EL GRAN CARNAVAL (1951)

El gran carnaval es uno de los mejores films de Billy Wilder, una crónica descarnada de unos individuos carentes de escrúpulos, esa prensa amarilla obsesionada con los grandes titulares llegando a deformar la noticia según su conveniencia.
Aparte de la comedia, Wilder era muy ducho en el género del cine negro. Ese periodista carente de escrúpulos y de sentimientos, que encarna de forma magistral Kirk Douglas, es un ser deleznable no muy lejano.
En cierto modo nos recuerda cierta prensa actual, ahora pasada a la televisión, que gana fortunas con programas alienantes y estúpidos buscando el ruín sensacionalismo.
Ese circo malsano en que se convierte el drama de un ser humano, un pobre hombre que queda atrapado en una cueva siendo traicionado por su esposa que le quiere abandonar por aburrimiento.
Wilder contó con numerosos extras, generalmente sólo se utilizaba tanta figuración en películas de tema bélico pero hasta entonces nunca en una película de género negro que es más intimista. Pero por razones argumentales era necesario utilizarles en las  secuencias de la feria que se montan a los pies de una montaña que para los indios es sagrada pero que para los implicados es un trampolín para la gloria. Para obtener mejores contratos, para aspirar a cargos públicos, como ese ruin y mezquino sheriff encarnado por Ray Teal (tiempo después se hizo popular por un sheriff más amable en la serie televisiva Bonanza).
Woody Allen ha declarado que El gran carnaval es o fue su película favorita, Alex de la Iglesia con La chispa de la vida utiliza un argumento muy similar.
Hay mucho cine en sus imágenes y en toda la filmografía del gran Wilder.  

Salvador Sáinz