SALVAJES (2012)

En sus tiempos el director Luis Buñuel hablaba de que había dos clases de cine, el artístico y el comercial. Hollywood desde luego apuesta por el segundo, pero si en otros tiempos el cine de género producía títulos que se han convertido en patrimonio de la humanidad, en los últimos años da la impresión que se pretende rodar un cine obsoleto de consumo rápido. Las ves, te distraes y las olvidas.
No ocurre con todo el cine comercial, todavía se ruedan obras maestras y buenas películas, pero cada semana a menudo me encuentro con ese tipo de cine concebido más como negocio que como objeto artístico. No te aburres, no lo pasas mal, pero te dejan frío.
Dentro de un par de semanas alguien me preguntará de qué va Salvajes y yo no sabré que responder. Puede que dentro de un mes incluso olvide que la haya visto. Si yo padeciera Alzheimer me pasaría con todas las películas pero eso no ocurre, las mejores permanecen en mi memoria, sólo se borran las mediocres.
En otros tiempos Stone rodó películas interesantes desde La reina del Mal (1974) con Martine Beswick, pasando por Platoon, Salvador, JFK: caso abierto (JFK) e incluso Alejandro Magno de gran controversia. Eran cintas con alma, con ingenio, con entusiasmo. Salvajes es algo fría.
Lo más destacable es el hecho de que los protagonistas son un trío descafeinado. No son como los mozalbetes de El sexo de los ángeles o Castillos de cartón, mucho mejor enrolladlos, sino un terceto Made in USA que evitan escandalizar a los fácilmente escandalizables espectadores del país del dólar que se creen que el resto del mundo en tan puritano como ellos.
Es curioso el título. Los narcotraficantes les llaman “salvajes” al triángulo porque se acuestan los tres juntos (en realidad no lo hacen) y en cambio, tan “civilizados” personajes se pasan la película cometiendo toda clase de asesinatos. Y los chiquitos no son tan inocentes, plantan marihuana y la venden. La droga es dañina para quien la consume, es destructiva y nada progre.
No es mala película ni mucho menos. No te aburre, te distrae pero no te entusiasma. Lo que más me ha gustado de la película es la menudita Salma Hayek como “la Reina” del cartel de droga mexicano. Una señora de amas tomar que trata a tortazo limpio a sus subordinados, unos matones irredentos que viven siempre cabizbajos ante su irascible patrona.

Salvador Sáinz