LA VIDA PRIVADA DE SHERLOCK HOLMES (1970)

La vida privada de Sherlock Holmes que se puede encuadrar en una serie de películas sobre diversos personajes históricos o legendarios como Enrique VIII, Adán y Eva o Helena de Troya fueron llevados al cine tiempo atrás con mayor o menor fortuna. Filmes que pretenden mostrarnos otras facetas sobe el personaje al que se le dedica la película.
En la presente conocemos una cara del detective de Baker Street desconocida. Su vida sentimental. El famoso detective en sus múltiples aventuras jamás aparece con una dama, salvo las aberrantes tonterías rodadas últimamente por Guy Ritchie que ya nada tienen que ver con los personajes creados por Arthur Conan Doyle salvo el nombre. Billy Wilder, tan caustico como siempre, nos muestra una historia de amor más platónica que pasional con una señora alemana que aparece bajo las facciones agraciadas de Geneviéve Page (la dueña del meublé de Bella de día, la doña Urraca de El Cid). Una historia desafortunada que le llega a cegar suponiendo un fracaso que el bueno de Watson silencia piadosamente.
Aparte de esta salvedad, la película tiene todos los ingredientes de las clásicas películas de Sherlock Holmes, incluso alguna que otra parodia como la del agente de policía que haciendo la ronda mira hacia la cámara con horro, se esconde, y resulta que viene un carro de limpieza del ayuntamiento echando agua sobre el empedrado.
Billy Wilder nos habla de algunas de las manías del personaje como tocar el violín, desafinando claro, o su adicción a la droga. Se supone que sus aventuras, escritas por su amigo Watson son algo exageradas.
Se trata también de las habladurías acerca de la misoginia del personaje que nunca se le ve con compañía femenina y que vive con otra hombre durante muchos años tratándose de usted mutuamente, lo que a muchos les habrá dado que pensar de que son gays. Equívoco que Sherlock utiliza para deshacerse de un esperpento que desea procrear hijos con su concurso.
La película cuenta además con alicientes extra como la aparición del gran Christopher Lee como Mycroft Holmes, hermano mayor del detective, y de Stanley Holloway como sepulturero.
Parte de la acción transcurre en Escocia, en el lago Ness, en donde se crea toda una trama misteriosa que cuenta con un final lógico. Las relaciones de Holmes, la dama y Watson en tierra extraña, fingiendo personalidades falsas para poder investigar sin levantar sospechas, son un buen toque de comedia al estilo wilderiano. Holmes se muestra algo déspota con Watson al que hace pasar por su mayordomo. El misterio está muy logrado y su resolución es sorprendente, todo un giro del argumento al más puro estilo Conan doyle en donde las cosas no son lo que parecen.
Una excelente y personal visión del gran detective y, por supuesto, viviniendo de Billy Wilder, una gran película.

Salvador Sáinz