BLACKTHORN, SIN DESTINO (2011)

El cine español, en coproducción con Italia, allá por los sesenta se dedicó a rodar centenares de westerns que en su día cayeron en el ridículo más absoluto. Salvo algunas excepciones como los firmados por gentes como Sergio Leone, Sergio Sollima y Sergio Corbucci (los tres Sergios) que supieron crear una obra más original y más sólida -pese a la mitificación de Leone, mi preferido es Corbucci- el grueso de esta producción de subproductos resulta infame.
Se trataba de una peligrosa tendencia del cine español que para llenar salas trataron de imitar a los éxitos de Hollywood asesinando al western en este caso y al cine de terror en otro.
Tras las modas dichos géneros no fueron lo mismo pereciendo en el olvido. La película que nos ocupa busca al menos un punto original y se rodó fuera de las modas por lo que se merece nuestro interés.


Blackthorn (Sin destino). Dirección: Mateo Gil. Países: España, Francia y Bolivia. Año: 2011. Duración: 98 min. Género: Western. Interpretación: Sam Shepard (James Blackthorn), Eduardo Noriega (Eduardo Apocada), Stephen Rea (Mackinley), Magaly Solier (Yana), Nikolaj Coster-Waldau (James de joven), Padraic Delaney (Sundance), Dominique McElligott (Etta). Guion: Miguel Barros. Producción: Andrés Santana, Ibon Cormenzana, Jerôme Vidal y Paolo Agazzi. Música: Lucio Godoy. Fotografía: J.A. Ruiz Anchía. Montaje: David Gallart. Dirección artística: Juan Pedro de Gaspar. Vestuario: Clara Bilbao. Distribuidora: Alta Classics. Estreno en España: 1 Julio 2011. No recomendada para menores de 12 años.

El trío de bandidos Butch Cassidy, Sundance Kid y Etta Place se hicieron famosos por una película de George Roy Hill, Dos hombres y un destino, que en su día dio mucho que hablar. Se rodaron otros títulos menores con los mismos protagonistas, siendo Etta Place el más desaprovechado porque en el mencionado título se daba una visión edulcorada de la misma cuando de los tres fue la única que, tras engendrar un hijo de uno de sus compañeros, fue esposa de Sundance y amante de Butch, sobrevivió falleciendo a los 81 años de edad en su cama sin que la Agencia Pickerton supiera localizarla para llevarla a prisión por sus delitos.
Mateo Gil se hace la hipótesis de que Butch sobrevivió al tiroteo de Bolivia con que acabó la película citada y en la más pura tradición del Hollywood moderno nos muestra al pistolero ya en su tercera edad.
Blackthorn es considerado un western crepuscular donde se han cambiado los paisajes habituales para trasladarlo a tierras bolivianas. La altiplanicie es un decorado insólito pero de gran fuerza visual, un gran paisaje en donde dos pistoleros, uno mayor y otro joven, que además es español, huyen perseguidos por una cuadrilla de indios bolivianos (o cholos, como les llaman por estas tierras).
El argumento da un giro inesperado, algo muy habitual también en el nuevo Hollywood, que Mateo Gil usa como referencia. Si argumentalmente la película no es excesivamente original, sí lo es visuualmente. si se tiene en cuenta de que el cine es imagen sale triunfante del experimento aunque la taquilla le haya dado la espalda.
En otro tiempo los westerns europeos arrasaban, pero claro está eran los tiempos de los tres Sergios (Leone, Corbucci, Sollima) que eran todos unos maestros, y su cine tenía mucha más fuerza estilística. Precisamente es lo que le falta a este título que es demasiado frío para interesar al gran público, le falta fuerza y coraje.
No estamos ante una obra mediocre, pero tampoco ante una cinta redonda. A Mateo Gil le falta poner corazón para convertirse en un excelente director.

Salvador Sáinz