¿Y AHORA ADÓNDE VAMOS? (2011)


¿Y AHORA ADÓNDE VAMOS? Título original: Et maintenant, on va où? Año: 2011.Países: Francia, Líbano, Italia y Egipto. Dirección: Nadine Labaki. Interpretación: Claude Bazz Mossawbaa (Takla), Layla Hakim (Afaf), Nadine Labaki (Amale), Yvonne Maalouf (Yvonne), Antoinette Noufaily (Saydeh), Julien Farhat (Rabih), Ali Haidar (Roukoz), Kevin Abboud (Nasim). Guion: Nadine Labaki y Jihad Hojeily. Producción: Anne-Dominique Toussaint. Música: Khaled Mouzanar. Fotografía: Christophe Offenstein. Montaje: Véronique Lange. Dirección artística: Cynthia Zahar. Vestuario: Caroline Labaki. Distribuidora: Alta Classics. Estreno en Francia: 14 Septiembre 2011. Estreno en España: 13 Enero. Duración: 110 min. Género: Comedia dramática.

Nadine Labaki nació en Baabdat, Líbano, el 18 de febrero de 1974, es una actriz y directora libanesa. En 2007, Labaki co-escribió, dirigió y protagonizó su debut cinematográfico, Caramel que fue distribuido en más de 40 países, convirtiéndose en la película libanesa más aclamada internacionalmente hasta la fecha. Además de dirigir la película, ella actuó en uno de los papeles principales. La película fue recibida con grandes elogios en el Líbano y en todo Oriente Medio. Caramel cuya producción tuvo un costo de $ 1.6 millones, recaudó más de $ 13 millones de dólares. ¿Y ahora adónde vamos? es su segundo largometraje que no ha obtenido la repercusión de su anterior trabajo, eso no resta ni un ápice todo su interés.
Toda la trama gira alrededor de las guerras de religión en el Líbano en donde por creer en Mahoma o Jesucristo miles de personas, generalmente hombres, se exterminan mutuamente. La película comienza con un cortejo fúnebre, un grupo de mujeres vestidas de negro acuden al cementerio de una pequeña aldea. Unas son musulmanas, otras cristianas pero todas tienen en común que tienen sus hombres enterrados en el mismo lugar, a un lado los pertenecientes a una religión y en el otro los contrarios. La guerra de religiones es destructiva porque todos se creen que poseen la verdad y que tienen el derecho de imponérsela a los demás. La intolerancia es mutua, atroz e indigna.
En la pequeña aldea de la película, miserable y desértica, cualquier incidente se exagera. Se ven conspiraciones donde no las hay, parece que cualquier excusa es válida para dar rienda suelta al odio.
El argumento da para una película desgarrada, melodramática y demagógica pero Labaki prefiere utilizar la ironía, el sinsentido de la situación. Las mujeres cristianas y musulmanas se confabulan para que los hombres que les quedan no perezcan en luchas fratricidas porque sus vecinos piensan diferente, oran de diferente manera y tienen distintas creencias. La realizadora libanesa incluso incluyo números musicales graciosos en medio de la trama para lograr una narración más distendida lo que provoca desconcierto en algunos espectadores.
En Líbano se ruedan muy pocas películas pero las pocas que se atreven a producir, a veces en condiciones heroicas, producen polémica y no pasan desapercibidas.
Se le puede real. reprochar un cierto hembrismo, porque ni el pacifismo es cosa de mujeres ni el belicismo exclusivamente de hombres. No es una cuestión de genitales adoptar una u otra postura. Por otra parte la película no presenta otras alternativas, no hay ateos en estas aldeas por ejemplo. Recuerda La fuente de las mujeres, rodada en el mismo año en un ambiente muy similar.  Una aldea desértica, una forma de vida casi feudal y gente que parece haberse escapado del túnel del tiempo. Sin embargo esta realidad es cruda, es muy dura, es incluso esperpéntica, pero es asimismo real.
Si en la película de Radu Mihaileanu las mujeres organizan una huelga de sexo o de amor para obtener agua corriente en su aldea, en la de Nadine Labaki las féminas se confabulan para sabotear todo aquello que produce enemistad en los hombres. Los fines son nobles, un fin al sinsentido de la guerra y a sus terribles consecuencias.

 

Salvador Sáinz