LA CONSPIRACIÓN (2011)

Abraham Lincoln es considerado por muchos estadounidenses y por ciudadanos del resto del mundo como uno de los mejores presidentes de su historia. Claro está que los estados sureños no opinan lo mismo así como los extremistas de uno y otro signo. Sin embargo La conspiración no trata de dicho presidente, sino de Mary Surratt, la propietaria de la pensión donde los conjurados o presuntos conjurados se reunían para luchar contra el gobierno norteño. Una de sus acciones fue el asesinato del presidente aunque no queda claro si en realidad fue obra de un autor individual, John Wilkes Booth.
La película del afamado actor Robert Redford trata de investigar las incógnitas del caso. ¿Fue un juicio justo o un crimen de estado? Es decir, fueron ahorcados cuatro chivos expiatorios para satisfacer y aplacar la ira popular en aquel tiempo.
Es decir, nos encontramos ante un título espinoso y molesto para el poder de los Estados Unidos. Es tan molesto que ha tenido una distribución muy irregular, es decir muy pocas copias y escaso acceso a las salas cinematográficas por lo que muy pocas gentes han podido hablar de esta cinta.
Robert Redford, galán codiciado en su juventud, pues se le consideraba el actor más atractivo físicamente tuvo un serio hándicap en su carrera porque a causa de su excelente presencia no se le tomó en serio. Fue considerado una persona superficial y vacía. Razón por la cual Redford se esforzó en romper este cliché promoviendo películas de temática liberal, como la presente, y el famoso festival de Sundance especializado en el cine independiente de todo el mundo. Plataforma imprescindible para que los nuevos talentos puedan aflorar y ser descubiertos por los estudiosos del cine y los espectadores actuales.
Redford se ha ganado a pulso el respeto de la profesión, ha superado su imagen de hombre guapo, atractivo y sexy, para convertirse en todo un referente ideológico.
La conspiración está a la altura de su reputación. Su carrera como director de cine no es tan popular como la de actor: Gente corriente (1980), Un lugar llamado Milagro (1988), El río de la vida (1992), Quiz Show (El dilema) (1994), El hombre que susurraba a los caballos (1998), La leyenda de Bagger Vance (2000), Leones por corderos (2007), La conspiración (2011) y la actual The Company You Keep son películas que destacan por su honestidad y por su valentía.
Estamos ante un drama judicial, un subgénero muy querido por el cine. Recordemos Doce hombres sin piedad o Vencedores o vencidos. Es muy curioso que un espacio tan poco cinematográfico como una sala de justicia dé tanto jugo pero los juicios intrigan al público interesado en conocer su desenlace.
La conspiración trata de la muerte de un personaje emblemático y las pésimas consecuencias que tuvo. Los actores están todos bien, lógico si el director es también actor. Buscan toda clase de matices a sus personajes, y el guión busca el debate sobre la conveniencia o no de la pena de muerte. Con el pueblo americano repleto de indignación y resentimiento el jurado ¿fue imparcial? La película arroja sus dudas.
A pesar de su pésima distribución, la película de Robert Redford bien se merece una oportunidad.

Salvado Sáinz