TORMENTO (1974)


Pedro Olea


TORMENTO. Título en VO: Tormento País: España Año: 1974. Duración: 88 min. Director: Pedro Olea Intérpretes: Ana Belén, Concha Velasco, Francisco Rabal, Ismael Merlo, Javier Escrivá, Rafael Alonso, Maria Luisa Sanjosé, Amalia de la Torre, Clasificación: Mayores 13 años Color o en B/N: Color Guión: Angel Mª de Lera, José Frade, Pedro Olea, Ricardo López Aranda Argumento: Novela de Benito Pérez Galdós. Fotografía: Fernando Arribas. Música: Carmelo Bernaola. Género: Drama | Siglo XIX.
Premios 1974: Festival de San Sebastián: Mejor film de habla hispana

El Madrid castizo de la Corte de rompe y rasga, los últimos coletazos de la España imperial están retratados en este precioso film de Pedro Olea inspirado en una novela del gran Benito Pérez Galdós.
Dos hermanas jóvenes y bellas (María Luisa Sanjosé y Ana Belén) que viven en la más radical de las miserias viven manipuladas por la falsa caridad de la burguesía “biempensante”. Aunque lo de “biempensante” es un decir porque las mayores maldades pasan por sus empequeñecidas mentes ancladas en el pasado. Concha Velasco borda su papel, para mí raya a mayor altura que en Pim, Pam, Pum… ¡Fuego! del propio Olea, de  mujer burguesa venida a menos que vive obsesionada por el cotilleo y por entrometerse en vidas ajenas. Vive una vida miserable, no de miseria económica, sino intelectual.
En Tormento pululan varios personajes que viven encerrados en su tela de araña, como ese atormentado sacerdote interpretado por Javier Escrivá. Una sociedad basada en los prejuicios que asfixia a las desafortunadas personas que viven en ella.
Está el personaje del indiano, Francisco Rabal, hombre que de niño fue a triunfar en las Américas regresando soltero y rico a su España natal. Personaje que me ha rememorado las historias de otros indianos que hacían fortuna al otro lado del Atlántico y que regresaban para buscar pareja en la tierra que les vio nacer, siendo maridos ya maduros pero muy codiciados por las jovencitas de su entorno.
Primer jalón de la trilogía madrileña de Pedro Olea, tras haber dirigido sus mejores obras como El bosque del lobo y La casa sin fronteras, para mí es de largo la mejor de las tres. Tras Pim, Pam, Pum… ¡Fuego! dirigió La Corea, actualmente invisible, que empieza precisamente donde acaba Tormento, con la secuencia de la estación en la que el indiano parte de viaje con su jovencita pareja que no es otra que la protagonista de nuestra historia.
La reacción de Concha Velasco es antológica, uno de los mejores momentos del cine español. Indignada farfulla la palabra “¡puta!” dirigida a la afortunada joven cuya suerte deseaba arruinar. La censura cambió esta palabra, considerada vulgar, por “Bruta” que es mucho más discreta. Sin embargo Olea la ha recuperado en su edición en DVD lamentablemente descatalogada.

Salvador Sáinz


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