LOS VENGADORES (2012)

Cuando publiqué mis comentarios sobre Hulk ya hice público que no soy demasiado amigo de ni de los blockbusters creados por las multinacionales ni de las películas basadas en superhéroes. Sin embargo el personaje en cuestión me hacía mucha gracia por lo que la película de Ang Lee me caía simpática. En el caso que nos ocupa ocurre lo mismo. De nuevo disfrutamos de la presencia del amigo Hulk, para mí lo mejor de la película, y se trae a sus colegas de la Marvel ya conocidos en anteriores películas que por lo general no he visto dado mi poco apego al género.
Son películas generalmente bien hechas, bien construidas, pero en el fondo maniobras comerciales realizadas a gran escala. No es que me parezcan mal, es que yo prefiero otro tipo de cine.
No me gusta ese discurso de que necesitamos unos superhéroes que nos solucionen nuestros problemas. Parecemos el pueblo judío de las producciones bíblicas dominados por romanos, egipcios y filisteos en espera de que Iahvé nos envíe un “libertador” del cielo, un mesías o un caudillo que traiga las siete plagas o abra las aguas del mar Rojo para que se ahoguen las tropas del faraón.
Siempre amenazas venidas de otros planetas con ejércitos extravagantes y líderes que desean que todos nos arrodillemos ante él. Para encontrar tipos así no hace falta recurrir a los extraterrestres. Nuestro planeta está superpoblado de esa clase de individuos nefastos.
Pero en fin. Los vengadores es sólo una película para divertirse, pasar un buen rato si no te la tomas en serio.
Hay diferentes clases de películas según los gustos personales de cada espectador. Este caso es de los consumidores de comics, ya en edades maduras que van con sus retoños al cine para enseñarles las diversiones de sus papis cuando fueron adolescentes. A veces uno no sabe bien cierta quien es más infantil, los progenitores o los vástagos. Pero bueno, eso no es nada grave.
Los vengadores da lo que promete, diversión sin complicaciones. Grandes efectos especiales, espectáculo circense de piruetas, saltimbanquis, patadas y cabriolas. Comentarios jocosos en medio de la acción muy al estilo Marvel, cuyos guionistas parecen haber sido reclutados en un psiquiátrico.
Mientras que los superhéroes de su compañía rival D.C. Comics parecen buenos chicos, boy scouts estadounidenses, los de la Marvel son unos completos gamberretes de cuidado. Aquí radica su particular gracia y atractivo. La trama apenas importa, es lo primero en olvidarse.
Como la mayoría de los thrillers, aventuras o demás géneros de diversión, siempre se olvida el motivo de tanta pirueta, porque lo que en realidad interesa es el desarrollo de la trama, las persecuciones, los saltos, los coscorrones y las gracias.
En Los vengadores tenemos a Hulk, el más gracioso de todos, y ya nos podemos dar por satisfechos. Lo demás es diversión por diversión. Una sucesión de piruetas sin cuento. Y si vas al cine a divertirte no saldrás defraudado.

Salvador Sáinz