TRAIDOR EN EL INFIERNO (1953)

BILLY WILDER


Traidor en el infierno. Título originaL Stalag 17. Año: 1953. Duración: 120 min. País: Estados Unidos. Director: Billy Wilder.. Reparto: William Holden, Don Taylor, Otto Preminger, Robert Strauss, Harvey Lembeck, Richard Erdman, Peter Graves, Neville Brand, Sig Ruman, Michael Moore, Peter Baldwin, Robinson Stone, Robert Shawley, William Pierson. Guión: Billy Wilder & Edwin Blum (Teatro: Donald Bevan & Edmund Trzcinski). Música: HFranz Waxman. Fotografía: Ernest Laszlo (B&W). Productora: Paramount Pictures. Género: Drama | II Guerra Mundial. Drama carcelario.
PREMIOS: 1953: Oscar: Mejor actor (William Holden).

En un tono muy irónico comienza este afortunado film en un campo de prisioneros alemán. Estamos naturalmente en la Segunda Guerra Mundial. Aunque su realizador Billy Wilder tuviera que escapar de los nazis por su origen judío, no vemos ningún atisbo de rencor en sus imágenes. El carcelero no es otro que Sig Ruman (11 de octubre, 1884 – 14 de febrero, 1967), un actor judío que también tuvo que huir de Alemania por los mismos motivos, especializándose en papeles de villano cómico en películas de los hermanos Marx, Ernst Lubitsch y del propio Wilder.
Nos encontramos pues a un carcelero simpático, agradable, a quien todos los presos gastan bromas. Wilder pretende rompe con el maniqueísmo propio del cine estadounidense sobre estos temas en los que se presentaba a los alemanes como si fueran todos unos desalmados.
Pero, ojo, la ironía del cineasta nacido en el Imperio Astrohúngaro, enseguida hace su aparición. Unos soldados americanos algo gamberretes se pasan el día con sus juergas. La imagen del tópico campo de internamiento se hace añicos. Eso no quiere decir que el “enemigo” sea amenazador, un enemigo que cumple con sus obligaciones a rajatabla pero están muy lejos de los villanos de mirada torva tan caros al cine hollywoodense.
En las primeras secuencias William Holden, al igual que El crepúsculo de los dioses, nos habla en primera persona para introducirnos en la acción. Stalag 17, título inglés, hace referencia a su barracón en la que Holden, convertido en un caradura trapisondista, sólo piensa en vivir lo mejor posible.
Pero en Stalag 17, el barracón 17, hay un traidor que informa al enemigo de todas sus acciones. La película entonces se decanta en los senderos de la intriga de una forma eficaz.
Lo mejor es siempre el toque Wilder, esa galería de cínicos vividores que elige como protagonistas de sus películas. Espléndido William Holden en su papel, alejado de los galanes engominados que eran su papel habitual en aquel tiempo.
Billy Wilder cuenta las interioridades del barracón en tono de comedia con apuntes de suspenso. La vida cotidiana de unos personajes que no son héroes ni pretenden serlo. Son personajes corrientes, anónimos, que nunca pasan a la gloria al igual que sus enemigos o adversarios alemanes que son tan desgraciados como ellos.
Excelente película del no menos excelente director Billy Wilder.

Salvador Sáinz


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