COMBUSTIÓN (2013)


COMBUSTIÓN. Año: 2013. País: España. Dirección: Daniel Calparsoro. Reparto: Álex González (Mikel), Adriana Ugarte (Ari), Alberto Ammann (Navas), Luis Zahera, Marta Nieto, María Castro, Juan Pablo Schuck, Christian Mulas. Guion: Carlos Montero, Jaime Vaca y Daniel Calparsoro. Producción: Mercedes Gamero y Francisco Ramos. Música: Carlos Jean. Fotografía: Daniel Aranyó. Montaje: Antonio Frutos y David Pinillos. Dirección artística: Antón Laguna. Vestuario: Loles García. Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España. Estreno en España: 26 Abril 2013. Género: Acción, thriller.

El principal problema que tienen las películas españolas en la actualidad es que ya están reventadas antes de que sus autores las conciban como proyectos. Da la impresión de que nuestro público, frustrado por  diversos motivos y por la mala calidad del país en que vivimos ha decidido cebarse en el mundo del cine al que cuestionan por todo y al que tratan con excesiva dureza. Muchos errores se han cometido, la Ley Miró que ha sido letal para nuestra cinematografía, pero también la ley de la inercia. Algunos santones de los medios acostumbran a cargar contra nuestra industria audiovisual porque les debe estorbar y lo fácil es buscarse a un chivo expiatorio al que culpabilizar de todos los males habidos y por haber.
Incluso se ha afirmado en algún foro, respecto a Combustión, que quienes defendemos esta película cobramos cheques de las productoras lo cual es rotundamente falso. Sin embargo, cuando este hecho se produce, al estrenarse una película de las multinacionales nadie dice nada y todos se callan oportunamente.
Combustión no es ninguna gran película, prefiero Invasor que estreno Daniel Calparsoro el año pasado, pero de ningún modo es el bodrio que algunos han apuntado. La película está rodada con corrección y profesionalidad, pero es demasiado académica, demasiado clásica  y tal vez demasiado fría para apasionarnos.
Es decir que en una escala que algunos bipolarizan como si las películas sólo fueran obras maestras o bodrios impresentables, lo cual es falso, porque hay en medio una escala con centenares de peldaños, no hay sitio para las medianías o las películas simplemente correctas como la presente.
Es una cinta que no despierta pasión pero tampoco odio a menos de que ese odio sea preconcebido por motivaciones extracinematográficas. En una época en que los subproductos más estúpidos y los bodrios más impresentables son mitificados por frikismo, la producción nacional actual es tratada a degüello como si todos nuestros profesionales fuésemos unos incompetentes. Eso es injusto pero cierto.
Combustión trata de carreras de coches clandestinas, delincuencia, amoríos con una tórrida secuencia entre los protagonistas y unas minifaldas que luce la protagonista para exhibir sus piernas constantemente. Se busca lo fácil porque lo fácil es lo comercial, lo que exige el mercado.
El cine español no es tan casposo como el de décadas anteriores, su factura está cada vez más a la altura de la media internacional pero le falta la fuerza necesaria para crear entusiasmo. Claro está que la mayoría de las películas que se estrenan son impersonales y poco atractivas.
Así tenemos de nuevo un thriller, un terreno en el que Calparsoro se mueve con total comodidad. Todo es correcto pero le falta fuerza. Es decir, soltarse un poco la melena. Arriesgar más. Combustión es demasiado obsoleta. Una película que se ve y se olvida porque no ha dejado huella. Principal problema éste del cine actual, sobre todo aquel que dice llamarse comercial.

Salvador Sáinz