HYSTERIA (2012)


Hysteria. Dirección: Tanya Wexler. País: Reino Unido. Año: 2011. Duración: 103 min. Género: Comedia romántica. Interpretación: Maggie Gyllenhaal (Charlotte Dalrymple), Hugh Dancy (Mortimer Granville), Rupert Everett (Edmund St. John-Smythe), Jonathan Pryce (Dr. Robert Dalrymple), Felicity Jones (Emily), Gemma Jones (Lady St. John-Smyhte), Sheridan Smith (Molly), Ashley Jensen (Fannie). Guion: Jonah Lisa Dyer y Stephen Dyer; basado en un argumento de Jonah Lisa Dyer, Stephen Dyer y Howard Gensler. Producción: Tracey. Becker, Judy Cairo y Sarah Curtis. Música: Cast Waltzing. Fotografía: Sean Bobbitt. Montaje: Jon Gregory. Diseño de producción: Sophie Becher. Vestuario: Nic Ede. Distribuidora: Vértigo Films. Estreno en Reino Unido: 21 Septiembre 2012. Estreno en España: 15 Junio 2012.

Lo que siempre me ha maravillado del cine inglés es su particular sentido del humor que es legendario. Al contrario de las chabacanerías latinas que a veces producen sonrojo por su vulgaridad, los británicos saben sacar partido de una situación complicada y delicada como esa enfermedad llamada histeria que no es más que un cajón de sastre para damas sexualmente insatisfechas por sus maridos puritanos.
En fin, una consulta de un médico obsesionado por el dinero y que en realidad es una especie de burdel donde se da satisfacción manual a las damas pudientes, como contrapunto nos encontramos con la hija del mismo doctor que intenta abrir un orfanato sin medios, considerado un escándalo en su época por las mentes retorcidas de esa gente que presume de biempensante.
Lo que resulta hilarante de la situación no es lo que hacen sino cómo lo hacen. En un filme de cultura latina, de sangre caliente, ya podría producir nausea. Pero la seriedad con que lo ejecutan los ingleses produce un efecto paradójico y de ahí su particular gracia.
Esos caballeros británicos intentando satisfacer a las pobres damas desconsoladas e insatisfechas producen un efecto de enorme ridículo llegando a inventar el consolador, un lucrativo negocio que en tiempos del franquismo era vendido como un elemento terapéutico contra el stress.
La directora Tanya Wexler no ha rodado ninguna obra maestra, pero sí un filme agradable en la línea de la comedia inglesa de los años cuarenta y cincuenta, cuando la Gran Bretaña producía divertidas comedias de presupuestos modestos pero que llegaban a cualquier parte del mundo. Una comedia que jamás llegaba al astracán, donde todo era contenido. Recordemos Oro en Barras, El quinteto de la muerte y otros más de granadinas recuerdos. Y como ejemplo de mala leche la aparición de la diminuta reina Victoria al que un estirado mayordomo le trae envuelto en celofán un consolador que, al usarlo, produce un cortocircuito en el Palacio de Buckingham. Sencillamente genial.

Salvador Sáinz