EL TREN DE LENIN (1988)


EL TREN DE LENIN. Título original: Il treno di Lenin. Año: 1988. País: Italia. Director: Damiano Damiani. Reparto: Ben Kingsley (Lenin), Leslie Caron (Nadia), Dominique Sanda (Inessa Armand), Timothy West (Parvus), Peter Whitman (Radek), Xabier Elorriaga (Platten), Jason Connery (David), Paolo Bonacelli (Zinoviev), Mattia Sbragia (Furstenberg), Robin Lermitte (Von Buhring), Günther Maria Halmer (Von Planetz), Dagmar Schwarz (Olga), Verena Mayr (Clarissa), Jeannine Mestre (Lilina), Hans Kraemmer (Von Romberg). Guión: Damiano Damiani, Enzo Bettiza (Libro: Michael Pearson). Música: Nicola Piovani. Fotografía: Sebastiano Celeste. Coproducción Italia-Alemania del Oeste-Francia-Austria-España; Rai Due / Taurus Film. Duración: 203 minutos. Drama. Telefilm. Histórico. Política. Años 1910-1919.

Damiano Damiani (Pasiano di Pordenone, Italia, 23 de julio de 1922 – Roma, Italia, 7 de marzo de 2013) fue un popular director especializado en cine político como Confesiones de un comisario, aunque también le debemos westerns como Yo soy la revolución con Martine Beswick.
En febrero de 1917, un golpe militar de Aleksandr Kérenski (socialista revolucionario) derrocó al zar Nicolás, e instauró un gobierno provisional a la espera de elecciones democráticas y al final de la guerra mundial que les enfrentaba al Imperio Alemán.
Este gobierno jamás tuvo una oportunidad, se quedó a medio camino y se le hostigó desde el principio no sólo por los zaristas sino por los extremados bolcheviques.
El gobierno alemán decide realizar una jugada maestra, pacta con el líder Vladímir Ilich Uliánov, más conocido como Lenin, un viaje que le sacara del exilio para que tomara el poder en Rusia y la sacara de la guerra debilitando así a sus potencias enemigas.
Una jugada maestra que dio óptimos resultados pero que llegó demasiado tarde. La entrada de los Estados Unidos en la contienda acabó por hundir las tropas del káiser y la derrota fue inevitable.
En la famosa Octubre de Eisenstein asistimos al momento en que Lenin llega a la estación de Petrogrado para iniciar la segunda revolución que derroque a la primera lo que aconteció en octubre del mismo año.
En los años en que escribo estas líneas, los personajes principales de este drama histórico, los bolcheviques, se han vuelto a poner de moda. Se habla otra vez de revoluciones y de acabar con la dictadura del capital.
Durante décadas Lenin fue una figura mitificada hasta grados de auténtica deificación pero desde que se cayó el muro de Berlín su carisma cayó en picado. Damiano Damiani evidente simpatiza con su figura, un hombre que intentó cambiar el curso de la historia y el viaje en tren que le llevó de vuelta a la Madre Rusia es también un viaje a la esperanza de un mundo mucho mejor que el que se padecía en aquellos momentos, una época similar a la presente que todavía es peor a la de hace un siglo.
No estamos ante una película sino ante un telefilme, es decir una película rodada para televisión lo cual es evidente por un rodaje rápido, escasa profundidad de fotografía que es muy plana ya que ha sido concebida para ser vista en pequeñas pantallas y una cierta pobreza estilística que perjudica el resultado.
Pero Damiani le pone cariño a la historia y el resultado es mucho más que digno. Un trabajo honesto y emotivo sobre un viaje a la libertad.
Lenin es dulcificado, aunque por fortuna no estamos ante una hagiografía del personaje. Ben Kingsley borda el papel y tenemos el placer de reencontrarnos con Leslie Caron y Dominique Sandra.
No nos encontramos ante ninguna maravilla cinematográfica, nada de eso, ni siquiera lo pretende. Nos encontramos ante un documento histórico que nos informa de unos hechos concretos.
Un telefilme dividido en dos partes que se ve con serenidad e interés. Nadie es juzgado por sus ideas políticas, los hechos son lo que son y punto.
Un telefilme más que correcto que se ve con agrado y simpatía, a pesar de que la Revolución Soviética fue algo mucho más complejo de analizar.

Salvador Sáinz