EL PIRATA (1948)


EL PIRATA. Título original: The Pirate. Año: 1948. País: Estados Unidos. Director: Vincente Minnelli.Reparto: Judy Garland (Manuela), Gene Kelly (Serafin), Walter Slezak (Don Pedro Vargas), Gladys Cooper (tía Inez), Reginald Owen El abogado), George Zucco (El virrey), Fayard Nicholas (bailarín de The Nicholas Brothers), Harold Nicholas (bailarín de The Nicholas Brothers), Lester Allen (tio Capucho), Lola Deem (Isabella), Ellen Ross (Mercedes), Mary Jo Ellis (Lizarda), Jean Dean (Casilda), Marion Murray (Eloise), Ben Lessy (Gumbo). Guión: Albert Hackett & Frances Goodrich. Música: Lennie Hayton (Canciones: Cole Porter). Fotografía: Harry Stradling. Productora: Metro-Goldwyn-Mayer. Productor: Arthur Freed. Duración: 102 min. Género: Musical. Aventuras | Piratas. Siglo XIX. Capa y espada

Muchas veces se ruedan auténticas obras maestras que en su día no recibieron el respaldo de la crítica y que pinchó inexplicablemente en taquilla. Este año ya ha pasado con John Carter, la más taquillera en España y China pero no en los Estados Unidos lo que ha supuesto lamentables pérdidas a la productora. Con El pirata pasó algo similar, una exitosa obra de Broadway con canciones de Cole Porter, todo un clásico de la música estadounidense, autor de bellísimas melodías pero, según los extras del DVD, el público le dio la espalda más de una vez.
¿Qué ocurrió para que la película pinchara de forma tan estrepitosa? Hubo problemas, como siempre, con Judy Garland. Debido a su alterado estado nervioso terminó por tomar pastillas para no dormir, lo que le desequilibró y perjudicó el rodaje. Judy, excelente cantante, ajustada actriz, era una persona muy inestable y débil que se vio perjudicada por unos trastornos  adversos. Al caer en la morfina su carrera se tambaleó siendo sustituida en varios musicales Metro como La Reina del Oeste. Por otra parte, hasta aquella fecha, era conocida por sus papeles de niña y adolescente por lo que el público fue reticente en aceptarla como actriz adulta.
Su trabajo en esta película tiene momentos musicales impresionantes, como Mack the Black que es genial. Bajo hipnosis, su personaje Manuela, hasta entonces una chica apocada y modosita, confiesa que está enamorada del pirata Macoco, en realidad un ideal romántico, y canta una canción tórrida que deja deslumbrados a todos los presentes. En aquella época no gustó el número por ser considerado excesivamente atrevido, pero en la actualidad sorprende el fuego que expresa la madre de Liza Minnelli en esta mítica secuencia.
Además Gene Kelly estaba en plena forma. Un papel que en su día era distinto a los anteriormente interpretados, generalmente un buen chico algo golfillo pero de buen corazón. Kelly y Garland ya habían sido emparejados en Por mi chica y por mí, precisamente el debut del vigoroso bailarín. Kelly le sacaba diez años a Garland, no demasiados si se compara con Astaire que era mucho más mayor.
Be a Clown es otro número antológico ejecutado por el propio Kelly junto a los Nicholas Brothers, dos bailarines acrobáticos de raza negra muy populares en aquellos tiempos. Es repetido en un número final con la pareja Kelly-Garland añadiéndole un especial sentido del humor. ¿Y qué decir de la canción Niña? Es todo un prodigio de interpretación.
Tenemos muchos elementos más, como los habituales actores secundarios Metro, Walter Slezak, el alcalde que en realidad esconde al propio Macoco produciéndose una gran paradoja en el argumento. Al principio de la película se concierta un matrimonio por interés entre el alcalde Don Pedro, orondo, maduro y acaudalado, y la bella y joven Manuela. Ésta le desprecia por su físico porque imagina aventuras románticas con un famoso pirata, al que nadie o casi nadie ha visto, ignorando que ambos son la  misma persona.
Minnelli nos habla de los amores idealizados que en realidad no son más que vanas quimeras. Macoco fue un pirata sanguinario, inmisericorde, representado por este esposo que le es impuesto, mientras que finalmente descubre que su verdadero amor es un actor muy golfo que acabará redimido igualmente en los brazos de su chica.
La película es todo un prodigio artístico desde el vestuario donde se exhibe un gusto exquisito, muy en la línea Metro, y esta fotografía de colores vivos y un Technicolor supervisado una vez más por Natalie Kalmus. El trabajo de productor de Arthur Freed, que la mayoría de los comentaristas cinematográficos olvidan, es asimismo encomiable por saber hilvanar todos los elementos y llevar la producción a buen puerto.
Si en su día El pirata fue una película incomprendida, en la actualidad es ya una obra admirada por numerosos cinéfilos. Un título imprescindible en toda dvdteca que se precie.

Salvador Sáinz


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