PROMETHEUS (2012)

Alien, el octavo pasajero es hoy un clásico indiscutible del cine de ciencia ficción. Fue una película innovadora en muchos aspectos, sobretodo al mostrar por vez primera a una mujer luchadora capaz de derrotar al monstruo de origen desconocido. Antes había personajillos como Barbarella que en la actualidad resultan grotescos, la realización de Roger Vadim era muy endeble, pero en el caso que nos ocupa era todo lo contrario. Ridley Scott se reveló como un director solvente, de gran dominio técnico y profundamente creativo. Ripley (Sigourney Weaver) era un modelo a seguir y Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) es su más directa seguidora, a pesar de que estamos hablando de la precuela del film citado en la primera línea.
Ridley Scott intenta volver a sus orígenes en la ciencia ficción, creando una cinta de atmósfera opresiva. Una película repleta de enigmas en el que se pasea el fantasma de Stanley Kubrick y su célebre 2001 Una odisea del espacio.
No más empezar la película nos encontramos con David (Michael Fassbender) un androide cuidando la nave, haciendo ejercicio o viendo películas clásicas en una pantalla grandiosa. Se dedica a hacer ejercicio, como ocurría en la citada cinta de Kubrick, mientras un equipo de astronautas está hibernando.
Otra vez la visión matriarcal cara a Scott. La jefa es una mujer, la siempre excelente Charlize Theron, pero el protagonismo se lo lleva una actriz mucho menos conocida, Noomi Rapace, cuya carrera despegará a partir de este título crucial en su filmografía.
La película empieza a plantear una serie de enigmas que no resuelve. Se descubre al arranque de la película una cueva prehistórica con arte rupestre e indicios de una remota visita extraterrestre, los ingenieros, la civilización que nos “fabricó” y nos colocó en este planeta sin saber porqué ni para qué. Una civilización que nunca más ha dado señales de vida y que aparece en un remoto planeta que tampoco es el suyo. En cierto modo recuerda El centinela, un relato de Arthur C. Clarke que leí hace décadas, inspirador de la famosa película de Kubrick.
A Prometheus se le ha reprochado el poco calado de sus personajes, ese es el motivo de que la secuela en preproducción, con los personajes supervivientes de la presente entrega, los guionistas hayan sido sustituidos. El más interesante es sin duda el de Elizabeth (Rapace) que vive aferrada a unas ideas religiosas que sus propios descubrimientos científicos niegan su veracidad. Si el hombre fue creado por los ingenieros ¿quién creó a los ingenieros? Se pregunta en una frase de la cinta.
El valor de la joven científica es en cierto modo muy exagerado, lo demuestra en la secuencia en que descubre que está embarazada, de forma “milagrosa” llevando un alien en su interior y la cesárea que ella misma se practica para eliminarlo. Una secuencia terrorífica e impactante que no dejará indiferente a nadie.
Como película es todo un cúmulo de aciertos y es candidata firme a convertirse en un clásico del género como ya lo son Alien, el octavo pasajero y Blade Runner. Hay mucho de que hablar porque es una película que admite varias lecturas y varios visionados. En definitiva una buena película y un perfecto espectáculo.

Salvador Sáinz