DOS CABALGAN JUNTOS (1961)


DOS CABALGAN JUNTOS (Two Rode Together). Estados Unidos. Largometraje. Dirigido por John Ford, 1961. Intérpretes: James Stewart, Richard Widmark, Shirley Jones, Linda Cristal, Andy Devine, John McIntire, Mae Marsh, Anna Lee, Harry Carey Jr., Woody Strode, Henry Brandon, Olive Carey, Ken Curtis. Guión: Frank S. Nugent, Argumento: Will Cook. Basado en su novela: Comanche Captives. Director de fotografía: Charles Lawton Jr.35 milimetros. Eastmancolor. Normal.Música: George Duning. Montador: Jack Murray. Productora: John Ford Productions (Estados Unidos) y Shpetner Productions (Estados Unidos) para Columbia Pictures. Duración: 109 minutos. Lugares de rodaje: Texas. Estreno: 03-01-9963 Madrid: Conde Duque, Fantasio, Figaro y Gayarre Empresa distribuidora: Filmayer S.A. Espectadores: 310.704. Recaudación: 30.824,73 €. Género: Western Drama

Una vez le preguntaron a Orson Welles los nombres de sus tres directores favoritos. El genial creador de Ciudadano Kane respondió contundentemente: “John Ford, John Ford y John Ford”. En este filme, Dos cabalgan juntos, nos encontramos a un western crepuscular. Sam Peckinpah debutaba aquel año 1961 con Compañeros mortales, y al año siguiente rodaría su celebrado Duelo en la alta sierra. La carrera de Ford se iba a cerrar cinco años después con la excelente Siete mujeres, Sergio Leone estrenaba aquel año El coloso de Rodas y el auge del western europeo con sus escasas virtudes y sus numerosos defectos estaba a punto de eclosionar. El western se estaba muriendo porque las nuevas generaciones preferían otra clase de géneros y los grandes mitos entraban en su crepúsculo.
Dos cabalgan juntos tiene un arranque muy irritante.  Conocemos a un sheriff interpretado de forma exagerada por James Stewart que es definido como un ser egoísta y desagradable al que muchos le desearían pegar una buena paliza. Al cabo de veinte minutos algunos ya estábamos por desertar de su proyección cuando la trama da un giro y entramos ya en situación.
El eje central de la película está en unos hechos que acontecieron en aquellos años del lejano Oeste. Los indígenas que atacaban a los colonos de la época tenían la costumbre de adoptar los niños que se quedaban huérfanos por sus acciones guerreras y los reeducaban convirtiéndoles en nuevos miembros de sus tribus.
En los últimos años se habla de un proyecto que jamás arranca, Unbound Captives, que trata precisamente del mismo tema: La actriz Madeleine Stowe, su directora, basó el guión en relatos que ella escuchaba cuando vivía en un rancho de Texas. “Los comanches secuestraban a mujeres blancas y las mujeres no querían regresar. La acción se sitúa entre 1859 y 1867”.
Resulta curiosa la situación descrita pero una vez vista la película de John Ford no nos extraña nada. Esa sociedad blanca, anglosajona, luterana, calvinista, que pretenden colonizar todo el mundo y que se presentan con ínfulas mesiánicas, adolecen de una hipocresía moral asfixiante.
La trama de Dos cabalgan juntos, gira alrededor de unos colones que perdieron familiares en las incursiones comanches que secuestran a los niños de sus casas para integrarlos en sus tribus y éstos se adaptan a su nueva vida que ya no quieren saber nada de la anterior. Ford nos presenta ya varios casos, una mujer anciana que sabe que no podrá reintegrarse de nuevo a la sociedad blanca, prefiere quedarse en el poblado. Un joven airado que no quiere regresar pero que es forzado, que asesina a quien le acoge y una mujer mejicana, Linda Cristal, que es mirada con desprecio por haber coexistido con un jefe comanche (Woody Stroode).
Queda claro que a pesar de la dura vida comanche, algo que muchos progresistas no han tomado conciencia, que se creen que la vida en esas tribus es idílica, a pesar de tales circunstancias, al regresar a la civilización blanca pierden con el cambio. Porque nuestra civilización, sobretodo la anglosajona (se han rodado muy pocas películas cobre la colonización española) arrogante y pretenciosa lincha a la gente a causa de prejuicios morales absurdos.
Si el arranque de Dos cabalgan juntos es irritante, a partir del minuto veinte alcanza ya los niveles a los que John Ford nos tiene acostumbrados. James Stewart, antipático y materialista, se humaniza y encontrará algo que vale más que el confort material y el enriquecimiento.
Bella película y dura crítica a la sociedad estadounidense, proveniente de este director católico de ascendencia irlandesa.

Salvador Sáinz


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