AVE, CÉSAR (2016)

Ave, César es una nueva vuelta de tuerca al manido tema del cine dentro del cine. Desde los tiempos de Cinemanía con Harold Lloyd y Free and Easy con Buster Keaton, son millares las películas en las que se cuentan las interioridades de la producción cinematográfica.
Los hermanos Joel y Ethan Coen no iban a ser menos, Hollywood no podía escapar de su corrosivo sentido del humor aunque en el presente ejercicio se les ha ido mucho la olla.
Joel David Coen (29 de noviembre de 1954) e Ethan Jesse Coen (21 de septiembre de 1957), conocidos profesionalmente como los hermanos Coen, son unos cineastas estadounidenses. Ganadores del premio Óscar en cuatro ocasiones, y autores de comedias (Raising Arizona, El gran salto, O Brother, Where Art Thou?, Burn After Reading), de películas de cine negro (Miller's Crossing, The Man Who Wasn't There, Blood Simple, No Country for Old Men) y también de películas en las que mezclan ambos géneros (Fargo, El gran Lebowski, Barton Fink).
En Ave, César se ríen de los clichés del cine industrial, es decir el cine de las grandes productoras con todos sus tópicos. El irreverente diálogo de los religiosos invitados al rodaje del filme bíblico, que recuerda La túnica sagrada por su enfoque, es ya una provocación. El esforzado número de baile de Channing Tatum es lo mejor pero hay fragmentos carentes de gracia y que no sabemos qué pintan en la trama central.
Ese cowboy metido a actor dramático, incapaz de recitar una línea de diálogo, la escena de la edición dan muestra de desorientación. La parte de los comunistas es infantil y desabrida. No han estado muy atinados los Coen en esta ocasión. Lástima.

Salvador Sáinz