CONTRA EL TIEMPO (2012)

Contra el tiempo es evidentemente un documental realizado a través de entrevistas a varios actores que en otro tiempo fueron habituales en nuestras pantallas, y que desaparecieron por diversas circunstancias. Actualmente viven retirados o semiretirados, algunos se han resignado a su suerte, otros añoran su pasado pero los hay que ni quieren oír hablar de los viejos tiempos. El cine es muy ingrato, sobretodo el cine español que es muy traicionero.
Los profesionales que José Manuel Serrano Cueto entrevista son demasiado amables o tal vez diplomáticos. El cine español es demasiado endogámico y por desgracia ha estado sometido como una veleta a los vientos que soplaban desde el gobierno del estado.
Ricardo Palacios cuando habla de sus experiencias pasadas no es demasiado explícito, por ejemplo cuando habla de ayudas económicas (es decir subvenciones) que había al cine en los ochenta  parece que sufra de falsa amnesia. Hay aspectos de nuestra paupérrima industria que parece no querer tocar.
El documental a base de primeros planos parece una reunión de amigos hablando de sus viejos tiempos. En realidad el cine español de aquella época no tenía nada que ver con el gélido que tenemos ahora. La palabra “amigos” no es casual que la haya puesto porque quien haya vivido aquella época recuerda la reacción del público cada vez que uno de nuestros actores aparecía en pantalla.
En aquel tiempo el cine español era muy familiar, es decir los actores se convertían en seres entrañables, muy queridos por el público y cada vez que aparecían en pantalla se producían exclamaciones porque consideraban a nuestro elenco como si fuesen amigos o familiares suyos, saludando sus apariciones como si vieran a uno de sus seres queridos.
Eso se ha perdido por muchas razones, los problemas del cine español son muy complejos. En los años ochenta con la Ley Miró muchos rostros se esfumaron de la pantalla. A veces por cuestiones de edad. Los principales papeles de las películas suelen ser interpretados por jóvenes y los actores maduros son relegados u olvidados. Otras veces por la endogamia del cine español. Los políticos al controlar la industria mediante las subvenciones aprovechan para colocar a su gente deshaciéndose de quien es ajeno a su círculo de amistades.
Si el cine español actual es muy frío, el de los sesenta era cálido. Ese calor lo transmiten los actores invitados por Serrano Cueto. No eran los más populares quizá, pero eran muy entrañables. El documental transmite esa sensación de familiaridad de aquel cine ya desaparecido.

Salvador Sáinz