THE AMAZING SPIDER-MAN (2012)


THE AMAZING SPIDER-MAN. Título original: The amazing Spider-Man. AKA: Spider-Man 4. Dirección: Marc Webb. País: USA. Año: 2012. Duración: 136 min. Género: Acción, fantástico. Interpretación: Andrew Garfield (Peter Parker / Spider-Man), Emma Stone (Gwen Stacy), Rhys Ifans (Dr. Curt Connors / Lagarto), Martin Sheen (tío Ben), Sally Field (tía May), Denis Leary (capitán Stacy), Campbell Scott (Richard Parker), Chris Zylka (Flash Thompson), Irrfan Khan (Ratha), C. Thomas Howell, Stan Lee,. Guion: James Vanderbilt; basado en los personajes creados por Steve Ditko y Stan Lee. Producción: Avi Arad, Matthew Tolmach y Laura Ziskin. Música: James Horner. Fotografía: John Schwartzman. Diseño de producción: J. Michael Riva. Vestuario: Kym Barrett. Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España. Estreno en USA: 3 Julio 2012. Estreno en España: 6 Julio 2012.

No soy muy amigo de los superhéroes, cuando era niño no eran mis comics (entonces llamados tebeos) favoritos porque prefería el capitán Trueno y el Jabato a la producción estadounidense que yo encontraba algo extraña. El superhéroe tiene unas reminiscencias del Antiguo Testamento, el Mesías, el Libertador, que el pueblo judía siempre está esperando cuando los tiranos de turno (los egipcios, los filisteos o los romanos) les atenazan y les oprimen. Siempre están esperando que alguien baje del cielo para resolver sus problemas lanzando toda clase de plagas como azufre caído de los cielos, ensangrentar el río Nilo, separar las aguas del Mar Rojo y hacer caer el maná del cielo.
Superman, el primero de ellos en aparecer, Jerry Siegel y Joe Shuster eran de religión judía. Con su famoso personaje recicló las antiguas historias bíblicas trasplantándolas a un universo actual. Pero mientras los superhéroes de la DC Comics, nacidos como secuelas de Superman, siempre se nos han presentado con el aspecto de unos boy scouts, en cambio los de su rival Marvel, creador por Stan Lee, siempre han aparecido como unos auténticos gamberros desordenados y anarquizantes. El universo DC Comics siempre me ha parecido hipócrita, les arrebataron a los mencionados Jerry Siegel y Joe Shuster su personaje, les despidieron de la empresa, y para ganarse la vida trabajaron de carteros. Como tenían que entregar la correspondencia a la empresa que les había despedido, ésta presionó al Servicio de Correos estadounidense para que les trasladaran a otra zona porque daba mala imagen que los creadores de Superman tuvieran que entregar las cartas a la empresa que les había pirateado el personaje. Una empresa que en sus comics defendía unos valores que en la vida real pisoteaban.
Los comics de Marvel parece que han sido gestados en un auténtico manicomio. Todo es exagerado y desmedido.
Los personajes siempre tienen su lado oscuro, sus contradicciones. Tras su paso por la televisión, Spiderman, el trepamuros, llegó al cine con la famosa trilogía de Sam Raimi. Las películas no están mal si os agradan esos temas. A muchos esa cultura estadounidense nos deja fríos. Pero eso ya es tra historia.
La película de Marc Webb es un reinicio de la saga empezando desde cero. Últimamente se ha puesto de moda el reinicio de viejas sagas como Superman o Lara Croft, no lo voy a criticar porque es algo que no me parece ni bien ni mal. Tiene su lógica. El desarrollo de los personajes se ha complicado tanto que es difícil encontrarles una coherencia narrativa.
La película está bien llevada. Conocemos los orígenes de Peter Parker, el chico que se convierte a pesar suyo en Spiderman. Un superhéroe que tiene su toque de ironía. Como película ha sido un gran éxito porque es simple y está bien narrada. Los efectos especiales son excelentes, no nos abruman demasiado como en las películas de Sam Raimi que provocan el aturdimiento del público, Aquí la dosificación es más inteligente. Los efectos especiales, siempre tan subvalorados, deben de estar en función de la película y no al revés como ocurre en la mayoría de las producciones norteamericanas. Nos reencontramos viejas glorias en el reparto: Sally Field, la antigua monja voladora; Martin Sheen, protagonista de numerosas series. ¡Ah! Y el clásico cameo de Stan Lee que suele ser muy divertido, como de costumbre. La parejita  Andrew Garfield y Emma Stone es muy simpática y muy mona, como era de esperar.

Salvador Sáinz