajay Jethi (Vikram). Guión: David Planell y Patrick Buckley. Directores de Fotografía: Tote Trenas A.E.C. Música: Françesc Gener. Una producción de TVE, Grupo Ganga Producciones, TV3 y Visiona tv. Duración: 104 minutos. Biografía.

Vicente Ferrer Moncho (Barcelona, 9 de abril de 1920 - Anantapur, India, 19 de junio de 2009) fue un cooperante español, considerado una de las personas más activas en la ayuda, solidaridad y cooperación con los desfavorecidos del tercer mundo. En su juventud se afilió al Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y a los 16 años fue llamado a filas, durante la Guerra Civil Española.

Con una biografía así, la de un cooperante destinado a la India, y que cambió radicalmente la vida de la zona que le tocó en suerte, se puede encontrar un buen argumento para rodar una película.
Si el personaje fuera anglosajón o tuviera alguna relación con esta cultura se habría rodado una aparatosa superproducción de millones de dólares. Pero al ser español, y para más inri catalán, nos tenemos que contentar con este modesto telefilme producido por las televisiones española y catalana y pretensiones modestas.
Obrando en consecuencia, la tele movie que nos ocupa no es ningún alarde cinematográfico y no lo pretende, pero al menos nos sirve para aproximarnos a la figura del personaje y para conocerlo algo mejor. Un personaje que hemos conocido en entrevistas en televisiones españolas que nos han dado una imagen algo hierática. Algo así como un ser de rostro enfurruñado, un místico singular y cejijunto cuando en realidad era un ser afable, divertido y dotado de un buen sentido del humor. Llegaba a representar obras de teatro sin conocer siquiera el idioma del país, ayudado de un intérprete, tratando de explicar su misión evangelizadora que en vez de centrarse en asistir a actos religiosos se centraba en crear riqueza, lugares de trabajo y un medio para ganarse la vida en zonas excesivamente deprimidas.
Su labor se vio obstaculizado por las autoridades locales que veían en él una forma de colonialismo. Resulta curioso este punto. En España, por ejemplo, en donde el hambre no es tan radical como en la India, existen muchas zonas deprimidas, muchas familias desamparadas sin que los servicios sociales  intervengan y practiquen con ellas un auto racismo insólito, mientras que se es generoso con los necesitados foráneos en base de un pensamiento políticamente correcto.
En la India molesta que un “extranjero” organice empresas solidarias en su propio país, al que acusan de colonizador, y en consecuencia le ponen toda clase de trabas al cooperante Ferrer a quien le hicieron prácticamente la vida imposible.
Aún así, con toda clase de cortapisas, teniendo en cuenta que trabajó en zonas muy deprimidas que vivían en la más radical de las miserias y en las que se creó riqueza, mientras que en nuestro país las autoridades actuales hacen todo lo posible para destruirla.
Ojalá hubieran miles de personas como Vicente Ferrer en el mundo, hombres y mujeres, no sólo en la India sino en todos los países, empezando por el nuestro, que reactivaran con inteligencia la economía de las zonas de su jurisdicción en vez de crear miseria como se hace en la actualidad para favorecer a una minoría carente de escrúpulos.

Para acabar he de valorar el trabajo actoral. Nos encontramos a Ajay Jethi, actor hindú afincado en España, también a Carles Canut, antiguo compañero mío en rodajes, de cuya presencia he disfrutado en obras teatrales, películas cinematográficas y series televisivas.
No nos podemos olvidar de la exquisita Aida Folch, en el papel de Anna Ferrer, la fiel esposa de Vicente Ferrer que era treinta años menor en edad, y, cómo no, del ya consagrado Imanol Arias, un valor seguro del mundo del espectáculo español que compone un Vicente Ferrer admirable.

Salvador Sáinz