PAINTED SKIN 2: THE RESURRECTION (2012)


PAINTED SKIN 2: THE RESURRECTION. Título original: Painted Skin: The Resurrection 3D (Piel pintada: Resurrección). Año 2012. País: República Popular de China. Director: Wuershan. Reparto: Zhao Wei (Princesa Jing), Chen Kun (Huo Xin), Zhou Xun (Xiaowei), Yang Mi (Que'er), Feng Shaofeng (Pang Lang), Fei Xiang (Brujo de Tianlang), Chen Tingjia (Reina de Tianlang), Morgan Benoit (Esclavo Lobo de Tianlang). Guión: Ran Ping, Ran Jia’nan. Música: Shi-Tian Shen-Fang. Fotografía: Yue-Tai Huang. Ningxia Film Studio, Dinglongda (Beijing) International Culture Media Co., Ltd., Huayi Brothers, Qi Lin Ying Ye. Duración: 135 minutos. Fantástico. Acción. Intriga, Brujería. Secuela

Painted Skin (2008) fue un éxito importante en el cine asiático que, por cierto, no llego a Occidente tan colonizado por las multinacionales de Hollywood. Film de fantasmas y diablesas dirigido por Gordon Chan y protagonizado por la actriz Zhao Wei (Acantilado rojo, Hua Mulan). Cuatro años después se estrena esta secuela en la que la mentada actriz repite protagonismo aunque sea en un papel diferente. Al no haber visto la película original no voy a opinar sobre la misma, pero sí de la presente que transcurre tiempo después con una trama distinta.
Painted Skin: The Resurrection (2012) es una película de factura modesta pero eficaz en la que la diva china luce un papel excelente de una princesa privada de su belleza por un accidente, aunque esa máscara dorada le sienta bien y le añade un cierto morbo a su hermoso rostro.
Una diablesa recupera su libertad tras quinientos años de vivir enclaustrada, para convertirse en humana debe recibir un corazón de un humano, que se lo entregue libremente, no a la fuerza como debe hacer para sobrevivir.
Aparte de los efectos especiales que son vistosos pero no espectaculares, lo mejor es el enfoque de la película en donde se nota que los autores del guión y demás creativos ha sido educados en una sociedad marxista porque huye del maniqueísmo propio del género fantástico en que los demonios cristianos, musulmanes o judíos son seres que se carecen de sentimientos y dotados de una maldad sin fisuras. En su cultura son seres fantásticos que al igual que los humanos viven una vida repleta de frustraciones y contradicciones. No son ni malos ni buenos. Aparte que su mundo carece de ese tono siniestro propio de las tres grandes religiones monoteístas que reflejan el Averno, el lugar donde moran los demonios, como un lugar repleto de tormentos, sufrimiento y maldad eterna. Los demonios de este filme en cambio ni son malos ni son buenos al igual que los humanos porque tanto la bondad como la maldad extrema no existen.
Zhao Wei vuelve a lucirse en este filme que no es genial pero sí divertido y agradable con algunos tintes eróticos, muy moderados a causa del contexto puritano de una cultura que paradójicamente es atea no budista como la República Popular de China gobernada por el Partido Comunista chino.

Salvador Sáinz