LOS VIAJES DE SULLIVAN (1941)


LOS VIAJES DE SULLIVAN. Título original: Sullivan's Travels. Año: 1941. País: Estados Unidos. Director: Preston Sturges. Reparto: Joel McCrea (John Lloyd Sullivan), Veronica Lake (la chica), Robert Warwick (Mr. LeBrand), William Demarest (Mr. Jones), Franklin Pangborn (Mr. Casalsis), Porter Hall (Mr. Hadrian), Byron Foulger (Johnny Valdelle), Margaret Hayes (Secretaria), Robert Greig (Burroughs), Eric Blore (criado), Torben Meyer (Doctor), Victor Potel (Cameraman), Richard Webb (Radio Man), Charles R. Moore (Colored Chef), Almira Sessions (Ursula Kornheiser), Jimmy Conlin (Trusty). Guión: Preston Sturges. Música: Leo Shuken & Charles Bradshaw. Fotografía: John F. Seitz (B&W). Paramount Pictures. Duración: 90 minutos. Comedia. Gran Depresión. Cine dentro del cine. Comedia romántica. Comedia sofisticada

John Lloyd Sullivan (Joel McCrea) está preparando O Brother, Where Art Thou?, un drama sobre la miseria pero siendo un hombre acomodado es incapaz de sentir sensibilidad sobre la misma. Por ese motivo se disfraza de vagabundo para vivir como uno de ellos y enterarse de primera mano lo que es en realidad.
Así tiene lugar una de las mejores películas de la historia del cine, una comedia ingeniosa, divertida, inteligente y creativa que fue escrita y dirigida para la Paramount por Preston Sturges (Chicago, 29 de agosto de 1898 – Nueva York, 6 de agosto de 1959), cuyo nombre original fue Edmund Preston Biden, uno de los más brillantes desconocidos de la historia de Hollywood.

Antes de empezar los comentarios vamos hacer un inciso, la película que prepara el director de esta cinta, O Brother, Where Art Thou?, es el título, y no por casualidad, de uno de los mejores trabajos de los hermanos Coen inspirado precisamente en la que nos ocupa.
Los viajes de Sullivan interesa por su paradoja. Sturges trata de mostrar la miseria de la sociedad estadounidense, de la que Hollywood siempre nos ha dado una imagen mitificada. Si tomásemos por cierto el cine que se produce en sus estudios llegaríamos a la conclusión de que dicho país es todo un paraíso, nada más lejos de la realidad. Hay mucha miseria esparcida a lo largo de su geografía, sobretodo en la época de la Gran Depresión retratada en este metraje.
Sturges trata el tema con valentía, sin caer tampoco en la mitificación. Intenta premiar la solidaridad humana como la de ese camarero de un bar al que los protagonistas van a desayunar sin un solo céntimo en sus bolsillos. Les da de comer ignorando que tiene ante sí a un reputado director de Hollywood, minutos después recibe una recompensa de cien dólares que le vienen casi llovidos del cielo ante su estupor.
La miseria, como dice uno de los criados de Sullivan, es una peste, un estigma, y quien nunca la ha padecido la mitifica en sus películas como ha ocurrido en un cine pretendidamente social en la que todo se ve deformado por cuestiones ideológicas.
Veronica Lake y Joel McCrea forman una excelente pareja artística, que en cuyo metraje navegan entre dos mundos, el acomodado de la Ciudad de los Sueños con sus piscinas y sus riquezas y la desgarrada vida de los vagabundos sin techo. Una parte de la sociedad que permanece invisible, casi invisible, en las pantallas en donde siempre se muestra lo más aburguesado del mundo en que vivimos. La miseria sólo se  muestra en acciones ubicadas en países extranjeros, faltaría más.
La comedia es inteligente, incisiva e irónica. Tal vez podría haber profundizado más en el tema de la miseria, como ocurre en Las uvas de la ira (1940) de John Ford, rodada un año antes, pero es muy valiente al mostrarla en plan de comedia sin caer en el pesimismo y la desesperación.
Los viajes de Sullivan es un filme genial, una obra maestra y una de las grandes películas jamás rodadas que nos devuelve a un Hollywood creativo, menos mercantil que el actual, y a una época en que los cineastas se preocupaban de contar buenas historias, no sólo de llenar de ceros sus cuentas corrientes.

Salvador Sáinz