I KNOW A WOMAN'S HEART (2010)

¿En qué piensan las mujeres? (2000) de Nancy Meyers con Mel Gibson y Helen Hunt es una exitosa comedia sobre un publicista chovinista que, por accidente, puede leer el pensamiento femenino. Once años después se estrena este insólito remake chino.
¿Porqué digo que es insólito? Pues hasta la fecha son los estadounidenses los líderes en copiar películas extranjeras para adaptarlas a su mentalidad o no nos olvidemos la costumbre española en los sesenta y setenta en copiar películas de Hollywood de forma descarada. Es decir, especializarse en el film secuela, una película subsidiaria de otra.
Trasladar un argumento típicamente hollywoodense a la ciudad china de Beijing, antes conocida como Pekin, puede resultar chocante pero dicha película parece querer ir más allá, la de dar una imagen nueva de China.
Durante las últimas décadas el cine chino se ha puesto de moda con los dramas de Zhang Yimou y Chen Kaige ambientados  en zonas rurales, con mirada al pasado maoísta, o esas películas de espadachines que vuelan con cables. Cuando han abordado la época moderna aparecen apartamentos que parecen el camarote de los hermanos Marx con gentes colgadas que al parecer viven en la mayor de la pobreza.
Pues en este título parece que se quiere dar una imagen de China distinta. Los personajes lucen coches deportivos, visten ropa de marca, sus apartamentos son agradables, espaciosos y bonitos.  El protagonista tiene una hija que se parece a Hannah Montana, de la que se despreocupa al principio pero que a medida que avanza la cinta se vuelve un padre controlador que le aleja los moscones que se acercan a ella para tener aventuras esporádicas.
Su gran estrella, Gong Li, aparece radiante y elegante, no como esas rústicas campesinas que le han hecho famosa, y las oficinas son confortables, modernas, incluso utilizan ordenadores de Apple, los más caros del mercado. Las secretarias son guapísimas, llevan minifalda y lucen unas piernas bonitas.  Nuestro protagonista tiene a su servicio dos gemelas que hablan a la vez y realizan los mismos movimientos sincronizados.
El look de la película es refinado, sofisticado. La comedia en sí es divertida. Su desarrollo es más acorde con el cine comercial actual, estadounidense por supuesto, y parece un calco del cine de Hollywood cuya única diferencia radica en los rostros del reparto que son todos orientales.
Su título I know a woman’s heart, Yo conozco el corazón de la mujer,  ya lo dice todo. Estamos ante una comedia feminista en donde el machismo del personaje central es puesto en ridículo. Pero ante todo sus intenciones es un lavado de cara de la China actual, post comunista, aunque el Partido siga omnipresente.

Salvador Sáinz