UNA PISTOLA, UNA MUJER Y UNA TIENDA DE FIDEOS CHINOS (2009)

ZHANG YIMOU


Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos. Título original: San qiang pai an jing qi. Dirección: Zhang Yimou. País: China. Año: 2009. Duración: 90 min. Género: Drama. Interpretación: Sun Honglei (Zhang), Xiao Shenyang (Li), Yan Ni (esposa de Wang), Ni Dahong (Wang), Cheng Ye (Zhao), Mao Mao (Chen). Guion: Xu Zhengchao y Shi Jianquan; basado en la película “Sangre fácil”, de Joel y Ethan Coen. Producción: Zhan Weiping, Bill Kong, Zhang Zhenyan y Gu Hao. Música: Zhao Lin. Fotografía: Zhao Xiaoding. Montaje: Meng Peicong. Dirección artística: Xie Ze. Distribuidora: Golem. Estreno en China: 11 Diciembre 2009. Estreno en España: 20 Mayo 2011. No recomendada para menores de 12 años.

Hay cineastas que tienen un estilo propio bien definido, son creadores natos y adolecen de un universo propio. No tienen porqué recurrir a pastiches como la presente película basada en Sangre fácilde los hermanos Coen con una estética inspirada en el western spaghetti de Sergio Leone.
El director de Vivir nos ha malacostumbrado a sus grandes obras maestras que cuando baja el listón nos decepciona. Esta y Mantén la calma, son lo peor de su producción si nos ceñimos a las películas que he visto y las he visionado casi todas salvo alguna excepción.  Su sentido del humor deja mucho que desear, tal vez en esta cultura todavía no nos han ofrecido un cine que se caracterice por su dominio de la comedia pero todo es cuestión de proponérselo en vez de las tragedias de siempre.
Una pistola, una mujer y una tienda de fideos chinos es grotesca, desaforada, con unos personajes caricaturescos vestidos con colorines chillones y estridentes. Parece que Yimou busca tantear nuevos terrenos para diversificar su producción pero está visto que hasta el momento la comedia no es lo suyo.
Su resultado es notable pero no genial, ha bajado mucho el listón. Desde que su musa le abandonó o él abandonó a Gong Li, cuya presencia siempre echamos de menos, parece un cineasta perdido que va en busca de encontrar la senda correcta.
La película que nos ocupa tiene precisamente ese defecto, su falta de seguridad, su falta de determinación. Da la impresión de que se mueve en un terreno pantanoso en el que puede hundirse en cualquier momento, que no sabe por dónde va.
Su estética produce más irritación que fascinación, teniendo en cuenta de que era su marca de fábrica y su baza más segura a lo largo de toda su extensa carrera.
En fin una decepción momentánea, afortunadamente Las flores de la guerra recupera en parte su fuerza,   el gran Yimou está desorientado pero aún no se ha perdido del todo.

Salvador Sáinz


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