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FABIOLA (1949)

Nicholas Patrick Stephen Cardinal Wiseman (Sevilla, España, 2 de agosto de 1802 - Londres, 15 de febrero de 1865) fue un sacerdote inglés, que se convirtió en el primer Cardenal Arzobispo de Westminster con el restablecimiento de la jerarquía católica en Inglaterra y Gales en 1850.Fue autor de una novela, Fabiola (1854), en respuesta al anticatólico libro Hypatia (1853) de Charles Kingsley.
En 1913 se llevó al cine, entonces mudo, y la segunda versión es la de Enrico Guazzoni en 1918. En 1949 se rodó la presente versión sonora y blanco y negro. La rebelión de los esclavos (1960) de Nunzio Malasomma fue un peplum clásico basado en la misma novela pero más centrado en las escenas de acción que las religiosas.


Fabiola. Título original: Fabiola.Año: 1949. Duración: 164 min. País: Italia. Director: Alessandro Blasetti. Guión: Alessandro Blasetti, Mario Chiari, Diego Fabbri (Novela: Nicholas Patrick Wiseman). Música: Enzo Masetti. Fotografía: Mario Craveri, Ubaldo Marelli. Reparto: Michèle Morgan, Henri Vidal, Michel Simon, Gino Cervi, Louis Salou, Elisa Cegani, Massimo Girotti, Sergio Tofano, Rina Morelli, Paolo Stoppa, Carlo Ninchi, Franco Interlenghi, Guglielmo Barnabò, Aldo Silvani, Silvana Jachino, Goliarda Sapienza, Virgilio Riento, Ludmilla Dudarova, Maurizio Di Nardo, Luca Cortese, Guido Celano, Gabriele Ferzetti, Walter Lazzaro. Productora: Coproducción Italia-Francia; Universalia Film. Género: Drama | Histórico

Fabiola está inspirado en Santa Fabia, una mujer cristiana de familia noble que se ´dedicaba a las obras de caridad, a crear hospitales para gente humilde. La época es el año 312, un año crucial para el cristianismo que pasó de convertirse de una religión perseguida a la religión oficial con la entrada en Roma de Constantino y la derrota de Majencio.
La película comete un grave error al mostrar a éste en autor de una matanza de cristianos en el circo, la realidad no fue así. La última persecución fue la de Diocleciano en el año 303, llamada La Gran Persecución, la más dura de todas las habido y por haber. Muy diferente a la Nerón, éste lo hizo para tapar un crimen o un hecho fortuito como el incendio de Roma, en cambio Diocleciano quería evitar la expansión imparable del cristianismo. A pesar de la matanza que organizó no consiguió sus objetivos porque el cristianismo se expandía cada vez más y la religión pagana entraba ya en su declive.
El argumento de Fabiola presenta ciertos paralelismos históricos. Wiseman el autor de la novela era un católico que residía en un país anglicano donde los fieles al Papa de Roma son minoría maltratada y marginal. En cambio Alessandro Blasetti transforma el argumento en una metáfora sobre la Italia fascista dominada por un tirano (Benito Mussolini, cuya imagen planea sobre Majencio) y la llegada de la democracia (la invasión aliada, es decir Constantino). Son los últimos días de una Roma que durante siglos ha creído en los dioses paganos que iban cayendo en el olvido. Júpiter y el Olimpo empezaban a ser cosas del pasado, creencias de otros tiempos más primitivos.
Por lo tanto, Fabiola más que un film sobre el cristianismo es un relato sobre la muerte de un régimen, de una sociedad que se está quedando obsoleta.
Rodado en blanco y negro, la película no es tan espectacular como las rodadas por los americanos en Cinecitta, me refiero a Quo Vadis o Ben-Hur, actualmente consideradas clásicas, mientras que Fabiola ha caído en el olvido y sólo cinéfilos impenitentes se obstinan en buscarla apra recuperarla como es de merecer. No se trata de una realización dinámica, es más bien un relato intimista. Las escenas de violencia son pocas. La escena del circo con mártires es corta, y además anacrónica. Majencio nunca organizó tal masacre y además tan teatral como la descrita. Una matanza que el público repudia, nada que ver con los romanos frikkies de Quo Vadis en que la plebe se divierte con semejante espectáculo.
Blasetti retrata pues el fin de un mundo y el principio de otro. Fabiola no es cristiana al principio, va evolucionando a través del metraje hasta cambiar de religión, actitud compartida por otros personajes. Se reflexiona sobre la inutilidad de la violencia para conseguir fines políticos. Diocleciano, en el pasado, pretendió exterminar la comunidad cristiana pero lo único que consiguió que ésta creciera aún más. La Roma pagana era un barco que viaja a la deriva, con tantos agujeros que terminó por hundirse.
La fe en Cristo no era sólo religiosa, sino además social y política. Predicaban la igualdad, el fin de la esclavitud, la no violencia. Movimientos que se han repetido, aunque de forma laica, a lo largo de la historia hasta llegar a los indignados actuales. Fabiola no es la historia de una época sino la historia de siempre. Un sistema opresor que se ha ido reciclando a través del tiempo.

Salvador Sáinz