55 DÍAS EN PEKIN (1963)

Nicholas Ray


55 DÍAS EN PEKIN. Titulo original: 55 Days at Peking. Año de producción: 1963.Duración: 154 min. País: Estados Unidos. Dirección: Nicholas Ray, Guy Green (Andrew Marton, charlton Heston). Intérpretes: Charlton Heston, Ava Gardner, David Niven, Robert Helpmann, Flora Robson, Leo Glenn, John Ireland, Kurt Kasznar, Paul Lukas, Harry Andrews, Alfredo Mayo, Fernando Sancho, José Nieto, Felix Dafauce, Philippe Leroy, Lynne Sue Moon, Conchita Montes, Walter Gotell, Jacques Sernas, Burt Kwouk, Nicholas Ray. Guión: Philip Yordan & Bernard Gordon. Fotografía: Jack Hildyard. Música: Dimitri Tiomkin. Productora: Samuel Bronston Productions. Género: Aventuras | Colonialismo

Mucho se ha escrito sobre el atormentado rodaje de 55 días de Pekín que supuso el fin de la carrera de Nicholas Ray, autor de Johnny Guitar, debido a un colapso que sufrió durante el rodaje por el abuso de alcohol y drogas. Por otra parte nos encontramos con un reparto con algunas equivocaciones, los actores occidentales haciendo de chino están algo ridículos y la actriz protagonista Ava Gardner estaba en franco declive por culpa de sus borracheras continuas. El en otro tiempo sex symbol del cine, el animal más bello del mundo, como se la definió, ya era una mujer madura que había perdido su encanto no por el paso del tiempo sino por su adicción al alcohol convirtiendo el rodaje en un calvario para el resto del equipo.
Por esa causa Ava era incapaz de recordar una sola línea de diálogo, retrasando el rodaje y aumentando el presupuesto. Por ese motivo se tomó una decisión drástica, matar su personaje y echarla de la película. Eso provocó en la misma un desequilibrio, porque la historia de amor entre la condesa rusa y el mayor estadounidense quedó a medio desarrollar perjudicando el resultado final de la cinta que, por desgracia, tuvo escaso éxito comercial y ya se sabe que la taquilla no manda: impera.
Esos dos seres autodestructivos, Ava Gardner y Nicholas Ray hicieron mucho daño a la película que vista actualmente puede considerarse políticamente incorrecta por su apología del colonialismo.  
Las autoridades chinas acusaron a las potencias occidentales de traficar con opio, degradando la salud del pueblo chino, mientras que los países extranjeros implicados se justificaron por la famosa xenofobia china y su odio ancestral a toda potencia ajena a su cultura. Por otra parte tenemos la clásica arrogancia y paternalismo propio de los países occidentales de ir por el mundo tratando de exportar su civilización como si los demás países del globo carecieran de cultura que no por diferente, es merecedora también de gran respeto.
En la película se omite la participación de la embajada española, cuyo titular no se llamaba Guzmán (como el papel interpretado por Alfredo Mayo) sino Bernardo Cólogan y Cólogan quien tuvo en esos hechos un papel primordial. Pero ya se sabe que nuestros actores no dominan el inglés por lo que en estas producciones se ven relegados al papel de mero comparsas. El chovinismo anglosajón centra la acción en el embajador británico (David Niven), que asume el rol que en la vida real asumió en diplomático español, y la parte de acción en el cowboy Heston que se comporta como si estuvieran en el salvaje Oeste de su país.
Hechas estas salvedades emerge como resultado final un brillante film épico digno de mejor suerte. La ambientación es muy brillante, la puesta en escena es distinguida y elegante. Estas superproducciones dieron de comer a muchos extras y técnicos españoles que adquirieron un sólido oficio del que se benefició la paupérrima industria del cine español hasta que la inepta Pilar Miró y el terrorífico ministro de economía socialista Carlos Solchaga asaron de impuestos a los productores que osaran rodar en suelo español, espantándolos y expulsándolos de nuestro suelo en beneficio de nadie y para satisfacer su incompetencia congénita.

Salvador Sáinz